(Sabiduriapura.org)

A menudo la gente dice que los chinos carecen de una honestidad sincera. Partiendo de esta opinión, yo quería contar algunas experiencias que he advertido en mi camino de la cultivación. Aunque llevo varios años practicando Falun Gong, a veces me sorprendo mintiendo cuando mi conciencia principal no es lo suficientemente fuerte. Por ejemplo, una vez compré un pasaje para viajar en autobús pero debido a un cambio de horario, perdí el autobús en el que iba a viajar y tuve que tomar otro más tarde. Al comprar mi pasaje de ida, lo normal es que hubiera comprado otro de vuelta, pero no lo hice, porque sentí que era demasiado problemático.

En otra ocasión, me alojé en un hotel con varias personas más y debido a unos cambios en mis planes, decidí abandonar el hotel antes de tiempo. Dado que la reserva ya estaba hecha, yo tenía que haber pagado la parte que me correspondía, tal como lo teníamos previsto, pero sólo pagué las noches que estuve hospedado lo que significó que las otras personas que estaban compartiendo la habitación conmigo, tuvieron que pagar más.

He observado en mí muchos actos deshonestos de este tipo. Incluso entre la gente común, estas cosas estarían mal vistas, cuanto más en mí que soy un cultivador. Después de seguir haciendo cosas deshonestas, estaba obligado a mirar el problema honradamente.

Cuando me comportaba de una forma deshonesta, no estaba necesariamente intentando engañar a otros por ganancias monetarias. En tales ocasiones, pensaría para mi mismo: “He donado casi todo mi sueldo a Dafa, ¿cómo podría esta pequeña cantidad de dinero importar? No le des más vueltas, déjalo ahí”. Así, por un lado, además de tener el deseo de ahorrarme algunos problemas, al mismo tiempo, sentía inconscientemente la satisfacción de tomar ventaja a los otros. Estas dos cosas actuaron juntas para guiarme dentro de un sendero menos recto. Muy a menudo, cuando no hacía las cosas rectamente, manchaba la imagen de los practicantes de Dafa.

Esto me hizo recordar la historia que nuestro misericordioso Maestro contó sobre el Buda Sakyamuni. En una ocasión, sus discípulos estaban admirando los tazones que habían usado para mendigar. Sakyamuni dio a esto una lectura muy específica. Sus discípulos ya habían descartado todas sus posesiones mundanas y aún así se apegaban a admirar sus tazones. ¿Por qué la mente humana es tan débil y los apegos tan fuertes?

Recuerdo otra historia que un compañero practicante me contó sobre sí mismo. Su empresa estaba ofertando unas promociones en otros departamentos y él fue capaz de renunciar a un trabajo superior que valía diez mil yuanes sin ofrecer ningún tipo de pelea con otros. Sin embargo, cuando salió a comprar unas cebollas verdes en el mercado local, se sorprendió a sí mismo regateando con el vendedor e intentando que le rebajara el precio. En su corazón, ¿no estaba él todavía preocupado por sus propias pérdidas y ganancias?

Como norma general, siempre se ha dicho que cuando uno sólo piensa en ganar, es egoísmo. Pero cuando indagué más profundo, me di cuenta de que tenía la naturaleza demoníaca de revelarme contra las leyes y las normas de la sociedad ordinaria, lo cual es propio de “cadetes revolucionarios” que en la Revolución Cultural lo aplicaban con gran orgullo. Es una mentalidad de querer oponerse a las tradiciones y cosas ortodoxas que las viejas fuerzas han instalado en mí. Recuerdo que cuando estaba en la secundaria, un compañero estudiante frecuentemente robaba a otros y después tiraba lo que había robado. Todo lo que él quería era sentir que había ganado por medio de robar. Antes de que empezara a practicar Falun Gong, frecuentemente me sentía muy complacido conmigo mismo por desobedecer ciertas reglas y por ser capaz de tomar ventajas de las brechas en esas reglas.

Me he dado cuenta ahora de que a la gente china de nuestra generación tal vez le falte el respeto no sólo a otras personas sino también a las normas sociales, tradiciones, moralidad y así sucesivamente. Estas malas características están reflejadas en nuestra cultivación. Por ejemplo, a veces no mostramos suficiente respeto por nuestro Maestro y por el Fa [ley y principios en la Escuela Buda] y a veces, tampoco mostramos suficiente respeto por otras personas.

Lo opuesto al respeto es el menosprecio. Si una persona a menudo considera sus propias cosas más importantes que las de los demás, ¿No se agrandará gradualmente su mentalidad egoísta? ¿No se evaluará él como estar siempre en lo correcto? ¿No sobreestimará siempre sus capacidades, volviéndose testarudo y terco sin escuchar nunca a otros? ¿No son estás características especiales de las viejas fuerzas? En la cultivación, la meta es ser desinteresados y nos cultivamos para que nuestro mundo humano se vuelva menos y menos egoísta. Si agrandamos nuestro egoísmo, ¿no va esto en contra de la cultivación? Parece ser un problema menor, pero la naturaleza demoníaca que mis acciones revelan son verdaderamente de terror y es algo que debo eliminar.

Mientras examino las circunstancias de mi falta de honestidad, siento como si hubieran sido hechas subconscientemente. Parece como si lo hubiera hecho sin pensar. Ahora he logrado entender la importancia de reforzar siempre mi conciencia principal.

Fecha de edición: 6/6/2004
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Versión en inglés disponible en: www.clearharmony.net/articles/200404/19124.html

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