(Minghui.org) Muchos practicantes de Falun Gong en China han sido detenidos por largo tiempo por su creencia. Esto ha complicado sus carreras y su vida familiar, incluso después de su liberación.

Esta es la historia de un practicante que superó enormes dificultades y siguió practicando su fe en Falun Gong.

La persecución tiene un impacto negativo

Por practicar Falun Gong, estuve detenido por más de nueve años. La larga tortura hizo que sea imposible cuidarme yo mismo cuando fui liberado a fines del 2010. Quería ganarme la vida, pero ya casi había perdido mi conocimiento y habilidades profesionales.

Además, la policía venía a menudo a acosarme y amenazarme con llevarme a un centro de lavado de cerebro. Aterrorizados por la persecución, mis amigos y familiares se alejaron de mí.

Después de dos años, mis órganos sensoriales y extremidades no estaban recuperados por completo aún. Por mis dificultades financieras y mi incapacidad de ganarme la vida, mi cultivación sufrió las consecuencias, y apenas podía hacer las tres cosas.

Encontrando mi camino

Empecé a buscar trabajo. Cuando escuchaban sobre mi experiencia previa y preparación académica, mis empleadores me rechazaban diciendo que estaba sobrecalificado.

Algunos accedían a contratarme, pero después de casi 10 años en prisión y sin ninguna conexión con el área profesional, era incapaz de realizar mi trabajo. Además, prefería tener algo de tiempo libre para estudiar el Fa y hablar con la gente sobre Falun Gong. Parecía no haber solución y me sentía perdido.

Me calmé y continué estudiando el Fa. Un día, cuando estaba leyendo “Exponiendo y enseñando el Fa en el Fahui del Área Metropolitana de Nueva York” me llamó la atención la siguiente frase: 

“Si los Dafa dizi de hoy son capaces de dar el último paso, se habrá creado el sendero para que los seres humanos puedan convertirse en dioses”.

Me di cuenta que al buscar un trabajo, quería ganarme la vida para mi familia y para mí, y hacer las tres cosas. En la superficie, estaba esperando adaptarme a la sociedad; pero en realidad, estaba tomando un enfoque pasivo, y no caminaba mi propio sendero. Es decir, reaccionaba ante la situación con nociones humanas.

Entonces, me quedó claro qué tenía que hacer. En vez de limitarme a mi campo profesional, intenté otras áreas. Mientras mi ingreso cubriera a toda la familia debería ser suficiente. Después de todo, lo que necesitaba era un trabajo en un ambiente para cultivarme y contar a otros sobre Falun Gong.

Técnico en reparación de maquinarias

Retomé mi búsqueda laboral, esta vez como egresado de nivel secundario, pensando que así tendría más opciones. Una fábrica me entrevistó para un puesto como técnico en reparación de ensacadoras. Dije al gerente que me entrevistó que tenía experiencia reparando computadoras, pero no ensacadoras. Pero que estaba dispuesto a aprender y me tenía confianza.

Me dieron el empleo. El supervisor me dijo que aprendiera por mi cuenta desarmando y armando ensacadoras viejas y abandonadas. Dijo que podía preguntarle a los técnicos experimentados cuando lo necesitara. Pero cuando los técnicos vieron cuán torpe era y que no estaba familiarizado con muchas herramientas, dudaban que podría hacer el trabajo y no se molestaban respondiendo mis dudas.

Como resultado, me engrasaba por completo y hasta me lastimaba con las máquinas. Sabía que estas dificultades aparecían para que elevara mi xinxing y me daban una oportunidad para validar el Fa en ese ambiente, por eso nunca me quejé ni tuve pensamientos negativos a pesar de las dificultades.

Trabajar en una fábrica requiere trabajar en equipo. Cuando los clientes o compañeros de trabajo necesitaban ayuda, dejaba de lado mi tarea para ayudarlos. Como no era lo suficientemente fuerte, podía levantar unos 10 kilos, pero no los bultos de 50 kilos. Me golpeaba a menudo con las bolsas pesadas. Tenía que cargar y descargar más de mil kilos por día, y me dolía todo el cuerpo por la noche. A muchos trabajadores no les gustaba el trabajo y se iban. Para mí, mientras hiciera los ejercicios, el dolor y la fatiga desaparecían.

Cuando vieron cómo sufría por mis lesiones, muchos compañeros de trabajo me recomendaron que renunciara. Cada mañana luchaba para levantarme, y me preguntaba si necesitaba cambiar de empleo. Pero incluso en los días más difíciles, lo tomé como mi camino de cultivación. Ya que era “el sendero para que los seres humanos puedan convertirse en dioses” para mí, debe ser recto y necesita que lo atravesemos.

Ese pensamiento me permitió seguir trabajando todos los días, a pesar del sufrimiento, dolor y otros comentarios sarcásticos.

Cambios positivos en mi empleo

Para cuando terminó mi período de prueba de un mes, con ayuda de otros técnicos, pude arreglar dos máquinas que habían estado abandonadas por años. Funcionaban bien, y las vendimos a precio con descuento.

Por mi ayuda, la unidad minorista también duplicó el número de bienes vendidos en comparación con otros meses. El gerente estaba contento. Me quedé y el dueño me dio un bono de 200 yuanes diciendo que había trabajado duro y estaba dispuesto a aprender.

Otro mes pasó, y arreglé todas las máquinas viejas y abandonadas. Además, ayudé a los gerentes con las ventas. El dueño me dio un bono de 900 yuanes.

Al final de mi tercer mes de trabajo, de repente descubrí que tenía experiencia en reparar maquinaria y ya no estaba cansado de transportar bienes. Podía levantar y bajar más de 50 kilos solo. Y ya no sentía dolor.

Al ver que era bueno en ventas, el dueño y el gerente me pidieron que ayudara con las ventas mientras seguía reparando máquinas.

Con el paso del tiempo, mucha gente notó que era diferente: trabajaba duro, ayudaba a otros, tenía altos valores, y era dedicado en mi trabajo. “Nunca he visto a alguien tan responsable por el trabajo y con los clientes”, dijo el gerente. A muchos clientes les gustaba comprarme bienes o me buscaban para que repare sus máquinas. Mis compañeros de trabajo también estaban cómodos trabajando conmigo.

Poco a poco, pude hablar sobre Falun Gong. Si alguien me acosaba por esto alguna vez, mis propios compañeros intervenían y me defendían.

A fin de año, el dueño del negocio me dio un aumento y un bono de 5.000 yuanes.

Círculo virtuoso

Al ver que tenía un trabajo e ingresos estables, mis amigos y familiares dejaron de preocuparse por mí. Nuestras relaciones mejoraron, y muchos cambiaron su actitud negativa hacia Falun Gong.

Un año después, vi muchas flores de Udumbara en mi casa, en una base de cemento, una baranda de metal y una vid. Sabía que Shifu me estaba alentando.

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Según escrituras budistas, las flores de Udumbara florecen cuando el Sagrado Rey Falun desciende al mundo humano. Las fotos muestran algunas flores que florecieron en la casa del practicante.

Junto a mi esposa, que también es practicante de Falun Gong, abrimos nuestro propio comercio. Pusimos mucho empeño en eso. Y después de un año estábamos haciendo unos 10.000 yuanes al mes. Esto me dio más tiempo y un mejor ambiente en el que podía hablar sobre Falun Gong, incluso desenmascarar la propaganda de odio que escuchaban.

Dijimos a nuestros empleados que trataran a todos e hicieran negocios con honestidad, amabilidad y perseverancia. Dos años pasaron desde entonces, y nuestro comercio ha crecido.

Sé que todo esto viene de Shifu y del Fa.