(Minghui.org) En el centro de detención de Wangfangdian al sur de la provincia de Liaoning, los detenidos son forzados al trabajo esclavo por largos periodos de tiempo. Los productos incluyen escarbadientes de colores surtidos, del tipo que se usa en los restaurantes, hoteles, y hogares. Los detenidos aquí se niegan a usarlos, ya que están completamente conscientes de las terribles condiciones insalubres en las que se producen.

El trabajo forzado tuvo su pico en los centros de detención entre el año 2000 y 2002, cuando la persecución a Falun Gong estaba en su etapa más despiadada, y gran número de practicantes estaban detenidos allí. Todos, sin importar la edad o la condición física, tenían que empaquetar los escarbadientes.

Escarbadientes producidos en el centro de detención de Changliu.


Condiciones insalubres al extremo

Para realizar esta tarea, los detenidos usaban un adhesivo diluido que emitía un olor repugnante. En cada celda, este químico estaba en una palangana al lado del inodoro. Cuando los detenidos sacaban el pegamento de la palangana para llenar sus contenedores individuales, muchas veces este emitía un fuerte olor a orina.

Como las celdas no tienen baños aparte, comer, trabajar, dormir, y usar el baño todo ocurre en la misma habitación. Los funcionarios que pasaban revista y los guardias, solo le prestan atención a la productividad, no las condiciones sanitarias. Debido a lo impredecible que es el suministro de agua, a veces uno no puede ni tirar la cadena del inodoro, ni hablar de lavarse las manos antes de volver a trabajar con los escarbadientes.  

Los guardias normalmente asignan reclusos claves, muchas veces los que tienen historial de violencia o conexiones con el crimen organizado, para manejar la celda. Esto se hace con dos motivos: los guardias no quieren ofender a este tipo de reclusos por miedo a la retaliación y este grupo de personas normalmente le pagan a los guardias a cambio de privilegios.

Como resultado, estos “reclusos jefes” pueden restringir la comida, el sueño y el uso del baño de otros detenidos. A veces los practicantes veían personas con las manos sucias (sin la posibilidad de lavarlas) descargar sus mocos en una pila de escarbadientes.

Además, algunos detenidos usan los escarbadientes para rascarse sus úlceras o pie de atleta. Estos escarbadientes también se empaquetaban para ser exportados. Este tipo de costumbre se volvió algo común en este ambiente sucio que no tiene ningún tipo de alternativa higiénica ni medios para protestar por el trato inhumano.

Se informó que estos escarbadientes se vieron en restaurants de buen nivel y que también se exportan. Muchas cajas tenían idiomas extranjeros impresos en ellas. Los escarbadientes son envueltos elegantemente antes de que las cajas sean selladas.

 

Abusos similares en el centro de detención de Changliu

El trabajo forzado también ocurrió en otros centros de detención: el centro de detención de Changliu en la ciudad de Tonghua, provincia de Jilin muchas veces tenía más de 30-40 detenidos por celda (28 metros cuadrados). Un décimo del espacio estaba designado para ser usado como baño, y el área restante se usaba para comer, trabajar y dormir.

Además de la pobre higiene, la producción de los escarbadientes demanda largas horas de los detenidos: la mayoría trabajaba desde la mañana temprano hasta la medianoche. Cada día, los detenidos solo recibían dos panes cocidos al vapor y dos tazones de arroz con sopa de verdura. Los ancianos, entre ellos practicantes de Falun Gong, a menudo eran golpeados por los guardias con palos de madera cuando estos no podían llegar a las metas establecidas de producción.

Como resultado de las condiciones de trabajo, muchos detenidos terminaban con sarna o piojos. En un incidente en agosto de 2001, las aguas servidas se mezclaron con el agua potable. En el curso de tres semanas más de 200 detenidos desarrollaron diarrea, fiebre o disentería.