(Minghui.org) Un día en mi camino al ayuntamiento, conocí a un señor jubilado yendo por la misma vía. Decidimos tener una conversación amigable.

“¿Que hacías antes de retirarte?”, le pregunté.

“Trabajé en una comisaría”, replicó.

“Por su apariencia, probablemente estaba en un alto cargo ¿no?”.

Destelló una bondadosa sonrisa.

“De hecho, era el director”.

“Entonces debe haber arrestado a muchos practicantes de Falun Gong, cierto?”.

Se volteó y me miró de cerca, antes de responder afirmativamente.

“¿Qué piensa de estos practicantes de Falun Gong?”.

“Algunos son realmente buena gente” respondió sin dudar.

“Sólo por curiosidad”, continúe, “¿cuál es su impresión de Falun Gong?”.

“Bien, solía haber muchos practicantes de Falun Gong por todas partes. Se ejercitaban en la mañana y eran realmente gente pacífica que le importaban sus propios asuntos”. Entonces, algunas malas personas arruinaron la reputación de Falun Gong. Se organizaron y fueron a Zhongnanhai y se volvieron políticos”.

Al oír eso, comencé a decirle cómo la policía en Tianjin arrestó ilegalmente a practicantes de Falun Gong, lo que desencadenó la protesta pacífica fuera del complejo de Zhongnanhai unas semanas más tarde. Le conté del fraude de “la autoinmolación en la Plaza de Tiananmen”, y cómo el ex presidente chino Jiang Zemin invalidó a los otros miembros del comité del politburó y lanzó la violenta persecución a Falun Dafa.

También le informé que Falun Gong no tiene estructura organizativa, y cómo la gente es libre de venir y retirarse en cualquier ocasión. Me escuchaba atentamente y asentía.

“¿A qué te dedicas?”, me preguntó.

“También estoy jubilado. Fui profesor antes”.

“Esto lo explica (todo). Estás muy bien informado”.

En ese momento, me di cuenta que habíamos alcanzado nuestro destino.

Le dije: “La gente china alrededor del mundo está renunciando al partido comunista y sus organizaciones juveniles (asociadas). Lo debe haber escuchado. ¿Qué tal si lo ayudo renunciando usando el seudónimo ‘Despertando’?”.

“Seguro, ¡gracias!”.