Minghui.org) Soy una practicante veterana que empezó a practicar Falun Dafa en 1996. Durante esos años de altibajos, atravesé pruebas y tribulaciones, una tras otra, gracias a la protección constante del Maestro. Para mi ha sido la demostración inequívoca de la magnificencia y el extraordinario poder de Dafa.

Nevó con intensidad a finales de noviembre de 2015. Como no hacía mucho frío, la nieve empezó a derretirse al día siguiente. Asi que el sendero estaba resbaladizo y era difícil caminar por él. Oscureció sobre las 7:00 p.m. y fui a tomar algunos materiales de aclaración de la verdad de la casa de un practicante. Mi marido, por su parte, quería ir a casa de un colega suyo para ocuparse de algunos negocios, así que me sugirió que tomáramos el ascensor para bajar hasta la calle juntos.

Cuando llegué a casa del compañero practicante, cargué los materiales sobre mi espalda y empecé el camino de regreso a casa con ambas manos metidas en los bolsillos de mi chaqueta de algodón.

Tomé un atajo y caminé rodeando la sección ajardinada de nuestro distrito. Es una zona arbolada para el verano, con un camino hecho de azulejos de mármol en el centro y bancos en línea a ambos lados. El sendero estaba cubierto con una capa gruesa de nieve blanca, sin el más leve rastro de huellas humanas.

Caminé deprisa y, de repente, caí al suelo y quedé sentada en la nieve. Me sorprendió esta caída inesperada, y repentinamente sentí calor en mi abdomen inferior subiendo hasta mi garganta. Quise vomitar. Instintivamente, no abrí la boca y reflexioné sobre lo que me había sucedido.

Grité inmediatamente: "Sálveme Maestro". Poco después, este fragmento del Fa entró en mi mente:

“Soy dizi de Li Hongzhi, no deseo otros arreglos ni los reconozco”. (Exponiendo el Fa durante el Festival de la Linterna, 2003)

Empecé a enviar pensamientos rectos continuamente. Intenté levantarme de la nieve pero resbalé de nuevo y comencé a deslizarme por la nieve. Pensé: "Soy un discípulo de Dafa y hago cosas que validan Dafa. Niego los arreglos de las viejas fuerzas. Tengo a mi Maestro y me he cultivado en el Fa". Finalmente me apoyé en un banco y me levanté.

Llegué a casa con mucho esfuerzo y subí al ascensor, sin tener muy claro cómo lo había conseguido. En aquel momento, mi marido aún no había regresado a casa, así que me quité los pantalones mojados y envié pensamientos rectos con las piernas cruzadas durante más de una hora. El calor comenzó a desaparecer gradualmente hasta calmarse completamente y desaparecer.

Cuando esa noche me giré mientras dormía, sentí un terrible dolor indescriptible en los órganos internos del abdomen. Sudaba y sentía escalofríos por todo el cuerpo. A la mañana siguiente me levanté para hacer los ejercicios. Cuando hacía los movimientos hacia abajo siguiendo los mecanismos de energía, sentí como si las partes internas de mi cuerpo estuvieran suspendidas, como péndulos, flotando hacia delante y detrás. El dolor era verdaderamente difícil de soportar.

Entonces recité el Fa de Bondades entre el Shifu y los dizi del libro Hong Yin (II):

"Con los dizi repletos de pensamientos rectos,

el Shifu posee el poder de llevarlos al Cielo".

Y Zhuan Falun:

"«Difícil de soportar, se puede soportar; difícil de hacer, se puede hacer». En efecto, esto es precisamente así; por qué no todos hacen el intento después de regresar a casa. Cuando atravieses una tribulación verdadera o una prueba, haz el intento; si es difícil de tolerar, trata de tolerar; si parece difícil de realizar y dicen que es difícil, entonces prueba un poco, a ver si realmente va o no va. Si de veras puedes llevarlo a cabo, descubrirás realmente que, ¡tras el verde oscuro del sauce, se hallan resplandecientes flores y otra nueva aldea!".

Me recuperé pocos días después.

Después de tener una caída tan mala, sentí que nada es coincidencia, y empecé a mirar hacia dentro. Encontré el apego al miedo. Siempre me preocupaba esto y aquello; tenía problemas para hablar cara a cara con los demás y validar el Fa de una manera honesta. He crecido acostumbrada a ser tímida todo el tiempo. Tampoco quiero que mi marido me vea cuando salgo a tomar materiales de aclaración de la verdad, así que camino rápido de regreso a casa.

Las viejas fuerzas explotaron la brecha en mi cultivación y se valieron de mis apegos para ponerme en esta tribulación. Mi Maestro me salvó y lo soportó todo por mi.

Como practicante, no tengo palabras para expresar mi gratitud al Maestro. Solo puedo cultivarme sólidamente para alejar mi apego al miedo. Quiero usar esta oportunidad para desenmascararlo completamente. Siempre y cuando lo trate con pensamientos rectos, nada podrá detenerme y conseguiré superarlo.

No defraudaré la salvación compasiva del Maestro. Quiero caminar bien la última parte del mi camino.