(Minghui.org) La gente de la generación pasada en China suele decir: "Los hijos son pagos de deudas de vidas pasadas". Este dicho está claramente ilustrado en la novela china del siglo XVI "Investidura de los dioses".

En la novela, se dice que Nazha era la reencarnación de Lingzhuzi. Él reencarnó en la familia de Li Jing esperando por un cambio cósmico para poner fin a la matanza perpetua.

Nazha se comportaba mal pero tenía poderes mágicos, y le causaba muchos problemas a su padre. Su relación con su padre empeoró cuando mató al tercer hijo del rey dragón y tuvo que pagar la enorme deuda con su vida.

Cuando el padre de Nazha descubrió que su espíritu residía en una estatua en un templo, él sintió que Nazha no merecía ser honrado por la gente, así que hizo que destruyeran la estatua, dejando el alma de Nazha sin hogar.

Pero el maestro de Nazha le devolvió la vida y Nazha fue a buscar a su padre para vengarse.

Hubo muchos de esos incidentes.

Esta historia sugiere que en este mundo, ninguna relación o sentimentalismo es eterno. Eso incluye nuestra relación y sentimentalismo con y hacia nuestros hijos. Así que no tenemos que apegarnos u obsesionarnos en este sentido.

Como padres, nuestros hijos no son nuestra vida, para invertir todo lo que tenemos e ignorar nuestras necesidades.

Los hijos y nietos vienen con sus propias bendiciones. Consentirlos producirá el resultado opuesto.

¿Realmente vale la pena invertir tanto tiempo y energía en una relación que es meramente temporal?

Algunos padres ven a sus hijos como su propiedad que ha de ser moldada de acuerdo con sus deseos, y se agotan pero al final sus esfuerzos no producen nada de valor.

Los padres necesitan respetar y dejar ir. Los hijos necesitan practicar la veneración filial, han de respetar y honrar a sus padres, y llevar en sus corazones sentimientos de benevolencia y gratitud.

Si podemos vivir juntos en este mundo y mantener paz y armonía, será suficiente.

Lo anterior es 
mi entendimiento sobre este tema, que comparto solo como referencia.