(Minghui.org) [Publicado originalmente el 24 de abril de 2010 ]

Nota del editor: Para conmemorar el 11.º aniversario de la apelación del 25 de abril, Minghui presenta esta como una de las series de artículos publicados de años anteriores. La apelación del 25 de abril fue notable no solo por su gran convocatoria, sino porque fue muy pacífica y ordenada. Ese día más de 10.000 practicantes se reunieron en el centro de Beijing, para protestar pacíficamente por sus derechos civiles. La máquina propagandística del PCCh en su afán de aplastar a Falun Gong por el entonces presidente del partido Jiang Zemin, tergiversó los hechos para servir a sus propios motivos. Hasta hoy, la propaganda del PCCh acusa a Falun Gong de “asediar el complejo del gobierno central de Zhongnanhai” el 25 de abril de 1999, alegando falsamente que las 10.000 personas reunidas representaban una amenaza violenta contra la nación y sus líderes. Nada podría estar más lejos de la verdad, por supuesto, como esta serie de artículos documenta desde varios ángulos.

El 25 de abril de 1999, más de diez mil practicantes de Falun Gong fueron a Beijing a realizar una apelación pacífica. A los pocos meses, el exlíder del partido comunista chino (PCCh), Jiang Zemin, utilizando este acontecimiento como excusa, lanzó la persecución contra Falun Gong. Es por eso que uno se tiene que preguntar lo siguiente: si la "apelación del 25 de abril" no hubiera ocurrido, ¿el PCCh hubiese iniciado la persecución contra Falun Gong?

Ethan Gutmann, empresario estadounidense y autor del libro Losing the New China (Perdiendo a la nueva China, por su título en inglés). 

"No. Pienso que el partido comunista chino hubiese comenzado la persecución de un modo diferente", opinó el Sr. Ethan Gutmann, empresario y autor del libro Losing the New China. Se encontraba en Beijing en esa ocasión. Para conocer lo que estaba ocurriendo, realizó muchas averiguaciones.

"Al principio, alguien me comentó que esa gente había ido a Zhongnanhai (la sede del gobierno central, un complejo de edificios) para protestar", dijo Gutmann. Ya que esta situación había ocurrido bajo el control del régimen totalitario del PCCh, era de esperarse que la protesta definitivamente sería reprimida. En cambio, en las sociedades democráticas occidentales, las leyes protegen a las personas que realizan protestas.

Durante los días posteriores a la apelación del 25 de abril, Gutmann realizó más investigaciones. Entrevistó a más de veinte personas. Averiguó que los practicantes de Falun Gong tenían como objetivo ir a la Oficina de Cartas y Apelaciones para presentar sus preocupaciones ante los funcionarios. La oficina está ubicada en las cercanías de Zhongnanhai, el complejo de edificios del gobierno central. El PCCh tergiversó totalmente los hechos acerca de lo que realmente ocurrió. "Luego de ese día (25 de abril), entrevisté a unas veinticinco personas y pude confirmar que esas personas habían ido a protestar".

Gutmann cree que el evento del 25 de abril fue una trama del PCCh para acusar a Falun Gong: "En una ocasión dialogué con un funcionario del gobierno chino de nivel medio que estaba muy alineado con las medidas del PCCh, y me confirmó que la decisión de reprimir a Falun Gong se había tomado mucho antes del día en que oficialmente se lanzó la persecución. Por eso, desde este punto de vista, el "evento del 25 de abril" fue solo una excusa. Si uno tiene que marcar algún error que hayan cometido los practicantes de Falun Gong, yo diría que fue el hecho de haber caído fácilmente en una trampa. Creo que en ese momento la gente no suponía que se trataba de una trampa".

Gutmann también dijo que había hecho muchas investigaciones independientes y había conseguido bastante información confiable. Según sus conclusiones, aunque sólo hay tres mil muertes confirmadas de practicantes de Falun Gong a causa de torturas, en realidad, estima que se han sustraído los órganos de más de diez mil practicantes.

El Sr. Leeshai Lemish, colega del Sr. Gutmann, ha llegado a la conclusión de que la cifra de practicantes de Falun Gong asesinados superaría los diez mil, en base a datos de medios que han informado acerca de Falun Gong. Las investigaciones del Sr. Gutmann también han verificado -desde un ángulo diferente- la veracidad del informe titulado "Investigación independiente sobre los alegatos de sustracción de órganos de practicantes de Falun Dafa en China". El informe publicado por los abogados canadienses David Matas, un reconocido abogado de derechos humanos, y David Kilgour, ex Secretario de Estado canadiense para Asia-Pacífico.

También, el Sr. Gutmann considera que la persecución hacia los practicantes de Falun Gong en China está agravándose. "Lo que resulta interesante es que los resultados de mi investigación no son diferentes a los de Matas y Kilgour, aunque la metodología que he empleado es muy diferente a la de ellos, han usado la información relevante publicada por el régimen del PCCh, mientras que yo me he basado en los informes reales de los incidentes que he conseguido de los practicantes de Falun Gong. Hemos arribado a conclusiones similares. Por eso, lamento decir que la sustracción de órganos es algo muy real. Por lo tanto, el régimen del PCCh no quiere que yo realice estas cosas".

Debido a que Gutmann está preocupado por la persecución de los practicantes de Falun Gong, el PCCh le ha negado una visa [para viajar a China]. "No pude obtener el visado para ir a China, creo que mi libro no es la razón principal, la razón más probable es que hablé durante algunas actividades organizadas por practicantes de Falun Gong, la otra razón se debe a mi investigación sobre la sustracción de órganos. Es una cuestión muy sensible y controvertida, y el PCCh no quiere que me meta con esta cuestión".

Antecedentes: El Sr. Ethan Gutmann es un empresario estadounidense que en 2006 publicó su libro Losing the New China. Presentó en su libro la situación de cómo algunos empresarios estadounidenses, para ganar dinero en China, han estado involucrados en las coimas y la corrupción del PCCh y han colaborado para satisfacer las necesidades políticas del régimen totalitario. Además, expuso en el libro cómo empresas específicas estadounidenses, para acceder al mercado chino, habían facilitado tecnologías avanzadas al PCCh, lo cual representa un fuerte apoyo a la censura PCCh de la libre expresión y del acceso a la información.