(Minghui.org) Una mujer en el distrito de Jiutai, ciudad de Changchun, murió cuatro días después de haber sido arrestada por hablar con la gente sobre Falun Gong, una disciplina espiritual perseguida por el régimen comunista chino. Su hijo demandó a la policía local y recientemente recibió 200.000 yuanes.

El hijo de Yu Guixiang instó a la policía a no detener a su madre cuando llamaron para informarle de su arresto el 16 de junio de 2017. El joven, que viajaba fuera de la ciudad con su padre en ese momento, le dijo a la policía que su madre solía sufrir de diabetes y derrame cerebral, y le preocupaba que pudiera tener una recaída.

La policía de Jiutai ignoró la advertencia y envió a la Sra. Yu al centro de detención de Jiutai sin someterla a la evaluación médica requerida.

Según la Sra. Dai Yaoqi, otra practicante de Falun Gong detenida al mismo tiempo, la Sra. Yu comenzó a experimentar dolor en el pecho poco después de su arresto. La policía no prestó atención médica y afirmó que debían enviar a ambas mujeres al centro de detención, que las podría liberarlas más tarde.

Las Sras. Yu y Dai no recibieron comida en el centro de detención al día siguiente, ya que se negaron a usar uniformes de la prisión.

La noche siguiente (18 de junio), la señora Yu se desmayó repentinamente, y la señora Dai se apresuró a llamar a los guardias de turno, quienes le dieron a la Sra. Yu unas píldoras. La señora Yu se despertó media hora más tarde, pero permaneció desorientada.

Cuando el director del centro de detención llegó a trabajar el lunes 19 de junio, la Sra. Dai le dijo a la policía que una vez prometió que ella y la Sra. Yu serían liberadas por el centro de detención. El director llamó a la policía para confirmar, pero nunca le respondió a la Sra. Dai. También prometió encontrar un médico para la Sra. Yu, pero nunca se envió a ningún médico.

La señora Yu se despertó a la mañana siguiente para usar el baño. La Sra. Dai la acompañó allí y esperó afuera. Oyó una pesada respiración y entró corriendo, pero la señora Yu se había derrumbado antes de poder agarrarla.

No había personal médico en el centro de detención, y la señora Yu ya había fallecido cuando llegó una ambulancia. Tenía 65 años.

La policía intentó inicialmente censurar la noticia de la muerte de la Sra. Yu, pero su familia pronto se enteró y comenzó su arduo viaje para buscar justicia por ella.

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