(Minghui.org) Desde que la arrestaron, hace ya seis meses, se le han denegado las visitas familiares a una vecina de Changsha. Ha quedado fijada su audiencia ante el tribunal para el día 4 de enero de 2018, pero los motivos de su comparecencia aún no han sido comunicados.

La Sra. Yang Hong, de 61 años de edad, se trasladó desde la ciudad de Yongzhou a la ciudad de Changsha hace algunas décadas, para abrir junto a su marido una tienda de ropa. Reconoce que Falun Gong, una práctica beneficiosa para la mente y el cuerpo perseguida por el régimen comunista chino, le devolvió la salud al tiempo que le reduce la tensión que conlleva atender un negocio familiar. Siempre que surge la oportunidad, habla a sus clientes sobre la ilegalidad de la persecución de su creencia espiritual.

Una señora llamada Li Fang le pidió información sobre Falun Dafa mientras compraba en su tienda de ropa. Días después, el 28 de junio, la policía irrumpió en el hogar de la Sra. Yang, y la arrestó a ella y a su marido. Después supo que Li la denunció a la policía, por lo que recibió una recompensa de 3.000 yuanes. El marido de la Sra. Yang fue liberado horas después, pero a ella la trasladaron al cuarto centro de detención de la ciudad de Changsha, donde permanece hasta el día de hoy. La procuraduría local había emitido una orden oficial de arresto contra ella hacía algunas semanas. Su comparecencia ante el tribunal del distrito de Yuelu ha quedado programada para el día 4 de enero de 2018.

A este último arresto lo había precedido otro, el 13 de enero de 2017. En aquel entonces, la detuvieron por darle a uno de los pasajeros materiales informativos sobre Falun Dafa.

La interrogaron en la comisaría de Guihuaping, en la ciudad de Changsha. Seis oficiales le tomaron las huellas dactilares a la fuerza, entre ellos se hallaba Zuo Yang. Uno de los funcionarios la golpeó con fuerza en la cabeza. También le retorcieron los brazos y la esposaron a la espalda. Sus brazos se inflamaron y enrojecieron.

La policía transfirió a la Sra. Yang a un centro de detención local a primera hora de la mañana. La liberaron pasados 10 días. El día que la pusieron en libertad, le dijeron que se acercara a la comisaría porque le iban a devolver las pertenencias que le habían confiscado. Firmó una declaración en la que afirmó que le habían devuelto 30 copias de materiales informativos sobre Falun Dafa que le habían sido confiscados.

Sin que ella lo supiera, la policía envió por correo electrónico su declaración firmada a sus colegas en la ciudad de Yongzhou. Entre marzo y abril de 2017, los agentes de la ciudad de Yongzhou fueron, hasta en tres ocasiones, a la ciudad de Changsha para intentar hacerla firmar una declaración en la que prometiera que renunciaría a su creencia en Falun Dafa.

La policía de Yongzhou desconocía la dirección de su domicilio en Changsha, pero pudieron encontrar su tienda. La primera vez se presentaron solo dos personas. La segunda vez aparecieron tres.

La tercera vez, se presentaron ocho personas; uno blandía un arma. Pero no encontraron ni a la Sra. Yang ni a su esposo. Entonces, los agentes buscaron su residencia.

Llamaron a su puerta, y se hicieron pasar por vendedores ambulantes de champú. La Sra. Yang no les abrió la puerta. A partir de ese momento la pusieron bajo vigilancia. Un día, la policía de Changsha la arrestó.