(Minghui.org) Aunque soy una practicante diligente, todavía tengo momentos cuando no presto atención a mi xinxing. Una vez me metí en una discusión con mi marido. Esa noche escuché sonando mi celular en el sueño. Después vi un mensaje de texto que decía: "¿Eres una practicante?". Cuando desperté, estaba segura que el sueño había sido una pista del Maestro (Li Hongzhi) y me sentí avergonzada.

Eliminando los apegos

Un practicante debe identificar y eliminar los apegos. En una ocasión, elegí la manzana más grande de la canasta en una cafetería y me sentí muy contenta. Pero, cuando la mordí un poco, me di cuenta de que estaba podrida y tenía un agujero grande en la parte de abajo. Creo que se me enseñó que estaba siendo egoísta y codiciosa. Esta fue otra pista del Maestro sobre los apegos que todavía me faltaba eliminar.

Cuando estaba creciendo, era muy feliz y todos me adoraban. Pero mi esposo era todo lo contrario, lo que me abrió los ojos. El menospreciaba a la gente. Cuando nos casamos, pensé que, al entrar en mi vida, él me iba a ayudar a cultivarme.

Una vez, mi esposo afiló un cuchillo y actuó como si me iba a matar. Pero no me atacó. Me di cuenta que el Maestro me estaba dando otra pista, que no debería apegarme a las nociones de la gente común cuando trataba con él. El Maestro sabe lo que pensamos y siempre está a nuestro lado.

Recientemente, comencé a pensar que solo una persona de un nivel superior podría vivir con mi esposo. Nos casamos hace más de diez años, así que me convencí de que era alguien de un nivel superior.

Esa noche, me vi en muchos espejos de diferentes tamaños. Entonces surgió la cuestión: "¿Te consideraste a ti misma un ser superior?". Al mirar en el espejo, el Maestro me estaba dando una pista de que necesitaba mirar hacia adentro y mejorar mi xinxing.

La cultivación es un proceso. A través del sufrimiento, uno mejora poco a poco. Aunque el proceso es doloroso, los resultados son gratificantes.

El Maestro dijo:

“Es difícil para la gente común conocer el sufrimiento de la cultivación, la pelea y la contienda las toman con regocijo; cultivarse hasta que no quede un solo apego, con amarguras idas y dulzuras viniendo, llega la verdadera felicidad” (Cultivándose dentro del laberinto, Hong Yin).

Dejando ir el miedo

Cuando Jiang Zemin, el exlíder del régimen comunista, lanzó la persecución sin precedentes, me preguntaba: "¿Falun Gong es verdaderamente recto? ¿El Maestro es realmente como lo retrata la propaganda comunista?". Finalmente concluí que el público estaba siendo alimentado con mentiras. ¡Dafa es recto y el Maestro es recto! ¡Mi madre y yo estábamos decididas a cultivarnos en Dafa! Teníamos que dejar que la gente sepa la verdad sobre la persecución.

Debido a que no teníamos materiales de aclaración de la verdad, creamos algunos en formato de preguntas y respuestas y después fui a sacarles copias a un centro de copiado.

No tuve miedo. Lo único que quería hacer era decirle a la gente la verdad y aclarar las mentiras. Sacamos copias de nuestros primeros materiales manuscritos y comenzamos a distribuirlos en edificios residenciales. Como la persecución empeoró, ya se volvió inseguro sacar copias en centros de copiado.

Mi hermana era también una cultivadora, entonces hacíamos copias en su tienda, utilizando papel carbónico para transcribir los materiales manualmente. Hacíamos solo dos o tres copias a la vez, cuando no había clientes alrededor, y después del trabajo las distribuíamos.

Cuando recibí de nuestro coordinador local un nuevo artículo del Maestro, quise hacerle copias. Aunque la persecución estaba muy desenfrenada, tuve pensamientos rectos, eliminé el miedo y decidí volver al centro de copiado y multiplicar el artículo.

No sabía cómo enviar pensamientos rectos, pero tuve el pensamiento: "¡No dejes que el empleado mire esto! ¡No dejes que lo mire!". Cuando le entregué el artículo, sus gafas estuvieron a punto de caerse, entonces los sostuvo con su mano. Luego ayudó a otro cliente, por lo que puso el artículo en la copiadora y luego me entregó las copias sin mirarlas. Regresé a casa a salvo.

Más adelante, compramos una computadora y una impresora y ya no tuvimos el problema de imprimir materiales informativos.

Teniendo fe en el Maestro

Cuando estaba embarazada de cinco meses, fui junto con otra practicante a una escuela para distribuir materiales de Dafa. Una alumna nos reportó y los guardias de seguridad nos llevaron a su oficina y nos confiscaron los bolsos con materiales informativos. Cuando llegaron varios agentes de policía, de repente tuve un pensamiento no recto: "Solo por esta vez, si acepto un acuerdo, lograré escapar". Sabía que este pensamiento no era yo. Lo negué y me calmé para limpiar mi mente.

En camino hacia la escuela, mientras enviábamos pensamientos rectos en nuestro coche, la otra practicante se quedó dormida. Tuvimos muchas omisiones a las que no prestamos atención. Pensé: "Somos discípulas del Maestro. Rectificaremos nuestras deficiencias en nuestra cultivación".

El Maestro nos dijo que debemos negar completamente a las viejas fuerzas. "No debería estar aquí. Esto no es un lugar para un discípulo de Dafa. Lo que el Maestro niega, los discípulos de Dafa tampoco tienen que aceptar”.

Cuando mi mente se aclaró, supe cómo manejar la situación. Dondequiera que vayan los discípulos de Dafa, tienen que decir la verdad. Además de enviar fuertes pensamientos rectos, clarifiqué la verdad hablando fuerte, porque estábamos en un primer piso y la gente que pasaba por la ventana podía escucharme.

En ese momento, realmente sentí que el Maestro y los seres divinos estaban de pie junto a nosotros. Mi ojo celestial no está abierto, pero siempre puedo sentir que estoy protegida. En aquel momento, me sentí como una niña cuyos padres decidían por ella. ¡No tenía nada de miedo!

Me esposaron una de mis manos de la pata de una mesa y trataron de averiguar quién era. Les dije que mi nombre era "Discípula de Dafa". Además de decirles la verdad sobre la persecución, lo único que dije fue: "¡No tengo comentarios!". Cuando llegué, no esperaba que iba a poder salir. Cuando los policías se dieron cuenta de que estaba embarazada, me liberaron.

Me di cuenta de que la cultivación consiste en construir una base sólida. Nuestras tribulaciones son para probarnos, para ver si realmente creemos en el Maestro y en el Fa.

Hubo momentos cuando me enfrenté a peligros, pero al mantener pensamientos rectos, no fui detenida. Una vez, dos guardias de seguridad se me acercaron por atrás y uno dijo "No los distribuyas aquí", y luego se fueron. En otra ocasión, un personaje de una cartelería en la vía pública me hizo el gesto con el pulgar hacia arriba. Sabía que el Maestro me estaba animando.