(Minghui.org) Hace veinte años, enseñaba entrenamiento físico en la escuela secundaria de la ciudad. Estaba orgullosa de estar saludable y en forma. Sin embargo, desarrollé artritis reumatoide después de dar a luz a mi hija en 1998. Cada articulación y cada célula de mi cuerpo me dolían. Visité varios médicos e intenté todo tipo de tratamientos, incluida la acupuntura, pero nada me ayudó. Me sentía miserable y sin esperanza.

De la depresión a la esperanza

Mi padre murió de cáncer de esófago en 2001. Poco después, mi madre tuvo un repentino ataque al corazón y falleció. Llena de dolor por mi artritis, deprimida y triste por la muerte de mis padres, mi salud se deterioró. Entré en una espiral emocional y no podía hacerme cargo de mi.

Antes de mi crisis, los practicantes de Falun Dafa me habían contado acerca de los increíbles beneficios de la práctica. Bajo la influencia por la dominante atmósfera del ateísmo en China, al principio no creí todo lo que dijeron. Pero cuando ningún médico pudo ayudarme, decidí probar Falun Dafa. Empecé practicando los ejercicios, pero no leí el libro principal, Zhuan Falun.

En silencio observé a los practicantes de Falun Dafa. No se comportaban de la forma en que el partido comunista los describió. En cambio, eran buenos y sinceros. Zhang se recuperó de un cáncer de estómago en etapa avanzada después de practicar Falun Dafa. Veinte años después, él estaba sano y feliz. La Sra. Li solía sufrir de artritis reumatoide, pero sus manos se volvieron flexibles poco después de comenzar a practicar Dafa.

Los practicantes en mi pueblo construyeron y repararon los caminos para ayudar a otros, y también ayudaron a los necesitados. Eran buenas personas. Me conmovieron mucho y mi opinión sobre los practicantes comenzó a cambiar.

Empecé a leer Zhuan Falun y otros libros de Dafa. Comencé a entender que Falun Dafa es la ley universal. Desde lo más profundo de mi ser, sabía que los principios que se enseñan en los libros son verdaderos. ¡La vida volvió a ser significativa! Decidí practicar Falun Dafa.

Mientras continuaba leyendo las enseñanzas, vi mi arrogancia y mal temperamento diario. Explotaba fácilmente y discutía con otros sobre las cosas más triviales. Sentí pena por mi comportamiento anterior. Estaba decidida a comportarme de acuerdo con los principios de Dafa.

Hice mi mejor esfuerzo para evaluar todo lo que dije o hice y para poner primero a los demás. Mi salud, mejoró, todas mis enfermedades desaparecieron. Ni siquiera había tratado de mejorar mi salud, sucedió naturalmente.

Perseguida porque practico Falun Dafa

Seguí los principios de Dafa de Verdad-Benevolencia-Tolerancia en el trabajo y en mi vida diaria. Trabajé más duro y me volví más paciente y considerada con mis alumnos. Sin embargo, cuando los directores escolares supieron que practicaba Falun Dafa, me transfirieron a una escuela primaria.

En la nueva escuela donde enseñé chino, los estudiantes y sus padres confiaron en mí. Algunos padres incluso solicitaron que sus hijos sean transferidos a mi clase. Me llevé bien con los estudiantes, y nos hicimos cercanos. Hice todo lo posible para ayudarlos y los cuidé bien cuando estaban enfermos. Les dije que recitaran, "Falun Dafa es bueno" y "Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno", y les di talismanes con inscripciones sobre Falun Dafa. Fui castigada por esto y removida de mi puesto docente.

Un año después, me enviaron a enseñar en una escuela primaria remota, donde soporté muchas dificultades. Pero siempre recordé la enseñanza del Maestro: "...tomar las penalidades sufridas como gozo" (Templando la mente y el corazón de uno, Hong Yin). Así pude enfrentar las dificultades con una actitud positiva.

Un año después volví a la otra escuela, pero no se me permitió enseñar chino o ser maestra principal. A pesar de que mi desempeño fue sobresaliente, no me permitieron ser nominada para el Premio a la Excelencia. Sin embargo, hice todo el trabajo que me asignaron de todo corazón.

Pronto mis alumnos confiaron en mí y nos volvimos cercanos. Los alenté y los recompensé por su progreso académico. Cada vez que tenían problemas, acudían a mí en busca de ayuda. A menudo les daba lecciones extra después de la clase. Todos los estudiantes habían mejorado al final del trimestre. Sus padres escribieron una carta conjunta a los supervisores escolares solicitando que yo siga siendo la maestra de sus hijos hasta que se graduaran.

Pero mi tiempo allí no fue fácil. Debido a que les di a los estudiantes talismanes de Falun Dafa, oficiales del departamento de educación, la oficina 610, la división de seguridad nacional y la estación de policía local vinieron a hostigarme.

Los oficiales del departamento de educación conocían los hechos sobre Falun Dafa porque habían recibido cartas de practicantes. Escucharon y comprendieron. Los padres de los estudiantes escribieron una carta conjunta pidiendo que no me molestaran, así me permitieron permanecer en mi trabajo.

Tribulación de enfermedad

Durante años, mi mente no estaba concentrada cuando estudiaba el Fa o hacía los ejercicios. El mal se aprovechó de mi laguna mental y pasé por una severa prueba de enfermedad.

En 2015, me dolía la garganta y sentía dificultad al hablar. Un nudo se formó en mi cuello, y tuve miedo. Una de mis colegas tenía los mismos síntomas unos años antes, y aunque la operaron, falleció. No dije nada, pero en mi corazón, tenía miedo de sufrir el mismo destino. Recordé que Shifu había hablado acerca de cómo "la apariencia surge de la mente" (Enseñando el Fa en la reunión de La Gran Época), pero no pude controlar mi miedo.

Cuando llegaron las vacaciones de verano, sentía tanto dolor que le pedí a mi esposo que me llevara a un hospital. El examen mostró que era cáncer nasofaríngeo, y los médicos dijeron que tenía que someterme a radioterapia y quimioterapia.

Mi esposo me obligó a quedarme en el hospital. Tenía miedo de no poder pasar esta prueba. Solo quería ir a casa para estudiar el Fa y practicar los ejercicios. Decidí irme a casa a pesar de las objeciones de mi esposo y de mis familiares.

Shifu escribió: 

"Con los dizi repletos de pensamientos rectos,
el Shifu posee el poder de llevarlos al Cielo"

(Bondades entre el Shifu y los dizi, Hong Yin II).

Sabía que solo Shifu podría salvarme. Mientras tuviera suficientes pensamientos rectos, Shifu arreglaría lo mejor para mí. Una practicante se ofreció a ayudarme, y me quedé en su casa por un mes. Leímos el Fa y compartimos nuestros entendimientos. Finalmente entendí lo que significaba cultivarse verdaderamente. Me sentí avergonzada por no haberme cultivado antes. ¡Encontré tantos apegos que todavía tenía! A pesar de mis defectos, Shifu todavía me estaba cuidando y protegiendo. Sabía que había soportado mucho por mí.

Con la ayuda de Shifu pude pasar la prueba. Cuando estudié el Fa, envié pensamientos rectos y practiqué los ejercicios con atención, pude sentir la rotación del Falun. Pronto pude leer Zhuan Falun en voz alta y mi garganta ya no me dolió. El bulto se hizo más pequeño, y apenas podía sentirlo. Pude comer, me sentí fuerte y feliz.

Cuando volví al trabajo, los otros maestros dijeron que parecía mucho más joven. Mi esposo estaba asombrado por mi recuperación, y ahora él sigue los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia en su vida diaria.

Me gustaría agradecer a Shifu por su protección compasiva y agradecer a los compañeros practicantes por ayudarme en ese momento difícil.