(Minghui.org) Al ver a mi madre enferma, pensé en todos los consejos y advertencias que le había dado y que ella nunca había escuchado. Al pensar en las cosas que me había hecho, me sentí decepcionada y me invadieron las quejas y los resentimientos. Pensé: «Olvídalo. La trataré como a una persona común y solo cumpliré con mis responsabilidades filiales. El resto vendrá por sí solo». Pero mientras la cuidaba, mi resentimiento era evidente y le añadía aún más dificultad a su condición.

Mi madre me dijo en tono quejumbroso: «[La practicante] Feng me preguntó cómo es que aún no has recibido tu retribución».

Me sentí excepcionalmente tranquila después de que ella dijera esto. No sentí el más mínimo resentimiento hacia Feng. Sabía que debía haber sido mi madre quien se había quejado a ella de mis defectos, y por eso Feng había dicho eso. Sabía que una vez que los practicantes mejoraban a través del estudio del Fa, no manejaban los conflictos entre practicantes con nociones humanas; esto es parte del proceso de cultivación. También me di cuenta profundamente de la seriedad y la dificultad de la cultivación, y de por qué Shifu nos exige que cultivemos verdaderamente la bondad y la compasión. Fue debido a mis defectos de toda la vida, que no había eliminado, lo que hizo que Feng quisiera ayudarnos a mi madre y a mí. También podría ser que Feng tuviera algo que mejorar en esta área. Vi que había creado yeli para mi madre y para Feng.

Al mirar a mi madre, de repente sentí compasión. Ella había sido hermosa, elegante y admirada por los demás, pero el yeli de la enfermedad había devastado su cuerpo hasta dejarlo en ese estado. Me dolía el corazón. Aparte de la compasión y la simpatía, solo quería ayudarla sinceramente desde mi corazón. Ya no sentía ningún tipo de culpa ni resentimiento hacia ella. Mi único pensamiento era: «Mamá, espero de verdad que puedas superar estas tribulaciones, elevarte y que juntas podamos regresar a nuestro hogar celestial».

En ese momento, todo el resentimiento que había sentido durante décadas hacia ella, por el daño que me había causado, se disolvió.

A lo largo de los años, trabajé duro para eliminar por completo mi resentimiento hacia mi madre. Una y otra vez, poco a poco, intenté cultivarlo para que desapareciera. A veces, como este resentimiento parecía imposible de erradicar, caía en la desesperación. Fue Shifu quien me dio repetidamente pistas y ánimos.

Hace unos días, el resentimiento hacia mi madre volvió a aflorar con fuerza en mi mente. Pensé: «¿Por qué no puedo superar nunca esta prueba? ¿Por qué es interminable? Después de tantos años, ¿cómo es posible que siga controlando tan fácilmente mis pensamientos? ¿Dónde está exactamente mi brecha?». De repente, recordé haber leído el testimonio de un practicante unos días antes. La idea principal era que, durante el período de rectificación del Fa, los practicantes deben anteponer la validación del Fa y la salvación de los seres conscientes a todo lo demás.

¡Así es! Soy una practicante de Falun Dafa en el período de rectificación del Fa. Todo debe ser para validar el Fa y salvar a los seres conscientes. Este resentimiento es claramente una interferencia y una persecución impuestas sobre mí por las viejas fuerzas. Quiere arruinarme, arruinar a mi madre e incluso arruinar a los seres conscientes de los que somos responsables. No lo reconozco. Lo eliminaré de inmediato. Debo seguir adelante diligentemente en el camino de cultivación que Shifu arregló para mí. Cuando me di cuenta de esto, mi cuerpo vibró y sentí que mis pensamientos rectos se hacían más fuertes. Todo mi campo dimensional se iluminó. A partir de entonces, tanto si enviaba pensamientos rectos para eliminar esas sustancias degeneradas como cuando leía el Fa y hacía los ejercicios, esa sustancia maligna de resentimiento hacia mi madre ya no aparecía en mi campo dimensional.

Cuando mi madre habló de que yo recibiría mi merecido, mientras la compasión brotaba en mí, sentí claramente que Shifu eliminaba la capa sentimental de sustancias y elementos que correspondían a ese apego. Los rencores entre mi madre y yo, que se prolongaban desde hacía décadas, finalmente se resolvieron por completo y se erradicó la raíz. Al enfrentarme a mi madre ahora, ya no tenía el pensamiento de querer cambiarla, ni sentía desprecio o aversión hacia ella. También me di cuenta de que necesitaba cambiar mi hábito, formado desde hacía mucho tiempo, de hablarle con dureza. Solo quería ayudarla a atravesar esta tribulación con amabilidad y devoción filial. De repente, sentí que apreciaba mucho a mi madre. No era sentimentalismo, ni me obligaba a ser buena con ella, era simplemente un estado mental tranquilo y pacífico, apreciándola tal como apreciaba a los seres conscientes que esperaban que los salvara.

El proceso de eliminar el resentimiento hacia mi madre fue extremadamente difícil. Una y otra vez, trabajé en ello, pero persistía. Como entendía que durante el período de rectificación del Fa, los practicantes deben dar prioridad a validar el Fa y salvar a los seres conscientes, fui capaz de romper el arreglo de las viejas fuerzas. El compasivo Shifu eliminó la sustancia del resentimiento y su raíz: el sentimentalismo. La sensación de no llevar más resentimiento es verdaderamente trascendente y maravillosa. Estoy agradecida por la compasiva protección y guía de Shifu.

Espero que este artículo pueda ayudar a otros practicantes que, como yo, tuvieron dificultades para eliminar cierto apego durante mucho tiempo. También pueden reflexionar desde la perspectiva de la cultivación y buscar qué apego fundamental está alimentando la raíz de ese apego. Por favor, señalen cualquier cosa inapropiada en este intercambio.

Categoría: Cultivación