(Minghui.org) Mi hija se divorció dos veces. Y desesperada por tener un hijo, se volvió a casar por tercer vez en 1993. Buscó ayuda médica, pero aún así fue incapaz de quedarse embarazada. Cayó en una depresión e intentó poner fin a su vida tomando una sobredosis de píldoras para dormir. Sobrevivió, se recobró, se quedó embarazada y dio a luz a un niño en 2001.

Todo parecía ir bien con respecto al bebé en sus primeros años. Cuando tenía cinco años vivía conmigo. Ambos, mi hija y mi yerno trabajaban fuera de la ciudad. A los seis años, mi nieto todavía era incapaz de contener completamente sus deposiciones y sufría accidentes con frecuencia. Tampoco quería jugar con otros niños.

En la escuela, tenía dificultad para enfocarse en sus tareas, y aún tenía problemas para sentarse bien en clase. Decidimos que lo mejor sería que repitiera el primer grado. Lo llevé al hospital para hacerle un reconocimiento médico y le diagnosticaron autismo. El doctor recomendó tratamiento pero no podía costearlo. No sabía qué hacer.

Un día, mientras leía Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa, mi nieto estaba haciendo sus deberes y le pregunté si quería leer conmigo.

Aunque solo estaba en el primer grado, podía leerlo con solo un poco de mi ayuda. Le pregunté como podía reconocer las palabras, pero sólo se encogía de hombros y seguía leyendo. ¡Era asombroso!

Desde ese día, escucha las audio-conferencia de Falun Dafa todos los días. También lee Zhuan Falun y hace los ejercicios.

En 2012, fuimos arrestados varios practicantes por practicar Falun Dafa.. Después de que me liberaran, supe que los practicantes que producían materiales informativos sobre Falun Dafa permanecían detenidos. Casi todos nuestros materiales tenían que traerlos desde otras ciudades.

Un compañero practicante me ayudó a establecer un sitio de producción de materiales de aclaración de la verdad en mi casa. En aquel entonces tenía 60 años. Así que me sorprendió ver como fui capaz de adquirir las habilidades necesarias para hacer esos materiales informativos. Mi nieto aprendió muy rápidamente todo lo necesario para producir materiales y me era de gran ayuda. También sugirió que usáramos un papel de calidad fotográfica para las portadas de los impresos. A mi compañero practicante le gustó la idea.

Ahora, mi nieto tiene 14 años, y está en el octavo grado. En la escuela, alcanzó el primer puesto en matemáticas, y también quedó primero en la competición de piano de nuestra ciudad. También es un jugador clave en el equipo de baloncesto de la universidad. ¡Quién puede imaginar que solo ocho años antes sufría retraso escolar y autismo agudo!