(Minghui.org) Tengo 46 años y practico Falun Dafa hace más de 20 años. Mi camino de cultivación no ha sido fácil, sino lleno de altibajos. Mi fe nunca vaciló a pesar de la persecución. He persistido en el camino de regreso a mi ser original siendo testigo constantemente de la benevolencia del Maestro, el Sr. Li Hongzhi, y las maravillas de Falun Dafa.

Deshacerse del apego a la fama

Soy un chef con cierto reconocimiento. Cuando veo un plato preparado, me resulta fácil reconocer cómo se ha elaborado. Me convertí en chef cuando tenía poco más de veinte años, y pronto me hice famoso en mi ciudad.

Como era joven, competitivo, inteligente y tenía habilidades ejemplares, desarrollé un fuerte apego a la fama. Rápidamente me volví arrogante y me jactaba de mis habilidades. Estaba apegado a mi reputación y me encantaba presumir. Reprendía y amonestaba a mis aprendices incluso si cometían el más mínimo error. Nunca aceptaba críticas y para entonces, incluso mi jefe me temía.

Siempre me han entusiasmado las artes marciales y el qigong. Desde mi juventud practiqué y experimenté muchos fenómenos de los que habla el Maestro Li en el libro, Zhuan Falun. A menudo he tratado las enfermedades de otras personas.

Tuve la suerte de conocer Dafa en 1995. Cuando leí Zhuan Falun, supe que había obtenido algo precioso. Sentí profundamente en mi corazón que había encontrado el verdadero significado de la vida y lo que verdaderamente había estado esperando.

Solo entonces pude ver mis propios problemas evaluándome de acuerdo con Falun Dafa. ¿Qué clase de persona era yo? Aunque estaba avergonzado por mi comportamiento, no era fácil deshacerme de estos apegos.

Tan pronto como comencé a practicar Falun Dafa, me dieron muchas oportunidades para eliminar mis apegos al ego. Estuve buscando un trabajo, y algunos entrevistadores me rechazaron en la primera entrevista, alegando que era demasiado joven. Otros sintieron que los platos hechos en los exámenes no eran lo suficientemente buenos. Después de estar trabajando en un restaurante por unos días, un gerente me dijo: "No te contrataría aunque trabajases gratis. Puedes irte. No te pagaré ni un centavo". Antes de comenzar a practicar Falun Dafa, le hubiera destrozado el restaurante. Pero me controlé. Ahora era diferente. Quería seguir los principios de Dafa de Verdad-Benevolencia-Tolerancia y ser una buena persona.

El Maestro dijo:

"¿Cómo puede ser eso cobardía? Digo que eso es la manifestación de un corazón de gran Ren, una manifestación de firme voluntad; solo alguien que refina gong puede tener este corazón de gran Ren" (Zhuan Falun).

"El Ren, es la clave para mejorar el xinxing de uno. El aguantar con odio, quejas o lágrimas es el Ren de una persona común que está apegada a sus recelos. Sólo el aguantar completamente sin ningún odio ni queja alguna es el Ren de un cultivador" ( ¿Qué es Ren?, Escrituras esenciales para mayor avance).

Guiado por Falun Dafa, me propuse eliminar el apego al sentimiento de injusticia. Tropecé con una prueba tras otra. Pasé fácilmente algunas, pero durante otras pruebas, todavía no pude desprenderme del resentimiento. Durante todo un año, no pude conseguir ningún trabajo estable. A finales de año, pude descartar mis sentimientos de frustración y humillación, y finalmente conseguí un estado mental tranquilo sin importar lo que sucediera.

Me di cuenta de que estos desafíos aparecieron porque me importaba mucho la reputación. Shifu estaba exponiendo mis apegos, y dándome oportunidades para deshacerme de ellos. Tan pronto como me di cuenta, la situación cambió y de inmediato conseguí un puesto como jefe de cocina del restaurante de un hotel. Durante estos últimos 20 años, mi trabajo ha sido muy estable. Ya no estoy enfocado en conseguir fama.

Eliminando el apego a la avaricia

Antes de que comenzara a cultivarme, tenía plena autoridad para decidir qué productos se compraban o usaban en los restaurantes donde trabajaba. Hay una gran diferencia entre la cantidad de comida comprada y la cantidad de comida servida, especialmente en restaurantes muy concurridos. Esto es porque en China es muy común apropiarse de lo ajeno, y esto es lo que yo solía hacer.

Después de que comencé a cultivar Dafa, entendí la relación entre pérdida y ganancia. Comprendí que apropiarse de lo ajeno, estaba mal.

Shifu dijo en Zhuan Falun:

"En la religión se dice: no importa cuánto dinero tengas o cuán alta sea tu posición, esto es solo por algunas décadas, porque cuando naces no puedes traer nada y al morir no puedes llevar nada. Entonces, ¿por qué es tan valioso este gong? Precisamente porque eso crece directamente en el cuerpo de tu espíritu primordial y puede traerse con el nacimiento y llevarse con la muerte; además el gong determina directamente tu Posición de Fruto, por eso no es fácil cultivarse".

Cuando las personas encargadas de la entrega de alimentos llamaron pidiendo mi número de cuenta bancaria, para ingresarme una comisión, lo rechacé firmemente. Les dije: "Practico Falun Dafa, y no tomaré ni un centavo. Mientras se mantenga la calidad de los productos y el precio siga siendo razonable, es suficiente”. Ellos exclamaron: "Entregamos productos en muchos restaurantes, pero en ningún lugar hemos encontrado un cocinero tan honesto como usted. Algunos chefs se enojan si no les recompensamos lo suficiente. Falun Dafa es realmente grandioso”. Les dije: "Mi Maestro me enseñó a ser honesto".

En otra ocasión, una asociación vino a comprar mariscos cuando trabajaba en un hotel operado por el gobierno. Me dieron un cheque por 4.000 yuanes y me dijeron que escribiera la fecha cuando fuera a retirar el dinero. Puse el cheque en el bolsillo de mi ropa de trabajo y lo olvidé. Varios días después lo entregué al departamento de finanzas del hotel. No estaban sorprendidos porque sabían que yo era practicante y no aceptaba dinero.

Cuando la persecución a Falun Dafa era más desenfrenada, trabajé en otro establecimiento y no dudé en contar a mis compañeros de trabajo sobre Falun Dafa y la persecución. En ese restaurante, muchos trabajadores se llevaban la comida a casa, hasta el punto de que apenas necesitaban gastar dinero para alimentarse. Sin embargo, yo no me llevaba nada a casa y, con el tiempo, mis compañeros de trabajo se dieron cuenta de mi honradez. Todos me admiraban por ello.

Bajo la dirección de la oficina 610, un oficial vino a investigar si el restaurante tenía contratados practicantes. Siendo así, la empresa tendría que despedirme. El agente sabía que yo practicaba Falun Dafa y también sabía que era un excelente empleado con una excelente reputación.

El agente de la oficina 610 preguntó al gerente: "¿Hay algún practicante que trabaje aquí?".

"No. No he oído hablar de ninguno", dijo el gerente.

"¿Ese cocinero no practica? Ustedes dos trabajan juntos todos los días".

"No es así".

El oficial dijo: "Entonces, ¿cómo debo informarlo?".

"¿A quién va a informar si nadie en este restaurante practica Falun Dafa?", preguntó el gerente.

El oficial negó con la cabeza y dijo: "Está bien. He hecho mi trabajo. Como nadie me respondió, informaré que nadie practica aquí". Luego se fue.

El gerente más tarde desarrolló un tumor. El doctor le dijo que solo tenía tres meses de vida. Esto fue hace diez años, sin embargo todavía permanece con salud. Debido a que conoció los hechos sobre Dafa y protegió a los practicantes, fue bendecido.

El apego a discutir

Me recomendaron un hotel por el que pasaron seis chefs antes que yo. La mayoría de los empleados que fueron contratados conmigo eran practicantes, y habían comenzado a practicar gracias a mí. Trabajamos juntos concienzudamente, y llegamos a ser muy confiables.

El jefe y su familia nos invitó a cenar al final del primer mes. "Empecé con un pequeño puesto de comida, y ahora estoy a cargo de este gran hotel", dijo. "Todos ustedes son muy hábiles y tienen altos estandares morales. Nunca reemplazaré a ninguno de ustedes. Espero que no se vayan y sigan trabajando para mí por mucho tiempo".

Un día, los tomates que acababan de comprar desaparecieron. Los necesitábamos para los platos del almuerzo, y no había tiempo para comprar más. El jefe se molestó. "Acabamos de comprarlos esta mañana, entonces, ¿dónde están?", Preguntó. Él me señaló y dijo: "Tú eres responsable".

Dije: "Nadie en nuestra cocina los tomaría". Siguió quejándose, mientras yo permanecía callado.

Al día siguiente, vino la hermana del jefe y nos dijo que fue ella quien los tomó. El jefe avergonzado dijo: "Usualmente hablas alto. ¿Por qué no discutiste conmigo cuando te acusé?

"No quería discutir con usted", dije. "Tendría un impacto negativo en nuestra relación. Todos los practicantes tratamos de ser buenas personas. A medida que pase el tiempo, nos conocerá y tendrá más confianza en nosotros".

Hubo muchas otras situaciones similares. Siempre seguimos los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia para resolver nuestros conflictos. Trabajé en ese restaurante hasta que fue cerrado por venta del edificio. Durante la cena de despedida, el jefe me abrazó y dijo entre lágrimas: "No es fácil encontrar una buena persona. Conocer a un grupo como ustedes es casi imposible".

El jefe y yo todavía somos buenos amigos y él les cuenta a sus colegas los hechos sobre la persecución.

El apego a la lujuria

Hoy, la violencia y el sexo están en todas partes, desde libros hasta videos e Internet. Tenía más de 20 años cuando comencé a practicar. Era joven y guapo, y las chicas se sentían atraídas por mí. Tuve varias novias. Cuando comencé a cultivarme y entendí cómo comportarme, dejé de perder el tiempo y me casé.

Después de casarme, comencé a comportarme con decoro. Vigilé mi lenguaje y evité bromear con mujeres.

Una compañera de trabajo me confesó que le gustaba. No estaba preocupado al principio pero su conducta inapropiada me alertó. Le dije: "Tengo una familia agradable, y nunca me divorciaré de mi esposa para casarme contigo". Yo no te pertenezco. Algún día encontrarás a la persona que verdaderamente te pertenece".

Después de que la rechacé firmemente, gradualmente dejó ir su apego por mí. Más tarde encontró un buen hombre y se casó. Si no hubiera sido practicante, podría haber tenido una aventura con ella. Pero soy un cultivador y no seguiría a la corriente. Mantuve mis creencias y pensamientos rectos, y me comporté como un practicante.

No puedo expresar mi gratitud a Shifu. Antes, solía tener todo tipo de malos hábitos. Ahora disfruto de buena salud, una familia feliz y un círculo de amigos. Yo aprecio a Dafa y aprecio cada paso en mi camino de cultivación. ¡Espero que más gente conozca lo increíble que es Falun Dafa!