(Minghui.org) Estoy avergonzado de mi pasado. Era miembro de la oficina 610 en China después que la persecución contra Falun Gong empezó el 20 de julio de 1999. Mi tarea principal era trabajar con la policía para perseguir a los practicantes de Falun Gong.

Estaba envenenado profundamente por el partido comunista chino (PCCh) y muy rara vez pensaba por mí mismo; solo seguía sus órdenes. Ciegamente llevaba a cabo cualquier tarea que me asignaban. Cuando me asignaron trabajar en la oficina 610, no sabía cuál era su función, o qué era una entidad ilegal.

Fui engañado por el PCCh y me dijeron que Falun Gong era una secta. Trabajé duro para transformar a los practicantes, forzándolos a renunciar a su creencia. No solo no sabía la verdad, estaba completamente inconsciente que los practicantes estaban ejercitando su derecho legal a practicar su creencia espiritual. En ese tiempo, me sentía bien por mi trabajo, el cual era perseguir practicantes de Falun Gong. Este es mi arrepentimiento eterno, y ahora me doy cuenta que estaba cometiendo crímenes graves.

Persiguiendo a practicantes de Falun Gong

Los años han pasado, y he olvidado los nombres de los practicantes. Pero están grabadas profundamente en mi mente aquellas escenas en las que participé persiguiendo practicantes.

El 20 de julio de 1999, la oficina 610 en la que trabajaba empezó a monitorear a todos los practicantes locales de Falun Gong. Una practicante mayor tuvo que dejar su cómoda casa en la ciudad para evitar el acoso. Con el fin de cumplir la orden de las autoridades de altos niveles de transformar practicantes, la perseguimos hasta una villa remota y finalmente la encontramos en un refugio con techo de paja.

Nos dijo que solía ser muy frágil y tener muchas enfermedades, pero se volvió saludable después de practicar Falun Gong. No solo nos rehusamos a escucharla, sino que la amenazamos e impedimos que practicara Falun Gong. Su salud se deterioró porque no se le permitía practicar, y desarrolló una enfermedad cardíaca y hematuria. Sus piernas también se hincharon bastante. Finalmente, su familia la envió al hospital para recibir tratamiento de emergencia.

La oficina 610 no solo causó daño físico a los practicantes a través de la tortura y el abuso, sino que también los privó de sus recursos financieros. Una pareja de ancianos tenía un lindo restaurante con buenos ingresos. A menudo enviábamos a la policía a su restaurante para acosarlos simplemente porque eran practicantes de Falun Gong. Al final el restaurante tuvo que cerrar debido a nuestro acoso. La familia completa perdió su fuente de ingreso. ¡Nunca olvidaré cuán triste e indefensa lucía esta pareja de ancianos!

Otra practicante tuvo que dejar su casa por nuestra culpa. Tratamos todas las maneras de encontrarla e incluso fuimos a la escuela de su nieta para cuestionar a la niña sobre el paradero de su abuela. Todos los profesores y los estudiantes en la escuela sabían que su abuela practicaba Falun Gong y empezaron a discriminar a la pequeña niña. Ella sufrió por la discriminación de sus compañeros de clase que la acosaban todos los días, lo cual resultó en un severo trauma mental.

Arrestamos ilegalmente a una joven porque se rehusó a dejar de practicar Falun Gong. De camino al centro de detención, me dijo a mí y a los oficiales de policía que Falun Dafa era bueno. Su padre se sentó junto a ella y miraba a su hija sin poder hacer nada, sabiendo que ella sería detenida, o incluso sentenciada ilegalmente a prisión. ¡Nunca podré olvidar la expresión triste y adolorida de su padre!

Finalmente entendí la verdad

Empecé a pensar: “El PCCh inició tantos movimientos políticos en el pasado, matando a millones de ciudadanos chinos. En cada oportunidad las personas eran forzadas a cumplir las órdenes del PCCh. ¿Por qué es que solo los practicantes de Falun Gong han logrado persistir en sus creencias, incluso cuando sus familias son destrozadas, y son despojados de sus riquezas por el PCCh?”.

Una de mis amigas empezó a practicar Falun Gong en 1996. Fui testigo de sus cambios positivos tanto físicos como mentales y traté en vano de persuadirla de dejar de practicar. Ella persistió en su creencia y fue sentenciada a varios años de prisión por distribuir materiales informativos sobre Falun Gong.

Después que fue liberada, la visité a menudo para persuadirla y que deje de practicar. No se molestó, pero me dijo la verdad detrás de la supuesta “Auto-inmolación en la plaza Tiananmen” y otras mentiras que había difundido el PCCh.

Después que lo pensé racionalmente, poco a poco me di cuenta que había sido engañado por la propaganda del PCCh. Falun Gong no era como lo que nos decían en la televisión. La verdad es, era el personal de la oficina 610 a quienes el partido les había lavado el cerebro. Ellos son los que eran miserables.

Un día fui a la casa de mi amiga y me di cuenta que estaba mirando uno de los videos de las conferencias del Shifu Li. Me invitó a mirar con ella. Entendí que Falun Gong no era un culto, sino una práctica muy justa y recta. Más tarde, cuando leí Zhuan Falun, entendí que le enseña a las personas a ser buenas y a cultivar su interior.

Experimenté profundamente cuán magnífico y sagrado es Falun Gong y finalmente entendí por qué todos los practicantes persisten en su creencia a pesar de la brutal persecución. Esta es la gran Ley del Cosmos. ¿Como podía uno renunciar a algo tan solemne y profundo?

A menudo pienso que si toda la gente del mundo pudiera reconocer a Falun Gong y usar los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia como guía en sus vidas diarias, la sociedad se volvería muy armoniosa.

Ahora estoy practicando Falun Gong y estoy muy agradecido por la compasiva salvación de Shifu. También me siento el más afortunado por haberme convertido en un practicante. Sin la guía de Shifu, nunca hubiera sido capaz de pagar todos los pecados que cometí como ex-funcionario de la oficina 610.

Aún me arrepiento profundamente sobre mi pasado y quiero inclinarme en frente de todos los practicantes que alguna vez perseguí y decirles: “lo siento” miles de veces. Sé que no importa cuánto me arrepienta de mis crímenes, nunca podré compensarlos por el daño que causé, solo puedo usar el dolor que siento como motivación para cultivarme y avanzar hacia adelante como un practicante de Falun Gong. Esta es la única forma en la cual puedo honrar el tremendo coraje y sacrificio que tienen frente a esta terrible persecución.

¡Gracias Shifu por salvarme compasivamente!