(Minghui.org) Tuve la mentalidad de ostentación por un largo tiempo. Algunas veces me daba cuenta de esto, pero la mayoría de las veces no lo notaba porque se había convertido en un hábito. Muchos practicantes me han felicitado en años recientes, lo cual ha reforzado mi mentalidad de ostentación. El Maestro me ha señalado esto en mis sueños muchas veces. La más reciente fue muy alarmante.

Cuando me uní a la plataforma RTC, haciendo llamadas telefónicas a la gente en China, primero comencé hablando a la gente acerca de Falun Dafa y la persecución por teléfono desde hace cuatro años. Tuve muchas pruebas por mi mentalidad de ostentación. Una practicante me preguntó: “¿Alguna vez has sido conductora en un programa de radio? ¡Tu forma de hablar es tan elocuente! Tienes una voz y un tono muy claro". Le dije que no, pero estaba muy complacida de escuchar sus cumplidos. Algunos otros practicantes y sus familias también alababan mi forma de hablar cuando hacía llamadas telefónicas a China y cuando grabábamos los saludos de año nuevo al Maestro.

El Maestro nos dijo:

"Para un cultivador, todas las frustraciones que él encuentra entre la gente común le son ordalías para atravesar y todos los elogios le son pruebas para pasar". ("El cultivador naturalmente es parte de ello", Escrituras esenciales para mayor avance)

Aunque las palabras del Maestro venían a mi mente cuando era alabada, todavía me sentía magnífica cuando escuchaba el cumplido y no prestaba mucha atención a mi apego. Mi indulgencia dejó una brecha para que las viejas fuerzas la explotaran.

Aún leía el Fa con un tono muy claro durante el estudio grupal del Fa para ostentar. Mi atención estaba en el tono, no en el significado del Fa. Mucho después me di cuenta que era un problema serio.

Mi apego de ostentación también se manifestaba de otras formas. El Maestro me alertó en sueños. A menudo tenía un sueño recurrente, en el cual podía levitar cerca de 30 centímetros del piso y flotaba arriba del pasto. Deseaba que otros pudieran verme. En los últimos sueños, podía flotar cerca de 2 metros del piso y siempre deseaba que los demás pudieran verme volar. Eventualmente volé encima de los árboles. Noté algunas personas caminando por ahí, así que pensé: “¡Mírenme, estoy volando!”.  Anhelaba su admiración y elogio. Sin embargo, ninguno alzó sus cabezas, lo que me decepcionó mucho.

Comprendiendo después de cada sueño que tenía un apego de ostentación, todavía fallaba al buscar cuidadosamente en mis pensamientos esta mentalidad y eliminarla.

Tuve otro sueño hace como un año, que realmente me impactó. Un compañero practicante me dijo: “Todo lo que haz hecho y toda palabra que has dicho tenía el apego de ostentación”. Otro practicante decía: “Estoy disgustado contigo”.

Este sueño me puso a pensar profundamente. Me di cuenta que no hice bien por mucho años en eliminar mi apego de ostentación. Y aún otros practicantes podrían decirme esto de cada palabra mía. Comencé a corregirme y a tratar mis pensamientos cuidadosamente. Me di cuenta que siempre buscaba ostentar, especialmente cuando hacía unas pocas acciones buenas.

Identificando y eliminando mi apego de ostentación

Cuando juntábamos firmas sobre peticiones para parar la persecución, el número de firmas que juntaba era un poco más alto que el de los demás. Mi inglés era bueno, así que podía haber ayudado. Pero mi mentalidad de ostentación salió a la superficie otra vez. Pensé: “Mírenme. He juntado tantas firmas”.

Comprendí que ese era un mal pensamiento y lo suprimí inmediatamente. Entonces vi dos practicantes ostentando. Un practicante varón estaba diciéndole a otros orgullosamente: “Mi jefe recién ha firmado la petición”. Unos pocos minutos más tarde, una practicante mujer presumía acerca de su buen sentido de la moda diciéndole a otros que ella había traído una bella vestimenta. Reflejando, era mi espejo, tenía la misma mentalidad de ostentación.

Una vez le pedí capacitación a una practicante sobre cómo hacer llamadas telefónicas de clarificación de la verdad a China. Esta practicante había dejado recientemente China y ya había estado hablando a la gente de Falun Gong mientras estaba en China.

Hice una llamada telefónica, así que ella podía escucharme. Me presenté como una practicante de Falun Gong primero y entonces le hablé a la persona acerca de Falun Gong. Esta practicante me señaló: “No conoces la situación en China. No puedes decirle a la gente que eres una practicante de Falun Gong primero. Estarán muy asustados al escucharte. Tienes que ayudarlos a renunciar al partido comunista chino primero”.

Aunque le agradecí por decírmelo, todavía me sentía un poco molesta porque me estaba enseñando una principiante. Después encontré que mi mentalidad de ostentación me había hecho pensar que era mejor que los demás. Pensé que era más experimentada y se suponía que ella debía seguir mi ejemplo.

Otra vez, noté que una practicante veterana era muy buena en informar la situación de Falun Gong, pero no era muy segura cuando hablaba por teléfono. Le dije mi observación y se dio cuenta que tenía algunos obstáculos que superar.

Unos pocos días después, la escuché hablar por teléfono de nuevo, pero esta vez sonó más segura. Planeé enviarle un email y escribirle: “¿Has notado que suenas más confidente cuando hiciste llamadas telefónicas estos días?”. Antes de apretar el botón enviar, noté mi mentalidad de ostentación. Pensé que era a causa de mi conversación con ella lo que había producido la mejora. Así que justo cancelé mi email.

También encontré otras manifestaciones de esta mentalidad, tales como interrumpir a los otros cuando estaban hablando e imponer mis opiniones sobre otros.