(Minghui.org) Cuando acomodaba mi habitación, me encontré un diario que había comenzado a escribir hace 20 años. Hojeando un poco, recordé los días cuando escuché sobre Falun Dafa por primera vez.

Una crianza problemática me dejó vacía y confundida

Con lágrimas en mis ojos, comencé a escribir este diario cuando tenía 18 años. Ese día, mi madre, que era trabajadora y amable, tuvo una pelea con mi abuela. Al final, mi abuela decidió mudarse.

Lloré tanto no solo por el conflicto familiar, sino también por la depresión prolongada que tenía y no reconocía. Desde mi niñez, mis padres soñaban con que su única hija fuera a una buena escuela y tuviera éxito en la vida. Millones de familiares tenían ese sueño, y nosotros no éramos la excepción. Pero yo siempre sacaba notas bajas en los exámenes más importantes. Lo que me devastaba era que mis padres me culpaban, en vez de consolarme o tener simpatía. Así que a la edad de 18, me gradué de la secundaria y comencé a buscar trabajo.

Para ese entonces, ya hacía seis años que vivía en las sombras, desde que fallé en entrar en una buena universidad, tenía que soportar la frustración de saber que había fallado. En vez de empezar mi vida en un campus, tuve que insertarme en la sociedad. No me sentía preparada y estaba llena de ansiedad. Mi baja autoestima también me hizo frágil y hipertensa.

Tenía la misma rutina día tras día. Sin embargo, no me había dado por vencida, en mi sueño, sino que estudiaba en mi tiempo libre, esperando conseguir un título. Estaba cansada de fallar, y anhelaba tener éxito para que la gente no me desprecie.

Cuando una tía me recomendó una oportunidad de negocio, le creí y comencé a invertir. Después de recibir un montón de productos inútiles, me di cuenta que me había engañado y decidí no engañar a otros como ella lo hizo. Esa compañía en poco tiempo cerró porque tenía un esquema piramidal y perdí más de 3.000 yuanes, lo cual no era una suma pequeña para mí. Esa tía que me introdujo, logró recuperar su inversión. Siempre que me acordaba de ella y cómo se aprovechó de mí y me traicionó, me surgían sentimientos negativos. Pensaba que nunca la perdonaría. Mientras tanto, yo también me culpaba por ser tan ingenua.

Eso fue a fines dela década de los noventa. Para ese entonces, la honestidad ya no era valorada –esos que eran honestos eran considerados débiles o inútiles. Con un fuerte deseo de tener éxito en vez de convertirme en una víctima, aprendí a ser dura.

Atropellé a una mujer joven cuando andaba en bicicleta. Era difícil decir si era mi culpa o la suya. Sin embargo, en vez de disculparme, comencé a gritarle, criticándola. La mujer intentó explicarse, pero viendo cómo estaba yo, se fue. Con este éxito inicial siendo dura, tuve la alegría de lograr algo –finalmente yo también podía ganar.

Pero inconscientemente, estaba confundida: ¿Es realmente lo que quiero? ¿Así se supone que es la vida? Mi confusión quedó grabada en mi diario: “¿Dónde está el Cielo que me pertenece? ¿Dónde puedo encontrar la guía para mi vida?”. Entre las líneas, había una mente joven, perdida, luchando y sufriendo. Esperaba encontrar una respuesta, pero no había ninguna.

Falun Dafa rescata a mi familia, empezando con mi madre

Noté que mi madre comenzó a cambiar a principios del verano de 1997. Todas las mañanas, se levantaba más temprano que lo normal y luego volvía con productos frescos del mercado de granjeros. Pero de alguna forma ella parecía más joven y energética, y sonreía más a menudo. Por curiosidad, le pregunté qué le pasaba. Dijo que sus amigos y vecinos le habían recomendado un sistema de qigong llamado Falun Dafa.

Mi madre asistía a un sitio de práctica grupal todas las mañanas. También compartió conmigo lo que había aprendido cada vez. Me explicó que como practicante uno debe seguir los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. También dijo que el Maestro Li, Fundador de Dafa, había dado lecciones al público en Beijing allá por 1992.

“¿Recuerdas? Fui a Beijing ese año. Cómo deseo haber sabido de esto en ese momento. Si hubiera leído Zhuan Falun antes, no hubiera discutido con tu abuela”, recordó mi madre.

Esas palabras eran simples y planas, pero tocaron mi corazón. Aunque mi madre era terca, era una persona bondadosa y muchas veces trataba a otros bien, incluyendo a mi abuela. De hecho, nunca antes habían discutido. Nunca imaginé que sería alguien tan generosa y considerada hacia otros. Viendo a mi madre así, estaba feliz por nuestra familia.

Liberada de la presión de la sociedad para perseguir ganancias egoístas

De este modo, yo también comencé a leer las enseñanzas de Falun Dafa en mi tiempo libre. Para mí, esos libros eran especiales y diferentes de otros libros. De hecho, no sabía mucho sobre cultivación y me resultaba difícil entender. No obstante, después de leer los libros del Maestro Li, sí recordaba las palabras Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Me parecía que esto era algo bueno y que tenía que seguirlo también. Desde entonces, mi mente dejó de estar melancólica.

Luego, enfrenté una prueba en julio de 1998. Se había perdido mercadería en mi lugar de trabajo por un valor de más de 3.000 yuanes. Las tres personas responsables de ello asumirían la pérdida y yo era una de ellas. Esto no era algo trivial para mí. En mi diario, escribí triste y preocupada. Pero a diferencia del pasado, esta vez consideré a los demás. Sabía que tenía que pagar por ello.

Mientras tanto, cuando analizaba este incidente, sabía que yo era la menos responsable por esta pérdida. Pero considerando a mis dos colegas, decidí no discutir. Después de todo, Shifu habló de la importancia de dejar ir las ganancias personales. A pesar de la amargura en mi mente, decidí igual seguir las palabras de Shifu. Sorprendentemente, justo después de este incidente, me convertí en gerente y me aumentaron el sueldo. Entendí que Shifu me estaba alentando por haber tomado la decisión correcta.

Así que comencé a leer todos los libros de Falun Dafa. También le puse cubiertas a estos libros, porque para mí eran preciosos. Siempre que había videos de las lecciones en la casa de algún practicante, mi madre y yo íbamos a verlos juntas.

Recuerdo claramente una noche que fuimos a la casa de una tía para mirar los videos de 9 días. La casa estaba llena todos los días y todos estábamos muy tranquilos durante la lección. Todos los días después de las lecciones, me iba casa felizmente. Recordando esos días ahora, me doy cuenta cuán afortunada soy de haberme convertido en practicante.

Con una mente pura, vino la purificación del cuerpo

Cuando era joven, tenía problemas de estómago, lo que sucedía siempre que estaba nerviosa. Era extremadamente doloroso. Sin embargo, cuando llegaba al consultorio del médico, ya estaba bien. El médico no podía explicarlo ni tratarlo. Cuando el dolor duraba más tiempo, fue diagnosticada como cálculo biliar. Mi madre pensó sobre ello mucho y aun así era renuente a que me operen.

Entonces, alguien le recomendó que haga qigong. A mi madre y a mí nos pareció que teníamos que intentar. Pero a pesar de haber gastado dinero en eso, cada vez me sentía más incómoda. También experimenté fatiga severa y apenas podía caminar. Después de comenzar a cultivarme en Dafa, me di cuenta de que ese qigong era falso –probablemente alguna clase de futi.

Había otro incidente detallado en mi diario. Fue un incidente de ye de enfermedad el 11 de marzo de 1999, un día soleado. Mientras estaba en el trabajo, de repente me sentí incómoda –una mezcla de frío y mareos. Me incliné sobre el calefactor en mi oficina preguntándome si mi cuerpo estaba atravesando un ajuste, como se describe en Zhuan Falun. Después de regresar a casa, mi madre lo notó y me preguntó. Dije que no quería comer y que necesitaba dormir. Luego fui a la cama y dormí. Curiosamente, al despertar a la mañana siguiente, estaba bien, relajada y cómoda. Sabía que había hecho bien al no tratar el asunto como una enfermedad. Si hubiera sido una enfermedad, no me hubiera recuperado tan rápido. Además, esta vez estaba inusualmente cómoda –pensé que Shifu me estaba limpiando el cuerpo.

Desde entonces, podía subir y bajar las escaleras más fácilmente. Considerando mis dificultades previas para caminar, estaba impresionada porque todo lo que Shifu había dicho estaba ocurriendo. De este modo mi determinación para Dafa mejoró.