(Minghui.org) Cómo me convertí en un practicante de Falun Dafa fue bastante interesante. Estaba caminando al trabajo una mañana de 2007, y una mujer mayor me dijo que yo parecía amable y me preguntaba qué practicaba.

Más tarde ella sugirió que debería practicar Falun Dafa y me ofreció enseñarme los ejercicios pero yo no tenía tiempo, entonces ella sugirió que recordara que "Falun Dafa es bueno". Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno".

Lo hice, lo recité todo el tiempo. De repente, me di cuenta de que debía encontrar este Fa.

Un día, cuando mi vecina me visitó, casualmente le pregunté qué practicaba porque parecía joven y saludable para su edad. Ella me contó sobre Falun Dafa, y sabía que era hora de hacer la práctica. Ella quería prestarme el libro Zhuan Falun pero yo no sabía leer. Luego me ofreció los casetes para que pudiera escuchar las conferencias de Zhuan Falun.

Dio la casualidad de que yo tenía un reproductor de casete que había estado por ahí durante años y que todavía funcionaba.

Más tarde me uní a un grupo local de estudio del Fa y decidí comprar el libro. Al día siguiente, un practicante me dio el libro, y lo leí mientras los otros practicantes lo leían en voz alta.

Entendí algunos caracteres ese día. Cuando volví, le pedí a mi hijo que me enseñara cómo usar pinyin y a un practicante que me mostrara cómo usar un diccionario. En ocho meses entendí todos los caracteres del libro. Después, leí todas las otras conferencias del Maestro.

'Es un milagro'

Un día fui atropellado por un automóvil que iba muy rápido, caí y no podía levantarme solo. Aunque le dije al conductor que yo estaba bien, otros me levantaron y me llevaron a un hospital. El doctor dijo que me había fracturado la columna y que necesitaba ir a un mejor hospital. Mis hijos me arrastraron a un hospital en Beijing y me operaron. Insistí en ir a casa al día siguiente.

El día siguiente de llegar a casa, me levanté a las 3 a. m. e hice los ejercicios durante 40 minutos. Nunca tuve un peor dolor, mi cuerpo estaba cubierto de sudor y no pude dejar de temblar.

Todavía insistí en hacer los ejercicios todos los días. Mientras estaba en la cama, escuché las conferencias del Maestro y memoricé los poemas de Hong Yin. En menos de un mes, pude hacer tareas domésticas. Mi doctor estaba asombrado cuando me vio en la siguente cita. "Es un milagro", dijo.

En otra ocasión, un automóvil me golpeó y me lanzó al aire cuando iba en bicicleta. Antes de darme cuenta, estaba arrodillado en el suelo y mi bicicleta estaba aplastada. La conductora estaba muy asustada por mi condición. Le dije que se fuera, yo estaba bien.

'¿Por qué no les dices sobre tu práctica?'

Después de convertirme en practicante, me deshice de todas mis dolencias físicas: problemas cardíacos, colitis crónica, presión arterial baja, dolores de cabeza y dolor de espalda. No podía esperar para contarles a otros sobre cuán grande es la práctica, y sabía que el Maestro quería que les contara a otros acerca de la persecución.

Empecé repartiendo volantes. Un practicante me dijo que necesitaba hablar con la gente para asegurarme de que entendieran realmente la persecución.

Me uní a otra practicante y aprendí mientras la veía aclarar la verdad. Pronto supe que era hora de que yo hiciera el trabajo de Dafa de forma independiente.

Salí todos los días. Estaba muy emocionado y no tenía miedo en absoluto. Un día conocí a una mujer mayor en un parque y me enteré de que ella era maestra. De nuestra conversación ella adivinó que yo era un practicante de Falun Gong. Ella miró hacia atrás y me dijo: "¿Por qué no les hablas de tu práctica?". Me volví para ver a tres oficiales de policía.

Me metieron en su patrulla. Seguí enviando pensamientos rectos en el camino al departamento de policía. Les hablé honestamente sobre lo que hacía diariamente y cómo me había beneficiado de la práctica.

Me pidieron que abandonara la práctica, pero me negué. "Puedo vivir sin comida, pero no sin Falun Dafa. Sin Dafa, hoy no estaría vivo por todas las enfermedades que tenía". Llegó el jefe de la policía y le dije nuevamente lo que les había dicho a los demás oficiales. Dio la orden de liberarme y pidió a mi hijo que me recogiera. Todo el tiempo yo no estuve ni un poco asustado.

'Soy miembro de CCP y con gusto renunciaré'

Una vez fui a una estación de tren con otro practicante para aclarar la verdad y vi a dos hombres. Un auto de la policía estaba estacionado cerca. Fui directamente hacia ellos y comencé a hablarles sobre la persecución y por qué deberían abandonar el partido comunista chino.

Vi a dos oficiales que se acercaban y se detenían no muy lejos de mí. Seguí hablando con los dos hombres y los ayudé a renunciar al PCCh. Luego subí a mi bicicleta y me fui. El otro practicante me encontró y me preguntó si me cuidaba de la policía cercana. Le dije que era consciente, pero que tenía que terminar lo que había comenzado.

Cuando hablo con la gente sobre la persecución y renunciar al PCCh, casi siempre sale bien. Comienzo con una pequeña charla y pregunto si la persona es miembro de CCP. Cuando la persona dice que sí, le pregunto si ha oído hablar de renunciar al PCCh para estar a salvo porque ha estado relacionado a la maldad.

Me acostumbré a salir y contarle a la gente los hechos y, si no salía por un día, sentía que algo andaba mal. A veces, cuando estaba fuera, no comía en todo el día.

Un día vi a un practicante hablando con alguien, pero no tenía literatura para la persona cuando él preguntó. Rápidamente fui y le di un folleto a la persona.

Regresó a su auto de inmediato y no pude hablar con él. Un día yo estaba en otro pueblo y vi a una persona pintando su casa. Inmediatamente reconocí que era la persona del otro día. Sabía que el Maestro había arreglado esto. Después de hablar con él, me dijo: "Soy miembro del PCCh y con mucho gusto renunciaré".

Otro día caminé por un largo tiempo pero no pude encontrar a nadie con quien hablar, y luego vi a un hombre mayor empujando una motocicleta. Él dijo: "Me quedé sin gasolina".

Sabía que el Maestro quería que fuera salvado. Comencé a aclararle la verdad y me aseguré de que entendiera.

Después le dije que podía probar su motocicleta otra vez porque todavía podría haber gasolina. Sí había, se subió y se fue.