(Minghui.org) El 20 de julio, los practicantes de Nueva Zelanda se reunieron en la Plaza Aotea en Auckland y de nuevo el 21 de julio, en la Plaza Central en Hamilton para aumentar la conciencia sobre la persecución de 18 años en China.

Utilizando carteles y recreando la sustracción forzada de órganos, explicaron cómo los practicantes son maltratados por sus creencias.

Practicantes de Falun Gong en Auckland el 20 de julio de 2017.

Abogado de derechos humanos: Sus esfuerzos harán la diferencia

El abogado de derechos humanos Kerry Gore dijo que se necesita una legislación en Nueva Zelanda para ayudar a los practicantes de Falun Gong.

El reconocido abogado de derechos humanos Kerry Gore dijo que la persecución en China ha llamado la atención internacional. Un ejemplo que comentó fue la H.Res. 343, aprobada por la Cámara de Representantes de los Estados Unidos en junio de 2016.

“La Resolución 343”, dijo Gore: “pidió un inmediato fin a la atrocidad, así como a la represión de Falun Gong en China. Alienta a la comunidad médica de los EE.UU. a ayudar a concienciarse de prácticas de transplante de órganos poco éticas en China. También pide a China que permita una investigación independiente sobre los abusos de trasplantes de órganos”.

Gore esperaba que el gobierno de Nueva Zelanda introdujera una legislación similar. Agradeció a la concejal de la ciudad de Auckland, Cathy Casey, por llevar esto a la atención del ayuntamiento y la oficina del alcalde.

“Por favor ayude a los practicantes de Falun Gong, porque sus esfuerzos harán la diferencia. Y todo el mundo en Nueva Zelanda necesita saber esta importante cuestión”, dijo Gore en la manifestación.

Amato Akarana, un jefe maorí local, también llegó al evento. Apoyó plenamente a Falun Gong y deseó lo mejor a todos los practicantes, esperando que la represión en China termine pronto.

Estudiante: Enviada a trabajo forzado y lavado de cerebro por sus creencias

La Sra. Wang Jiuchun, ex profesora asociada de la Universidad de Tsinghua, fue enviada a un campo de trabajos forzados durante 15 meses por practicar Falun Gong.

La persecución afecta negativamente a personas de todas las clases sociales. “En la renombrada Universidad de Tsinghua, cientos de personas solían practicar los ejercicios todos los días en la mañana, desde estudiantes a miembros del personal, y profesores”, dijo la Sra. Wang Jiuchun de 70 años, una exprofesora asociada de la Universidad de Tsinghua.

A la Sra. Wang le llevó mucho tiempo encontrar a Falun Gong. “Debido al asma y otros problemas de salud, he intentado todo tipo de qigong y sistemas de meditación, pero ninguno de ellos realmente funcionó para mí”. La práctica de Falun Gong la dio energía y buena salud. “También me hice más productiva en el aula y en mi investigación”, recordó.

Después de la persecución que comenzó en julio de 1999, experimentó los días más oscuros en su vida. Fue arrestada, detenida y enviada a un campo de trabajos forzados, donde tuvo que trabajar durante 15 meses.

Un policía le dijo: “Hay demasiadas personas inteligentes en la Universidad de Tsinghua. Tenemos que hacer algo con sus cerebros”. Como resultado, los practicantes de la universidad fueron sometidos a un intenso lavado de cerebro. “Fui enviada a un centro de lavado de cerebro 6 veces y fuertemente presionada para renunciar a mi creencia”. Además contra su voluntad, le dieron medicamentos que dañan el sistema nervioso.

“Aquellos días fueron realmente difíciles para mí. Pero en el fondo de mi corazón, sabía que Falun Dafa (es decir, Falun Gong) era lo mejor -nada podría cambiar eso”, dijo la Sra. Wang. Ella vino a Hamilton, Nueva Zelanda, en 2012. Ahora va a menudo a los sitios turísticos y a los acontecimientos públicos para decir a la gente sobre la persecución de Falun Gong en China.

Al menos 5 practicantes de Tshinghua perdieron la vida durante la persecución. Casi 100 profesores, miembros del personal y estudiantes fueron despedidos o expulsados por su creencia. “Tenemos que ayudar a que se escuchen sus voces”, dijo la Sra. Wang.

Encarcelado por contar a otros sobre la persecución

John Chen fue encarcelado por 11 años por hablar en contra de la propaganda de odio del partido comunista que difamaba a Falun Gong.

Después de que el exlíder comunista Jiang Zemin prohibiera a Falun Gong en julio de 1999, dio órdenes no solo a los practicantes para su detención y tortura, sino que también generó propaganda de odio para desacreditarlos. Y cualquiera que desafiara la propaganda difamatoria debía ser tratado severamente.

Eso es lo que le pasó a John Chen. Después de que el incidente de autoinmolación en enero de 2001 fue identificado como un engaño, Chen contó a otros sobre esto y explicó por qué no se debe creer ciegamente la propaganda. Como resultado, fue arrestado y detenido. “Fui condenado a 7 años de prisión. Los guardias de la prisión me golpearon, me torturaron y me privaron de dormir”, dijo Chen.

También fue puesto en aislamiento, sometido a lavado de cerebro y dado innecesarios medicamentos contra su voluntad.

Después de venir a Nueva Zelanda, Chen presentó una queja criminal contra Jiang por perseguir a Falun Gong al gobierno chino. Más de 200.000 denuncias de todo el mundo han sido sometidas al sistema de justicia chino.

“Esta es una de las cosas más tristes de las que he oído hablar”

Los transeúntes paran para oír hablar de Falun Gong y firman peticiones para ayudar a los practicantes.

Heather Hales, una maorí que vive en Hamilton, permaneció durante mucho tiempo hablando con los practicantes. “Puedo decirte que haces unos ejercicios maravillosos”, le dijo a un practicante.

Ella llamó a la sustracción forzada de órganos en China “un crimen horrible". “Creo que la gente en esta sociedad necesita abrir los ojos y ver lo que está sucediendo. Debemos hacer algo para ayudar”, comentó.

Vincent Gordon, estudiante de la Universidad de Tecnología de Auckland, se especializa en la enseñanza de japonés e inglés. Dijo que la persecución de Falun Gong en China es un genocidio.

“Tantas personas inocentes siguen siendo asesinadas y torturadas, con sus familias rotas. Esta es una de las cosas más tristes de las que he oído hablar”, dijo.

Dijo que, porque ahora estamos viviendo en una sociedad global, “tenemos que dar publicidad, porque no es justo que algunos de nosotros suframos mientras que el resto no hace nada. Además, la cultura tradicional china es un tesoro para toda la humanidad. No podemos permitir que los comunistas la destruyan”.

Gordon dijo que hablaría con la administración de la universidad para obtener permiso para publicar información en el campus sobre la sustracción forzada de órganos.

“Espero que lo logres”, dijo, “y creo que lo harás. Y sólo necesitamos despertar a la gente para que sepan lo que está pasando”.