(Minghui.org) Tengo casi 80 años y comencé a practicar Falun Dafa en 1998. El Maestro Li Hongzhi limpió mi cuerpo. Aunque la sangre fluyó de mi nariz durante cinco días, me sentía bien. Además, luego todo tipo de enfermedades desaparecieron por completo. ¡Mi familia y yo sentimos que era milagroso!

Mi hija mayor había alquilado una porción de tierra cerca de un río para plantar hongos. Un día vino una inundación torrencial, y parecía que su tierra sería aniquilada. Gritó pidiendo ayuda: “Maestro Li ¡Sálvame!”. Al instante la inundación se dispersó, y su parcela se salvó.

Fui golpeado por un coche en el camino a casa en un mercado el 14 de marzo en 2013. Aterricé en el suelo a más de cuatro metros de distancia. Pero no sentía ningún dolor, y no tenía ninguna herida en mi rostro o cuerpo. El conductor quería llevarme a un hospital, pero le dije que no era necesario. Luego me preguntó cuánto podía pagarme. Le contesté que no aceptaría ni un centavo.

Más de 100 personas vieron el accidente, y muchos parecían sorprendidos por mi decisión. Algunos dijeron que yo era tonto al no pedir dinero. Una persona dijo que debo ser realmente una persona decente por no ser tan interesado en el dinero estando en esta sociedad actual.

Me levanté del suelo y sacudí el polvo de mi ropa. Le dije a la multitud: “¿Saben por qué me negué a ir a un hospital, y por qué no pedí un centavo? La razón es que soy un practicante de Falun Dafa. No me pasó nada, ya que estaba protegido por mi Maestro”.

“El Maestro Li nos enseña a actuar de acuerdo con los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, y quiere que consideremos primero a los demás. Piensen en ello. Soy un hombre de más de 70 años de edad, fui golpeado y atropellado por un coche. Sin embargo, me levanté fácilmente sin ayuda. Si  no fuera un practicante de Falun Dafa, no hubiera sido capaz de levantarme solo, aunque me hubiese caído. Para la gente de mi edad, el dinero no es más importante que un cuerpo sano”.

Algunas personas todavía estaban preocupadas por mi condición, diciendo: “Señor, para un hombre mayor como usted, ahora no pasó nada. Eso es genial, pero no garantiza que más tarde no esté lastimado. Sus hijos e hijas lo pueden culpar por tomar hoy la decisión equivocada”.

Le respondí: “En primer lugar, ¡gracias por su preocupación!”. Entonces volví al conductor y añadí: “¡Confíe en mí! ¡No anotaré su nombre ni su número de matrícula! ¡Creo firmemente que no sucederá nada, ahora ni en el futuro! Joven, solo te pido una cosa. Debes expresar tu gratitud hacia el Maestro Li por quitarte este mal destino”.

Me preguntó cómo debía hacerlo. Le dije que no le costaría un centavo; solo tenía que presionar sus manos frente a su pecho (en heishi) y gritar en voz alta, “¡Falun Dafa es bueno!” y “¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno!”. Con mucho gusto aceptó mi sugerencia.

Al principio levanté las manos y grité con entusiasmo: “¡Falun Dafa es bueno!” Y “Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno!”.

El joven me siguió y gritó en voz alta: “¡Falun Dafa es bueno!”, y “Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”.

Me incliné ante el público y dije: “Todos, por favor recuerden que Falun Dafa es bueno. Así sus familias tendrán un futuro brillante”.

Salí de ahi y un caluroso aplauso se empezó a escuchar. Yo también estaba emocionado, y comencé a aplaudir para expresar mi gratitud.