(Mignhui.org) Me llamo Yuan Ji. Nací en el seno de una familia de granjeros de la provincia de Shandong, China. Empecé a practicar Falun Gong en enero de 1999, para curar mis enfermedades. Después de comenzar a practicar, todas mis enfermedades se desvanecieron.

Años después, dejé de practicar debido a varias clases de interferencias. Un día, me sentí muy enfermo. Me diagnosticaron diabetes aguda. Fui hospitalizado durante cuatro meses. El coste ascendió a 10.000 dólares americanos. Los doctores me dijeron que no existía cura para la diabetes, y que todo lo que podían hacer era tratar de controlar los síntomas con medicamentos.

Mis compañeros practicantes de Falun Gong compartieron conmigo y me alentaron para que retomara el estudio del Fa. Pero había perdido la confianza en mí mismo. Pensaba que el Maestro no me quería. Una tarde, a las 6:00 p.m., vi dos pequeños Falun girando delante de mi cama. Los observé durante cuatro minutos. Desaparecieron en cuanto intenté concentrarme en ellos.

Estaba feliz, porque sabía que el Maestro aún me estaba protegiendo, aunque no me cultivara bien. Me quedé sin palabras ante la gracia y la compasión del Maestro.

Así que reanudé la lectura de Zhuan Falun, el texto principal de Falun Dafa. Un milagro sucedió algunos días después. Pasé de administrarme cuatro inyecciones de insulina diarias a tomar tan solo una píldora diaria. A los pocos días ya no necesité tomar píldora alguna. Entonces fui al hospital para que me examinaran, y el médico me confirmó que estaba bien.

Este sólo es uno de los muchos milagros que me han ocurrido desde que empecé a practicar Falun Gong.