(Minghui.org) Un episodio reciente de yeli de enfermedad ayudó a darme cuenta de mis apegos al celular y al sentimiento hacia mis familiares. Me había relajado en la cultivación y el yeli de enfermedad fue un serio llamado de atención.

Un día de abril de 2018 advertí que algo estaba mal en mis ojos cuando no podía verme claramente en el espejo del baño, todo lucía borroso.

Fui al patio, donde mi hijo me contó que su pequeña acababa de defecar sobre el suelo. Levanté a mi nieta para llevarla adentro. Mi hijo me recordó que no pisara sobre el excremento, pero así lo hice porque no podía verlo.

Mi visión se volvió más borrosa. Bajé a la niña dentro de la casa, limpié y me senté a enviar fuertes pensamientos rectos. Continué haciéndolo durante un par de horas, hasta alrededor de las 6:00 p. m.

Los ojos me dolían. Mi esposo me miró y dijo que parecía que tenía conjuntivitis. Mi hijo también preguntó si tenía infección ocular. Le respondí a ambos: “No se preocupen, estaré bien después de hacer los ejercicios de Falun Dafa”.

Tres o cuatro horas más tarde, los ojos empeoraron. Sentía como arena dentro de ellos. El dolor era insoportable.

El Maestro dijo:

“En nuestra vía de Fa ambos cuerpos pasan por el xiulian, queremos los dos, así que el benti también tiene que ser transformado” (Zhuan Falun),

Le manifesté al Maestro: “Quiero cultivar mi cuerpo, también”.

Una vez que este pensamiento emergió, mi mente se calmó y el dolor disminuyó. Me acosté y dormí hasta la mañana siguiente cuando me despertó la alarma a la hora de enviar pensamientos rectos.

Mis ojos estaban un poquito rojos e hinchados, pero mi visión regresó a la normalidad. Después de estudiar el Fa durante todo el día, el enrojecimiento y la inflamación desaparecieron.

Bajo la protección del Maestro, la interferencia fue eliminada. El Maestro me ayudó a atravesar mi tribulación.

Miré hacia adentro y encontré que estaba apegada al uso del celular, dedicando mucho tiempo a buscar diferentes recetas para cocinar a mi familia. También pasaba el día completo cuidando de mi nieta y no me dejaba espacio para estudiar el Fa. El yeli de enfermedad fue una profunda lección para mí.

Como practicante, es peligroso estar obsesionado con la vida común. Espero que mi experiencia sea una advertencia para otros. Debemos transitar el camino correcto de cultivación, cumpliendo las expectativas del Maestro y dándonos prisa en salvar a la gente. Me gustaría recordarles amablemente a los practicantes de edad que no dejen que las tareas familiares interfieran en su cultivación.