(Minghui.org) La primavera pasada, conocí a una practicante de edad avanzada que había estado practicando Falun Dafa durante casi 20 años. Sin embargo, noté que había muchas palabras del libro Zhuan Falun que no conocía. Sólo al leer “Lunyu” cometió numerosos errores y, al hacer los ejercicios, sus movimientos no eran precisos.

Incluso añadió un movimiento en el tercer juego de ejercicios. Debido a que, durante mucho tiempo, había estudiado el Fa y practicado los ejercicios sola en su casa, nadie había estado allí para corregir sus errores.

Decidí pasar una tarde cada semana para estudiar el Fa y hacer los ejercicios juntas. Después de dos meses, ella pudo hacer correctamente todos los movimientos de los ejercicios.

Cada vez que estudiábamos el Fa juntas, anotaba los errores que hacía así como las correcciones, para que ella pudiera corregirlos cuando iba a leer sola. Un año más tarde, fue capaz de corregir el 90% de sus errores. Luego, con paciencia, le ayudé a corregir el 10% restante.

También le ayudé a configurar su alarma para que envíe pensamientos rectos y le compré los nuevos libros de Shifu. La practicante hizo un gran esfuerzo y llegó a ser mucho más diligente que antes. También se unió a otros practicantes para hablar con la gente sobre Falun Dafa y la persecución.

Todo parecía ir bien, hasta que surgió un problema. La practicante me daba regalos cada vez que iba a su casa para estudiar juntas. Al principio, no pensé que era un problema. A menudo, cortésmente me negué a aceptarlos y cité las palabras de Shifu para explicarle por qué no debo recibir sus regalos.

Sin embargo, la situación empeoró y, en el Año Nuevo Chino, trajo varios regalos a mi casa. Me molesté y no la traté bien. Ella dejó los regalos y se fue. Le regresé los regalos unos días más tarde y le llevé unos regalos míos, lo que la hizo sentirse muy incómoda.

En enero de 2016, fui a su casa para el primer estudio de Fa del nuevo año. Le dije que no deberíamos realizar este tipo de intercambio de regalos, para no desarrollar sentimentalismo entre nosotras. Ella se molestó y me dijo seriamente: "Todavía nos estamos cultivando en la sociedad de la gente común. Aún tenemos sentimientos. Me has ayudado mucho, ¿no me está permitido expresar mi agradecimiento?”.

Le respondí: “Debemos escuchar a Shifu. Podemos ayudarnos mutuamente en nuestra cultivación basándonos en el Fa, pero dejemos de intercambiar regalos. La próxima vez que venga para estudiar el Fa, ya no prepares nada de comida. No la voy a comer”. Sin embargo, al salir, ella trató de volver a darme algunos regalos. Le grité y me fui sin los regalos. Ella tiró la puerta con ira.

La siguiente vez, después del estudio del Fa, intentó darme regalos otra vez. Me negué a aceptarlos y me fui.

Cuando llegué a casa, miré hacia adentro y me pregunté por qué se portaba así. Debía haber algo que había hecho mal, y debía haber algún apego que necesitaba eliminar. Me calmé y recordé cómo había sido nuestra comunicación durante el año anterior. Intenté pensar en lo que le había dicho, y me quedé muy sorprendida de lo que recordé.

Durante cada comunicación que tuvimos en el año pasado, yo fui el tema principal. La comunicación se centró alrededor de mí. Cuando traté de ayudarle a mejorar, me enfaticé. Siempre creí que era mejor cultivadora que ella y que mi entendimiento del Fa era más profundo. Tenía una fuerte noción de ostentar y también era muy apegada a mí misma. Subestimaba a esta practicante y trataba de validarme. Perseguí la fama, lo que la hizo que me siga dando regalos mientras trataba de mantener su dignidad y autoestima.

La siguiente vez que fui a su casa para estudiar el Fa, me disculpé sinceramente por haber ignorado sus sentimientos. Mi tono era tranquilo y apacible, y mi corazón era puro, sin ninguna noción de ostentar o de validarme.

La practicante anciana dijo que seguirá las enseñanzas de Shifu y estudiará bien el Fa. Hará su mejor intento para corregir todos sus errores al leer Zhuan Falun y dejará de hacer todas las cosas inapropiadas que se habían desviado del Fa. Dijo que va a eliminar su sentimentalismo y va a desarrollar gran benevolencia para salvar a los seres conscientes.

Una vez que nos abrimos una a la otra y fuimos sinceras con nosotros mismas, la situación mejoró.