La semana pasada, un juez argentino dictaminó y ordenó al departamento local de la Interpol que buscara arrestar a dos altos oficiales del Partido Comunista Chino, Jiang Zemin y Luo Gan, por sus roles en los crímenes contra la humanidad cometidos contra los practicantes de Falun Gong. La cobertura de los medios sobre esta resolución mostró una tendencia a enmarcar la querella, la decisión del juez, y la respuesta del PCCh en términos relativos. Eso es, enmarcar la historia como si fuera un dicho que viene y va entre el Falun Gong (o el juez) y el PCCh, sin darle la debida evaluación de credibilidad a la fuente o evidencia presentada para soportar tales dichos, del juez o PCCh. Este tipo de cobertura no es precisa ni responsable.

El Dr. Octavio Aráoz de Lamadrid, juez argentino, realizó una investigación extensiva y detallada en el término de cuatro años antes de llegar a su conclusión de que se cometieron crímenes contra la humanidad en China bajo la responsabilidad de Jiang y Luo. De hecho, de la resolución emitida por el juez, de 145 páginas, más de 100 de ellas son relatos de evidencia que él encontró sobre tales crímenes. Esto incluye relatos de primera mano de víctimas de Falun Gong quienes fueron entrevistadas personalmente y encontradas creíbles, como también informes de Amnistía Internacional y Naciones Unidas.

La conclusión final, citada en su decisión fue: "La estrategia del genocidio. comprende un amplio rango de acciones arregladas con un total desprecio por la vida y dignidad humana. El propósito elegido, la erradicación de Falun Gong, fue usado para justificar los medios usados. Por eso, el tormento, la tortura, desapariciones, muertes, lavados de cerebro, tortura psicológica fueron sucesos diarios en la persecución de sus practicantes". No obstante esta declaración, fundamental para entender el caso, está ausente en la mayoría de los artículos de noticias.

El juez Lamadrid se tomó muy seriamente la investigación del caso e hizo una evaluación independiente de la situación, por ello allí yace la importancia de lo que hizo. Es mucho más que "falsos cargos" como citó recientemente Reuters en su artículo citando sin cuestionamientos las declaraciones del vocero del gobierno chino. Por ello es decepcionante que este aspecto de la historia haya sido pasado por alto o incluso omitido, mientras que la propaganda del PCCh, imprecisa que demoniza a Falun Gong, ha tenido un lugar significativo, en estos artículos.

Los practicantes de Falun Gong no han presentado esta y otras querellas por cuestiones políticas o públicas para hacer que las autoridades chinas pierdan su cara. El sufrimiento que acontece en China es muy real, está bien documentado, y se da en un clima de impunidad. El uso de la jurisdicción universal para presentar querellas en el extranjero es el último recurso. Los practicantes de Falun Gong que intentaron demandar a Jiang dentro de China fueron arrestados, encarcelados, y torturados.

El Centro de Información de Falun Dafa alienta a los periodistas que cubren esta historia a examinar su decisión por ellos mismos. El Centro ha compilado un breve informe de terceras partes que cita la confirmación de la escala y brutalidad de la persecución que enfrentan los practicantes de Falun Gong en China: http://faluninfo.net/article/908/?cid=162

Hay poca duda de que lo que el régimen comunista chino ha hecho, y continúa haciendo, a Falun Gong encaja en la definición del estatuto romano de crímenes contra la humanidad. La cuestión que queda es qué es lo que la comunidad internacional debe hacer al respecto. La resolución del juez Lamadrid es un primer paso sólido y se merece la debida cobertura.

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