(Minghui.org) Mi nombre es Wang Haiying. Fui arrestada y llevada al campo de trabajo forzado Dalian en la prov. de Liaoning alrededor de octubre de 2000. El campo de trabajo forzado de Masanjia envió alrededor de 30 personas al campo de Dalian para ayudar a perseguir a los practicantes de Falun Gong.

Ellos me torturaron en un intento de “transformarme”. Me golpearon, me encerraron en pequeñas celdas, e hicieron cualquier otra cosa que pudieran pensar.

El guardia Su Jing de Masanjia fue por todo el país para dar presentaciones para compartir su “experiencia” persiguiendo practicantes de Falun Gong. Otras instalaciones también mandaron personas a Masanjia para aprender sus tácticas. Cuando la gente del campo de trabajo forzado en Beijing fue a Masanjia a aprender, trajeron a los practicantes de su campo a Masanjia para ser perseguidos allí al mismo tiempo. Los llevaron de vuelta a Beijing después de ser “transformados” para así poder “transformar” a otros. Así es como Masanjia exportaba sus crueles tácticas por todo el país.

Debido a que me negué a escribir tres declaraciones, el campo de trabajo forzado de Dalian me transfirió al campo de trabajo forzado de Masanjia el 19 de marzo de 2001. Allí sufrí, presencié y escuché muchos crímenes.

Castigo físico

El 19 de marzo de 2001, a 11 personas, todos practicantes, nos subieron a grandes buses. Nos esposaron a los asientos, asignaron a cada uno dos guardias, y nos llevaron a Masanjia.

El día que llegamos, la guardia Qiu Ping me arrastró a su equipo. Tenía a dos reclusos mirándome y presionándome para que escribiera las tres declaraciones. Cuando me negué, les dijo a ellos que me golpearan, cavar en mis ojos y cortaran mi cabello. Debido a que me negué a moverme, fui forzada a ponerme de pie y acuclillarme cada tarde hasta la mañana siguiente.

Una tarde, la guardia Su Jing vino a inspeccionar. Preguntó: “¿Quién es ella?” El guardia Wang Naiming respondió: “Ella se niega a escribirla. Vamos a darle algo de ayuda”. Después escuché a otro practicante que era arrastrado y luego sus gritos. El guardia sentado al lado mío me maldecía cuando estaba muy cansada y me devanecía. Golpeé mi cabeza en el piso de concreto con un golpe seco. Más tarde fui forzada a sentarme en un pequeño banco y mirar a la pared cada día por seis meses.

Trabajo forzado

Fui forzada a trabajar en los campos. En los campos con el agua hasta las rodillas tenía que tirar la maleza bajo el sol ardiente de verano. El guardia se sentó en un banquito en la orilla y los jefes reclusos nos gritaban y apuraban porque estábamos cansados y transpirados.

Fui asignada para levantar el maíz. Las filas de maíz parecían interminables, y a cada uno de nosotros se le asignó una fila. También tenía que levantar ajo y cavar agujeros para los árboles.

Algunas veces trabajábamos adentro haciendo productos de trabajo esclavo, tales como cajas de pasteles, coronas y otras manualidades. Se decía que todo era para exportar.

Más tarde, el campo de trabajo forzado construyó un taller de costura de dos pisos para hacer ropa, principalmente abrigos militares. No había calefacción en invierno, y el aislamiento era muy precario. A pesar de las manos y los pies congelados, teníamos que terminar varias piezas de vestir antes de medianoche cada día. No terminar tu cuota significaba una golpiza. Eso o los guardias te extorsionarían por dinero tuyo. Eras torturado si te negabas a hacer el trabajo.

Alimentación forzada

Mi familia venía a visitarme, pero porque me negué a escribir las tres declaraciones, no se les permitió verme. Estuve en huelga de hambre para protestar. Los guardias ordenaron a cinco personas que me sostuvieran boca abajo y alimentaran por la fuerza. Me amenazaron con atarme a la cama y dejar el tubo en mí hasta que comenzara a comer.

La practicante Du Shuhua de la ciudad de Lingyuan tenía una sonda nasogástrica. La trajeron al frente de otros practicantes y la humillaron preguntándoles: “¿no luce como un chancho?”.

Presenciando la entrevista falsa de “Focus Talk”

Alrededor de septiembre de 2001, personas del programa “Focus Talk” vinieron a hacer videos. Les pidieron a Qiu Ping y algunos otros practicantes “transformados” que actúen y lo grabaron para mostrárselo a la nación. Estaba en la habitación de al lado, y vi la entrevista montada muy claramente.

“Atormentar a los rebeldes”

A finales de diciembre de 2002, el partido comunista en la prov. de Liaoning formó un “grupo de asistencia” de alrededor de 20 personas quienes vinieron a Masanjia a “atormentar a los rebeldes”. Tres cuartos del grupo eran hombres fuertes. Con alrededor de mil practicantes en Masanjia en ese momento, fueron reunidos y torturados, uno tras otro, día y noche, por más de dos semanas.

Recuerdo una horrorosa noche, el guardia Zhang Lei me llevó a un pequeño edificio. Después de que una persona en bata de laboratorio chequeara mi presión sanguínea, fui llevada a un cuarto con una mesa en la esquina. Me senté en la esquina, y cuatro oficiales tomaron turnos de dos horas para interrogarme. Sacaron un pedazo de papel y querían que firme. Eran las “cinco declaraciones” esta vez. Escuchaba gritos desde al lado, donde sabía que había practicantes sufriendo. Esto duró desde las 6:00 p.m. hasta las 6:00 a.m. de la mañana siguiente.

El día siguiente, Zhang Lei me encerró en un cuarto y me privó de dormir por seis días y noches. No me dejaban lavarme y no me permitían comer ni dormir. Dos personas me miraban a toda hora y me gritaban o empujaban ni bien cerrara los ojos. Fui torturada de esta manera por seis días.

Mayor persecución

Fui llevada a Masanjia nuevamente el 20 de septiembre de 2007. Los guardias encerraron a tres practicantes y a  mi en una celda. Las ventanas estaban cubiertas con papel. Cuatro agentes tomaban turnos mirándonos a toda hora y nos forzaban a trabajar. Esto continuó por cuatro meses.

El 28 de junio de 2008, fui torturada por seis horas porque me negué a decir mi número. Mi brazo izquierdo sigue adolorido hasta el día de hoy.

Los practicantes Zhang Guozhen, Lu Ling, Wang Chunying, Zhao Shuqin, y Qi Zhenhong fueron todos torturados. La Sra. Qi volvió con problemas mentales más tarde. Otra practicante cuyo nombre no puedo recordar fue colgada por siete días y noches consecutivas. Ambas manos estaban hinchadas y ella no podía levantar sus brazos. Aun así, los guardias seguían forzándola a trabajar. Luego, se quebró un brazo cuando el guardia Zhang Chunguang la golpeó durante una paliza.

Forzada a tener una extracción de sangre

En 2009, unas cuantas personas con batas de laboratorio vinieron a Masanjia. Los cuatrocientos practicantes que estaban allí en ese tiempo fueron forzados a tener una extracción de sangre. La Sra. Wang Chunying firmemente se negó a cooperar. Fue puesta boca abajo en una cama por el guardia Wang Yanping y otros seis. Mantuvieron su cabeza baja con una almohada y sacaron un gran tubo de sangre de su tobillo.

Pérdida de la memoria por la persecución

Fui liberada en febrero de 2010. Debido al prologado abuso físico y mental en Masanjia, una vez que fui liberada perdí mi memoria. Olvidé cómo usar la lavadora y no podía distinguir una salsa de la otra en la cocina.

Los crímenes descriptos arriba son una pequeña muestra de los abusos y torturas que sufren los practicantes encarcelados. Hay muchos que no puedo recordar en este momento. Los describiré cuando pueda recordarlos en el futuro.