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Sufriendo a través de tribulaciones

Conocí Falun Dafa en la primavera de 1998. En cuanto empecé a estudiar el Fa y a practicar los ejercicios, mi salud mejoró drásticamente. Pronto sentí que no me cansaba al caminar, ni al subir escaleras; sin embargo, mi entendimiento de Dafa se limitaba a la comprensión teórica de sus principios, por lo que todavía no era un genuin practicante de Dafa.

En cierta ocasión, me encontraba de paso por mi ciudad natal, y aproveché la oportunidad para dar a conocer Dafa a mis padres carnales y políticos. En julio de 1999, justo cuando había conseguido organizarme y disponer de algún tiempo libre para salir a practicar los ejercicios en público, el régimen del partido comunista chino (PCCh) comenzó a perseguir a Dafa. Me angustiaba pensar que la represión se hiciera sentir igual que la revolución cultural, así que mi esposa y yo decidimos esconder nuestros libros junto con los materiales de Dafa, para evitar el acoso y el arresto.

Acostumbraba a leer cualquier cosa que cayera en mis manos, aún cuando estaba ocupado preparándome para los exámenes de certificación como contable. Me gustaban especialmente las ideas que expresaba el confucianismo tradicional. Noté que me encontraba cada vez más apegado a la fama y las ganancias. De repente, fallecieron dos personas que me habían ayudado mucho durante toda mi carrera. Una de un ataque al corazón y la otra en un accidente automovilístico. Estos incidentes me hicieron despertar, y abandonar mi apego a la fama y al beneficio material. Empecé a estudiar diligentemente ideas del budismo con la esperanza de cultivarme. Sin embargo, no conseguía deshacerme ni de las preocupaciones, ni de la ansiedad.

En 2011 y 2012, mis padres fallecieron, uno después del otro. En 2013, mi hija no aprobó su examen de acceso a la universidad, por lo que tuvo que estudiar otro año más. Estas tribulaciones me impactaron seriamente y caí enfermo. En el verano de 2015 fui trasladado desde el hospital municipal a uno provincial para recibir tratamiento.

Me sentía muy débil y algo demacrado. No lograba dormir bien por las noches. Mi condición era tan precaria que la simple tarea de limpiar el piso, disparaba mi ritmo cardíaco a niveles peligrosos y acababa exhausto. En tal desesperación, incluso pensé en saltar desde un puente, para ponerle fin a mi miserable vida.

Retomando la cultivación en Dafa

Afortunadamente, gracias a la ayuda de mi esposa y de mis parientes políticos, comencé a estudiar los libros de Dafa nuevamente. Una compañera practicante, que se había recuperado de un cáncer de mama milagrosamente, me ayudó a aclararme en relación con algunos malentendidos propiciados por la propaganda engañosa y perversa con la que el PCCh había difamado a Dafa. En el pasado, aunque sabía que Falun Dafa es bueno, pensaba que renunciar al PCCh era un gesto antipatriótico. Ahora sé que el PCCh no es China. Falun Dafa en cambio, enseña a las personas a ser buenas y los guía continuamente a mejorar y a cumplir con el estándar de la cultivación para convertirse en seres superiores, seres altruistas, que siempre anteponen los intereses de los demás a los suyos propios.

El PCCh persiguió a Falun Dafa y esto causó que mucha gente perdiera la oportunidad de convertirse en buenas personas y alcanzar el éxito en la cultivación. Me di cuenta  que renunciar al PCCh, ¡es precisamente un acto patriótico! Se trata de un asunto moral, no político.

También obtuve una comprensión más clara de la lección del Maestro sobre la eliminación de las enfermedades. En el pasado, pensé que era más eficaz practicar gong y tomar medicamentos al mismo tiempo. Pronto llegué a comprender que tomar medicamentos solo reprime el yeli (karma), no cura la enfermedad, solo proporciona alivio momentáneo.

Una vez que descubrí la verdad sobre las enfermedades, quemé un buen lote de medicinas chinas y occidentales que habíamos ido acumulando a lo largo de los años. Me decidí a retomar Dafa, e intenté enfocarme en la cultivación.

Shifu dijo: "Si uno oye el Fa por la mañana, puede morir por la tarde" ("Fundiéndose en el Fa" de Escrituras esenciales para mayor avance).

Dafa me concedió una nueva vida

Una noche, soñé con varios médicos, que ataviados con batas blancas, realizaban intervenciones quirúrgicas en mi cuerpo. Tras despertar, me di cuenta  que el Maestro estaba purificando mi cuerpo. En una ocasión, cuando sonó la alarma que había programado a las 3:45 a.m. la apagué y seguí durmiendo. Entonces, escuché la voz del Maestro: "Es absolutamente imposible avanzar en la cultivación y alcanzar un nivel tan alto como ustedes desean sentándose cómodamente a tomar té mientras ven la televisión" (Exponiendo el Fa en Sydney, 1996). Salté de la cama y vi que eran las 3:50 a.m. El maestro ¡me recordó que me levantara para practicar los ejercicios justo a tiempo! El gran y compasivo Maestro cuida a sus discípulos todo el tiempo.Después, me reuní con un grupo de practicantes, y salimos a validar Dafa juntos.

Estudio el Fa, practico el gong y envío pensamientos rectos de manera ininterrumpida, un día tras otro. Cuando encuentro un conflicto, miro hacia adentro para analizarme. Me ajusto a la guía de Dafa mientras elimino el egoísmo y otros apegos derivados del sentimentalismo, como el corazón de contender, de ostentación, de envidia, de ira, etc. Mi estado de salud mejoró a marchas forzadas. Todas mis enfermedades han desaparecido. Puedo dormir bien nuevamente. Mi condición física y mental son completamente saludables. Realmente siento que me concedieron una nueva vida. ¡Aprendí que el propósito genuino de una vida humana es volver al verdadero yo, y despertar la conciencia divina!