(Minghui.org) Mi hija adolescente y yo tuvimos una discusión grave hace unos años. Aunque me desobedeció, mi esposa parecía estar de acuerdo con ella. Yo me preguntaba: "¿Qué parte de mí no está alineada con el Fa? Sin duda yo tenía la razón, pero ¿por qué me desobedeció y por qué mi esposa se puso de su lado?".

Era medianoche, y todavía no podía dormirme. Entonces, cuatro caracteres chinos aparecieron en mi mente: "Qiang Jia Yu Ren", que se refiere a imponer mis ideas a los demás. Hablé con mi esposa sobre lo que había descubierto esa noche.

"Siempre piensas que tienes razón", dijo, "así que eres obstinado y tratas de imponer tus ideas a los demás, no solo cuando se trata de nuestra hija, sino también conmigo y otros practicantes".

A pesar de haber reconocido mi apego, mi hija y yo seguíamos teniendo discusiones debido a mi falta de cultivarme sólidamente. Siempre le decía que era demasiado joven para entender y que yo, como adulto, lo sabía mejor. Le dije más de una vez: "Papá está haciendo esto por tu propio bien. ¡Deberías aprender a obedecer!".

Durante una discusión violenta, le pegué por enojo. Ella estaba en el tercer año de secundaria en ese momento. Se fue de la casa por muchos días, negándose a contestar mis llamados y mensajes pidiendo disculpas.

Reconocer mi mentalidad

En medio de la persecución a Falun Dafa por parte del partido comunista, fui arrestado y detenido ilegalmente durante más de dos años.

En prisión, me di cuenta  que no me había cultivado bien en base a los principios de Falun Dafa y que tenía problemas de xinxing. El apego más prominente fue ser obstinado. Aunque era consciente de este apego, no había intentado realmente eliminarlo a través de la cultivación.

Entonces recordé todas las veces que había impuesto mis ideas a mis compañeros practicantes y a mis familiares. Me arrepentí y decidí eliminar completamente el apego.

Quitando el apego

Luego de liberarme de prisión, mi hija tomó un tiempo libre de sus estudios y volvió a casa. Me disculpé en cuanto la vi y le dije que no la había tratado bien y que era demasiado estricto. Ella respondió: "¡No te preocupes, te perdono!".

Escuché sus palabras y los siguientes pensamientos pasaron por mi mente: "¿Realmente crees que estás calificada para perdonarme? Gasté mucho esfuerzo en ti y sufrí mucho en estos años. Pero ahora que finalmente nos vemos, no me consuelas ni dices que me extrañas, y mucho menos hablas sobre las cosas que has hecho mal...".

Intenté reprimir estos pensamientos, pero lo que respondí se mezcló con insatisfacción: "No importa si me perdonas o no. Solo sé que me equivoqué".

Abatida, mi hija dijo: "Oh, pensé que realmente te importaban mis palabras. Bueno, entonces olvídate".

Aunque nada más pasó luego de esta conversación, sabía que aún me aferraba a lo que yo creía que era "correcto". Mi noción de obligar a otros a aceptar mi opinión no había sido realmente eliminada.

En los pocos días que mi hija estuvo en casa, volví a ver sus viejos hábitos: jugar juegos con su teléfono celular, quedarse despierta hasta tarde, dormir hasta tarde y hacer un desastre en el baño. Mi primer pensamiento fue de darle una lección, pero esta vez pude controlarme mejor. Comprendí que Shifu había arreglado todo lo que me irritaba para ayudarme a deshacerme de mi apego. Me dije de hablar gentilmente con ella o bien ni mencionar las cosas que me irritaban, y no apegarme al resultado.

Un día, mi hija tomó una ducha larga e incluso consiguió que el agua salga hasta la sala de estar. Además estaba esperándola para ir al baño. Empecé a enfurecerme. Levanté el puño varias veces para golpear la puerta, pero decidí esperar. Después  que ella terminó, limpié apresuradamente el agua que ya estaba por meterse bajo el piso de la sala de estar. Mi hija me vio y dijo: "Papá, lo siento". Pude tranquilamente aconsejarle como evitar este problema en el futuro.

Mi esposa es arrestada

La primavera pasada, mi esposa fue arrestada por aclarar la verdad sobre Falun Dafa. Al principio se lo oculté a mi hija para que no se preocupara, pero era difícil porque ellas suelen hablar por teléfono cada varios días.

En el casamiento de mi sobrina unos días luego del arresto, tuve que inventar una excusa por la ausencia de mi esposa. Mi hija llamó y me preguntó qué le había pasado a su mamá. Su voz fue severa porqué sintió que algo estaba mal. Le conté la situación.

Estallando en ira y lágrimas, me culpó por no habérselo dicho antes, por no proteger a su madre y por estar de humor para asistir a una boda durante tal crisis.

Sorprendido, le respondí: "No he dicho nada porque todavía eres joven y estás lejos de casa. Por favor, quédate tranquila y estudia bien. Puedo encargarme de la situación de tu madre. No asistir a este casamiento afectaría a toda la familia. No podemos pensar solo en nuestros propios sentimientos".

Ella colgó. Amargado y deprimido, pensé: "Hija mía, antes estudiabas Dafa. ¿Cuándo puedes madurar y compartir algunas de estas cargas conmigo? ¡¿O al menos no darme más presión?!".

De hecho, cuando estaba en los primeros años de la secundaria, mi hija estudiaba Zhuan Falun y memorizó Hong Yin junto con mi esposa. También mostró fuertes pensamientos rectos durante el incio de la persecución a nuestra fe. Cuando la policía la acosó en la escuela, le dijo al oficial: "Mi padre es una buena persona".

Le fue bien en su examen de ingreso a la universidad porque siempre se decía: "Soy hija de practicantes de Falun Dafa. Tengo que aprobar bien el examen para mostrar a la gente que practicar Dafa es beneficioso". Fue admitida en una de las mejores universidades. Mucha gente dijo que fue bendecida por apoyar a Falun Dafa.

No obstante, la persecución constante que yo enfrentaba la afectó. Consiguió un novio después de ir a la universidad y gradualmente dejó de cultivarse. Cada vez que pensaba en mi hija, sentía culpa.

Un tiempo después del casamiento de mi sobrina, mi hija empezó a enviarme mensajes o a llamarme de vez en cuando para hablar sobre asuntos escolares y para preguntarme sobre el progreso de su madre y cuando iba a ser liberada de prisión. Fue difícil para mí responderle.

Pero yo la entendía, como cualquier niño se preocupaba por su madre y la extrañaba. Como practicantes de Falun Dafa, tengo la responsabilidad de cuidar a mis padres e hijos. En lugar de decirle cómo manejar las cosas y así aumentar la presión sobre ella, la consolé y me aseguré de que entendiera que yo estaba ahí para ella.

Me di cuenta de que la relación con mi hija consistía en buscar sus faltas y querer entrenarla para que se convirtiera en una joven bien educada. En cambio, pensaba que su vida cotidiana y el cuidado emocional eran responsabilidad de mi esposa.

Shifu dijo:

…“posee gran virtud y tiene un corazón bondadoso, abriga altas aspiraciones, pero es cauteloso también en pequeños detalles” (El Santo, Escrituras esenciales para mayor avance).

Al contrario, mi estilo de "educación" agresiva e impaciente estaba mezclado con el egoísmo y el querer imponer.

Una nueva relación con mi hija

Unos días después, estaba charlando con mi hija cuando le pregunté cuándo volvería a casa para las vacaciones de verano. Dijo que no quería volver porque no quería enfrentarse a la ausencia de su madre y que quería trabajar.

Al principio me ofendí porque parecía que no me extrañaba, pero rápidamente rechacé esas nociones que fueron acumuladas desde antes. Le dije: "Papá te extraña, pero entiendo y respeto tu idea. Cuídate, y avísame cuando necesites dinero u otra ayuda".

En noviembre pasado, me llamó para decirme que su asesor escolar iba a castigarla. Ella le había dicho que no podía estudiar bien porque el dormitorio universitario era demasiado ruidoso. Por varias razones muchos estudiantes eligen vivir fuera de la universidad con permiso del asesor.

Escondió otra razón, que a veces lloraba incontrolablemente porque extrañaba a su madre. Tenía miedo que sus compañeras de cuarto se enteraran porque no quería que descubrieran que su madre había sido arrestada por practicar Falun Dafa.

Sentía que era injusto que otros estudiantes que mentían no fueran castigados, pero que ella sería penalizada por decir la verdad. El asesor había decidido castigarla después  que se negara  regresar al dormitorio.

Felicité a mi hija por decir la verdad, pero le dije que también además tenía que asumir la responsabilidad. Le pregunté qué podía hacer por ella. Me explicó que, para que ella pudiera vivir sola, la universidad requería que yo llenara una solicitud. Pero no quiso pedírmelo, por miedo que no lo entendiera y que la iba a retar.

Le dije: "Eso es porque papá no te entendía antes y le gustaba retar a la gente, y por eso te di una mala impresión. No te culpo. Al igual que tú, ahora estoy mejorando y madurando. Si aún se puede, hagamos la solicitud ya”. Se alegró inmediatamente.

Más tarde llamé al asesor escolar y le expliqué la situación de mi hija y cómo mi esposa está siendo perseguida por practicar Falun Dafa. El asesor me dijo: "Solo la amenacé con castigarla para asustarla y darle una lección, no fue en serio. Entiendo la situación de vuestra familia. Esto pasa mucho en todo el país. Por supuesto, puede completar el formulario de la solicitud".

Más tarde esa noche, mi hija me envió un mensaje: "Papá, hoy es Acción de Gracias. Realmente quiero darte las gracias. No sé cómo decirte muchas cosas. Has trabajado duro en este período de tiempo. Gracias por lo que has hecho por mí, por mamá y por todos. Ahora entiendo todo. Has trabajado muy duro. Te quiero". Añadió un emoji de corazón. Mientras tanto, le dijo a sus amigos de WeChat por primera vez: "Quiero a mi papá".

Dafa me cambió

Mejorándome gracias a la cultivación, empecé a entender que ser obstinado es también un apego a uno mismo. Tal persona persigue el resultado y quiere cambiar a los demás según sus propias ideas. Si otros no cooperan, les echa la culpa, los desprecia o incluso se le ocurren ideas para "arreglarlos".

Shifu dijo:

“…no eres capaz de intervenir en las vidas de los demás ni de manipular sus destinos, incluidos los destinos de tu esposa, hijos, padres, hermanos, ¿acaso eso ya cuenta porque tú lo dices? (Zhuan Falun).

Lo único que puede mejorar a la gente es Shifu y Dafa. Si uno ve algo mal, puede señalarlo amablemente pero no debe apegarse al resultado.

Pase lo que pase, voy a continuar midiéndome en base a Dafa, dejar los apegos y fuertemente tener pensamientos rectos.

Mi hija antes me decía: "Aunque tengas razón, no te escucharé". Ahora confía en mí y depende de mí.

(Presentación para "Celebrando el Día Mundial de Falun Dafa" 2018 en el sitio web Minghui)