(Minghui.org) Siento que el Maestro Li (Fundador de Falun Dafa) no solo me salvó la vida, también me concedió innumerables bendiciones. La siguiente es mi historia.

Tuve una vida desesperada a causa de una enfermedad incurable

Tuve mala salud toda mi vida, desde niña. Cuando tenía entre 50 y 60 años, me diagnosticaron un infarto cerebral y presión arterial alta. A menudo me sentía mareada y no tenía apetito. Pesaba un poco más de 35 kg y tenía un aspecto enfermizo. Necesitaba una limpieza completa del colon varias veces al año, para sobrevivir.

A una temprana edad, tenía dolores todo el tiempo y no podía hacer las tareas domésticas. Entonces comencé a fumar para aliviar mi dolor. No pasó mucho tiempo antes de que me volviera adicta a los cigarrillos y con el paso de los años, mi adicción empeoró. Traté de dejar de fumar a los 30 años, pero mi cuerpo se sentía muy incómodo. Cuando tenía entre 40 y 50 años, fumaba de tres a cuatro paquetes de cigarrillos al día. La fábrica en donde trabajaba tenía la política de no fumar, por lo tanto, tenía que esconderme en el baño cada vez que quería fumar. Cuando la gerencia descubrió lo que estaba haciendo, me despidieron.

Al tiempo, empecé a apostar, a quemar incienso en los templos y a visitar a docenas de adivinos, todos me dijeron lo mismo: "Tu futuro se ve sombrío".

Entonces empecé a tratar enfermedades a la gente, usando algunas técnicas que había aprendido. Me pareció extraño que todos mis pacientes se recuperaban de inmediato, me sentí incómoda durante mucho tiempo. Después, tuve que ver a un médico porque no podía caminar y me dijo: "Tu condición es incurable".

Fue como dijo el Maestro Li:

"Tal persona está enferma, su yeli es grande; si curas a un enfermo grave, ¡caerás muy enfermo al regresar a casa después de tratarlo! Muchos de aquellos que en el pasado trataron enfermedades tuvieron esta sensación: el enfermo se ponía bien pero tú caías seriamente enfermo al volver a casa. Con el tiempo, el yeli transferido se hace cada vez más grande, le das tú de a otros a cambio de ye, porque sin pérdida no hay ganancia" (Segunda Lección, Zhuan Falun).

Me sentí desesperada y luego mi carácter se volvió muy malo. Con frecuencia maltrataba a mi esposo para liberar mi ira y ansiedad.

Falun Dafa, el milagro y la felicidad de practicarlo

Un doctor joven que consulté, me recomendó empezar a practicar Falun Dafa (también conocido como Falun Gong), diciendo: "No hay nada que la medicina moderna pueda hacer por ti".

Poco después de que inicié la práctica en 1999, el partido comunista chino (PCCh) lanzó la persecución contra Falun Dafa. Como era analfabeta, dejé de practicar.

Sin embargo, en 2003, decidí volver a practicar Falun Dafa. Con la ayuda de practicantes locales, poco a poco aprendí a leer Zhuan Falun y Minghui Semanal, un periódico relacionado con Falun Dafa.

Poco después, el Maestro Li (Fundador de Falun Dafa) purificó mi cuerpo y todas mis enfermedades desaparecieron. Desde entonces, nunca tuve que ir a un hospital, ni tomé ningún medicamento. Mi peso aumentó a 57 kg y puedo hacer las tareas domésticas sin sentirme cansada. Mi cabello solía ser blanco y fino. Ahora, la mitad de mi cabello se volvió negro y más grueso.

Gracias a Dafa, pude eliminar todos mis malos hábitos, incluyendo fumar y apostar. También tengo un mejor control sobre mi carácter. Todos estos cambios son el resultado de la práctica de Falun Dafa. Cuando hago el ejercicio de meditación sentada, a menudo siento que una fuerza poderosa me empuja hacia arriba.

Un día, mientras iba en mi triciclo, un auto me chocó muy fuerte. Mi cuerpo voló a varios metros del auto. Cuando el conductor corrió a ayudarme, noté que la piel de mis manos y pies estaba raspada y sangrando. Con voz temblorosa me preguntó: "¿Estás bien?". Le dije que estaba bien y que podía irse. Al llegar a casa, seguí con mis tareas domésticas como si nada pasara. Tampoco sentí ningún dolor corporal por el accidente.

Me siento con mucha energía mientras realizo proyectos de Dafa

Como practicante de Falun Dafa, necesito hacer bien las tres cosas. Por lo tanto, con frecuencia distribuyo materiales informativos de Falun Dafa y animo a la gente a abandonar el PCCh y sus organizaciones.

Al ver cómo la práctica mejoró mucho mi salud, todos mis hijos creen que Falun Dafa es bueno y apoyan mis esfuerzos de aclaración de la verdad.

Durante las vacaciones de Año Nuevo Chino, cuando visito a mis parientes en el campo, siempre llevo folletos sobre Falun Dafa. Por el camino, bajo del auto de mi hijo y entrego los folletos a los transeúntes en la calle. Mi hijo espera paciente hasta que yo termine y nunca se queja.

Toda mi familia se benefició de Dafa y recibió muchas bendiciones. Por ejemplo, mi nieto acaba de ser admitido en una universidad muy conocida y mi hijo lleva su carrera sin problemas. Hace poco pagó la hipoteca de su casa y todas sus deudas.

La única manera de agradecer al Maestro por su misericordiosa salvación, ¡es ser diligente en mi cultivación!