(Minghui.org) Hacia 10 años María Josefe emigró desde España a Alemania. La primera vez que la vi fue en un aeropuerto alemán. Ambos viajábamos a Nueva York y estábamos muy entusiasmados de hacer el viaje.

María Josefe celebra el Día Mundial de Falun Dafa en la Plaza Union en Nueva York el 12 de mayo de 2016.

“Sin Falun Dafa, estaría en una silla de ruedas”, dijo María cuando pasamos por el control de seguridad luego de un largo trayecto hasta llegar a la puerta.

“¿De verdad?”. Pensé. Caminó rápidamente, y para mí se veía en perfecto estado de salud.

Cuando advirtió mi duda lentamente se levantó la pierna izquierda del pantalón. Tenía una larga y desagradable cicatriz que se veía como un gran cierre en su muslo izquierdo.

“El corte fue de 18 centímetros de largo y ocho de profundidad”, dijo con calma.

El 12 de mayo del año pasado, María estaba podando árboles con una sierra eléctrica. De repente, su mano resbaló, la sierra se cayó y le cortó profundamente el muslo.

“La sangre voló por todos lados”, contó. Puso las manos sobre la herida para detener el sangrado, caminó hasta la casa de un vecino para pedir ayuda y éste llamó a una ambulancia.

Estuvo en cirugía durante 7 horas. Cuando finalizó le dijo a los médicos que quería irse a casa. Pensaron que no entendía el alcance de su lesión y llamaron a un terapeuta para que hablara con ella.

Le dijo que esperaba que alguien con una herida como la suya permaneciera en el hospital por seis meses. Estaba decidida a irse. Finalmente el nosocomio la dejó ir después que firmara un documento eximiéndole de toda responsabilidad.

Le pregunté qué la llevó a desafiar a médicos expertos y que estaría bien. ¿Cómo tuvo la energía para discutir con los profesionales después de estar en cirugía durante 7 horas?

María dijo que comenzó a practicar Falun Dafa en 2013, y que tenía una fe muy fuerte en esta antigua práctica de cultivación.

Tan pronto como regresó a su casa hizo los ejercicios. Los cuatro primeros de pie. Para el quinto, la meditación, hizo todo lo posible para estirar las piernas hacia arriba. Observó los videos de las conferencias de Falun Dafa y leyó los libros.

Tres días después, tuvo el fuerte sentimiento que podía caminar, por lo que abrió la puerta y salió.

Sus vecinos, que estaban muy preocupados por ella después de escuchar lo que había pasado, se sorprendieron al verla caminar tan pronto. María les dijo que Falun Dafa la salvó. Ellos no entendían. Les explicó que Falun Dafa es verdaderamente asombroso, y si no lo hubiera practicado podía haber terminado lisiada o en silla de ruedas.

Siete días después fue al hospital para un chequeo. Cuando encontró al médico, hizo un giro de 360 grados frente a él y dijo bromeando: “¿Puedo invitarlo a bailar un flamenco?”.

Sus ojos no lo podían creer.

La mujer le contó que Falun Dafa es milagroso. “No estoy loca. Solo fui a casa e hice los ejercicios. No tomé ninguna medicina. ¡Estoy completamente recuperada!”.

El médico le dijo que nunca había visto algo así en sus 40 años ejerciendo la profesión.

Un año más tarde, María se unió a practicantes de todo el mundo para celebrar el Día Mundial de Falun Dafa en la Plaza Union, en la ciudad de Nueva York. Al día siguiente, participó en un desfile por tres horas y media a través de Manhattan, junto a cerca de 10.000 compañeros.

Pero el momento más excitante fue cuando el Maestro Li Hongzhi caminó sobre el escenario en la Conferencia de Intercambio de Experiencias en Nueva York.

“Cuando el Maestro caminó hacia el podio, vi un rayo de luz disparado hacia el cielo y sentí un fuerte campo de energía”, recordó.

Cuenta que es muy feliz y que se siente muy afortunada de practicar Falun Dafa. Desea que más personas lo conozcan -especialmente las de China continental.