(Minghui.org) Los practicantes de Falun Gong fueron a Hurstville, un distrito comercial central al sur de Sídney, que tiene una gran cantidad de residentes chinos, para contarle a la gente los hechos sobre Falun Gong en marzo de 2015.

Muchos residentes se tomaron el tiempo para conocer sobre la brutal persecución a Falun Gong en China y firmar la petición pidiendo que se ponga fin a esta atrocidad.

La gente firma la petición luego de conocer los hechos sobre Falun Gong.

Apoyo sincero

Sahil Sharma, ingeniero de software en una empresa local de tecnología, dijo que había escuchado sobre la sustracción de órganos a personas vivas pero que no conocía los detalles. Al leer sobre esto, se mostró consternado: “Esto es realmente, muy malo. Y no debería estar sucediendo”. Dijo que el gobierno australiano y otros gobiernos deben trabajar en conjunto para detener esta brutalidad.

También firmó la petición para mostrar su apoyo y dijo: “Esto es demasiado importante, no se puede ignorar”.

Bruce Butler es de Corea. Su madre, oriunda de China, le había contado sobre la sustracción de órganos a personas vivas. Sabía además que el partido comunista chino (PCCh) había hecho muchas cosas malas aparte de esto. Al firmar la petición, esperaba ayudar a que esta inexcusable atrocidad se termine.

Alex, un practicante local, dijo que mucha gente con la que habló apoyaba la causa cuando escuchaban los hechos sobre Falun Gong. Llevaban material para leer y firmaban las peticiones para ayudar.

“Una pareja de Malasia estaba preocupada al escuchar sobre la sustracción de órganos de practicantes vivos. Otro transeúnte se detuvo a leer y nos alentó: “Lo que están haciendo es genial. ¡Sigan adelante!”, agregó Alex.

Transeúntes aceptan materiales para conocer más.

Los residentes se detenían y hacían preguntas sobre Falun Gong y la persecución en China.

“La libertad de creencia es un derecho humano básico. Y todos necesitamos protegerlo”

Yu, un practicante voluntario que participó de la actividad, dijo que muchos chinos se habían dado cuenta de que habían sido manipulados por el PCCh para pensar mal sobre Falun Gong. Uno había sido miembro de los jóvenes pioneros del PCCh en la escuela primaria antes de inmigrar a Australia.

“Luego de contarle las cosas malas que el PCCh había hecho que dañaron a tantos chinos, en especial durante la persecución a Falun Gong, estuvo dispuesto a renunciar al partido. También se interesó en los principios de Falun Gong: Verdad, Benevolencia, Tolerancia, y sabía que el PCCh estaba socavando el futuro de China”.

Yu también habló con un funcionario de alto rango de China. Luego de recordarle las cosas terribles que hizo el partido y que corría el riesgo de irse abajo con él, renunció contento a las organizaciones afiliadas.

Un hombre mayor pensó un poco y asintió.

Otro de Taiwán leyó varios folletos sobre Falun Gong y la persecución en China. Cuando se iba, le agradeció a Yu, diciendo: “La libertad de credo es un derecho humano básico. Y todos necesitamos protegerlo”.