(Minghui.org) Desde que comencé a practicar Falun Dafa, me he esforzado por comportarme de acuerdo a los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. En particular, me he vuelto una persona más tolerante y más persistente, lo cual ha contribuido a derretir el corazón de piedra de mi esposo. Mi familia destrozada se recompuso.

Mi esposo trabajaba para un negocio que le requería ausentarse de la ciudad la mayor parte del tiempo. Solo regresaba a casa durante las vacaciones de año nuevo. Era una persona egoísta, ya que rara vez se interesaba por cómo se sentían los demás. En un principio, se hizo cargo de la familia, pero con el paso del tiempo empezó a prestarnos cada vez menos atención nuestro hijo y a mí. Aunque ganaba mucho dinero, unos diez mil yuanes al mes, no nos daba ni un centavo. Se lo gastaba todo en sí mismo. Como yo tenía una mente sencilla no pensaba mucho en esta situación.

Un día, mi hijo se cayó, rompiéndose los ligamentos de ambas piernas. El hospital le puso dos clavos de acero en las piernas. Lloró amargamente. Entonces llamé por teléfono a mi esposo, pero no contestó. Llamé a nuestro vecino con quien mi esposo trabajaba fuera de la ciudad. Me comentó que mi esposo ya no vivía en la misma unidad, que se había establecido en otro lugar. Así fue como me enteré de que tenía una aventura amorosa.

Mi esposo admitió el asunto y quiso solicitar el divorcio. Su amante me llamó por teléfono y me dijo cosas que me hicieron enojar mucho. Llegué al límite, no pude soportarlo por más tiempo y empecé a defenderme. Nos enzarzábamos en discusiones todos los días. Incluso mi cuñada no lo podía soportar. Afirmó que si fuera yo lo habría abandonado. Pero yo quería que nuestro hijo tuviera una familia íntegra, así que no aceptaba los planes de mi esposo. Lloraba todos los días. Cada día me parecía que no llegaría a ver la luz del siguiente día.

Mi esposo no quería hacerse cargo de la familia ni tampoco de nuestro hijo. Así que lo hice sola. La escuela estuvo a punto de expulsar a mi hijo, que quería continuar. Después de realizar numerosas visitas a la escuela y mantener varias reuniones con sus profesores y con el director, acordaron que podía quedarse. Durante todo este tiempo, luchaba para evitar que la familia se desmoronara.

Antes del 20 de julio de 1999, leí algunos libros de Dafa, pero la persecución a Falun Dafa me hizo alejarme hasta abandonar por completo la práctica. Sin embargo, mi matrimonio fracasado me hizo darme cuenta de que uno no debía dar crédito a nuestras emociones humanas adquiridas en el mundo secular. Entonces decidí volver a leer los libros de Falun Dafa.

Al leer el Fa, entendí que todo sucede por una razón. El resentimiento acumulado en lo más profundo de mi corazón se redujo poco a poco, hasta volverme más y más pacífica. En la sociedad actual, de la que todos formamos parte, los valores morales se están deslizando hacia abajo. No obstante, la naturaleza humana es bondadosa.

Un día, de repente escuché que mi esposo perdió alrededor de 200.000 dólares en su negocio. Desarrolló algún tipo de enfermedad y ahora se encontraba realmente enfermo. Su amante lo abandonó. Me pregunté, ¿qué debo hacer? Como soy una practicante de Dafa, pensé que debía hacer lo que Shifu nos pide que hagamos y medir todo usando los principios del Fa. Después de todo, una vez fuimos cónyuges. Debería tratarlo con benevolencia.

Cuando lo llamé por teléfono, resultó que era el día de su cumpleaños. Tal vez sentía que no le restaba mucho tiempo de vida. Me regañó y me dijo que aún consideraba presentar la demanda de divorcio, así no tendría que cuidarlo. Sin embargo, yo había dejado de ser la persona que solía ser. Ahora practicaba Falun Dafa. Mantuve la mentalidad correcta y le dije: “Estás tan enfermo. ¿Cómo puedes solicitar el divorcio? Solo ten en cuenta tu salud y no te preocupes por el dinero por ahora”. Decidí llevarlo a casa para que pudiera recibir un tratamiento apropiado para su enfermedad.

Se quedó postrado en la cama, tan delgado que parecía una bolsa de huesos. Sentí compasión por él. Su ignorancia le había causado enormes problemas. Desde que nos vimos comenzó a regañarme diciéndome que era una tacaña. Me medí usando los estándares del Fa e ignoré lo que dijo. No lo juzgué y lo traté bien, de todo corazón.

Cuando llegamos a casa, pedí prestado algo de dinero para enviarlo al hospital. El diagnóstico fue que la mitad de su pulmón había quedado inservible y en la otra mitad tenía tuberculosis. Necesitaba ser hospitalizado. Pensé que me limitaría a hacer lo posible por ayudarlo sin preocuparme por su estado, ya que todos tienen su propio destino.

Cada dos semanas se nos agotaba el dinero que nos prestaban familiares, amigos y conocidos. Así que tenía que ir a pedirle prestado a otras personas. Muchos familiares intentaron convencerme de que lo abandonara y se negaron a prestarnos dinero. Aún así seguí intentándolo. Mientras tanto, mi esposo todavía regañaba a todos los que veía: a mí, a las enfermeras, a otros pacientes, etc. Las enfermeras se enojaron y se negaron hacerse cargo de él, así que tuve que pedirles disculpas en su nombre.

A veces me regañaba frente a la multitud a propósito. En realidad, también me hacía sentir enojo, pero en cuanto pensaba en que yo era una practicante de Falun Dafa y él un paciente enfermo, simplemente olvidaba lo que me había dicho. No me dejaba apoyar mis pies en las esquinas de la cama del hospital para descansar, así que, durante la noche, descansaba cerca del calentador.

Durante más de cuarenta días, no tuve ocasión de recostarme en una cama para descansar. Un día, estaba tan cansada que cuando vi un pequeño lugar en una de las camas, sin pensar mucho, me acosté y me dormí de inmediato. El doctor que se encontraba haciendo chequeos de rutina por las habitaciones, expresó suavemente: "No ha sido fácil para ella. Solo déjenla que descanse". A las personas que compartían la habitación del hospital les resultaba difícil de soportar el comportamiento de mi esposo. Si yo no hubiera sido una practicante de Falun Dafa, tampoco hubiera podido soportarlo.

Finalmente, el corazón de piedra de mi marido fue tocado y se derritió. Cuando no había nadie en la habitación, me confesó: “Lo juro, de ahora en adelante, seré mejor. Si continúo haciendo lo que hacía, no podría ser considerado ni siquiera un ser humano. Viviremos una vida armoniosa cuando me recobre. Prometo hacer lo que he dicho”.

Pronto se recuperó y nos marchamos a casa. En casa, mientras se recuperaba, me encargaba de todas las tareas esenciales del hogar. Además comencé a trabajar para ganar dinero con que mantener a la familia.

Mi esposo mejoró a medida que pasaban los días y pudo comenzar a encargarse de algunas tareas ligeras. Estaba especialmente agradecido a Dafa. Le contó a sus hermanos: "Lo que hace tu cuñada es maravilloso". Me llevaba a todas partes en su motocicleta para que distribuyera materiales de aclaración de la verdad. Sus hermanos me dijeron: “Sin ti, nuestro hermano habría muerto hace mucho tiempo. ¡Falun Dafa es realmente muy bueno!".

Siento gratitud hacia Falun Dafa, ya que todos los cambios en mi vinieron a raíz de esta maravillosa práctica. Dafa me ayuda a atravesar todas las dificultades y a volver a mi verdadero ser. ¡Gracias Maestro Li!