(Minghui.org) Comencé a practicar Falun Dafa en 2004. Me sentía triste cuando no lograba pasar las pruebas de cultivación, pero me sentía feliz cuando lo hacía bien.
Después de comenzar a practicar, mi esposo me exigió que dejara la práctica. Incluso me amenazó con un cuchillo para mostrar lo serio que era. Después de 14 años dejó de amenazarme, y yo me convertí en una practicante diligente tras haber pasado por numerosas tribulaciones familiares.
Encontrar Dafa
Soy maestra de secundaria en una zona rural y mi esposo trabaja en el depósito de granos del municipio. Nos presentaron y nos casamos tres meses después de habernos conocido. Él tiene una familia grande. Además de mis suegros, también vive con nosotros mi abuela política, una cuñada menor y cuatro cuñadas mayores que están casadas pero a menudo regresan de visita.
Como único hijo varón, mi esposo fue terriblemente consentido. Yo venía de una familia campesina sencilla, y sus cinco hermanas me miraban por encima del hombro. Era una chica tradicional y siempre cedía ante ellas.
Mi esposo perdió su empleo en 2001. Los cambios drásticos en nuestra familia lo obligaron, después de haber sido mimado, a enfrentarse a la perspectiva de buscar trabajo. Eligió la ganadería, una ocupación físicamente exigente que requería grandes cantidades de heno y grano. Después yo tenía que ayudarlo. Cortaba tallos de maíz y cargaba sacos de grano de 100 kilos. Desarrollé numerosas enfermedades, incluido dolor en las piernas debido a la compresión de la columna lumbar. Era difícil dormir por la noche o incluso sentarme.
Pensaba constantemente en suicidarme, pero tenía que pensar en mi hijo, que me necesitaba. Mi sentido de responsabilidad hacia él me hizo fuerte.
Mi colega la Sra. Ling, vio cuánto sufría y me dijo: “Te prestaré un libro que deberías leer. Si aceptas lo que está escrito en él, significa que tienes una relación predestinada con esto. Tal vez te ayude a mejorar”. Ella me habló de Falun Dafa y me explicó la verdad sobre la persecución. Durante las vacaciones de invierno me prestó Zhuan Falun, el texto principal de Falun Dafa, y me pidió que lo leyera completo.
Después de comenzar a leer Zhuan Falun, muchas preguntas que tenía sobre la vida fueron respondidas. La segunda vez que lo leí quise compartir con otros los principios que aprendí. Estaba tan feliz que ni siquiera noté los cambios en mi cuerpo. Antes, mi espalda y mis piernas dolían insoportablemente cuando me inclinaba para picar relleno de empanadillas, envolverlas o hacer tareas domésticas, pero ahora estaba libre de dolor, y me sentía inmensamente feliz de estar libre de enfermedades.
Tribulaciones familiares
Cuando mi esposo vio que practicaba Falun Dafa con seriedad, por miedo al Partido Comunista Chino (PCCh), intentó detenerme. Recuerdo un viernes por la noche, dos semanas después de comenzar a leer el libro, cuando me exigió que abandonara mi cultivación. Llegó al extremo de agarrar un cuchillo de cocina, presionarlo contra mi cuello y amenazarme con matarme. No sabía qué hacer. Aunque estaba intranquila, no sentí miedo.
Mi suegro también intentó persuadirme: “Tienes un buen trabajo, pero no puedes hacer nada que el PCCh no permita. No puedes hacer nada ilegal”.
No sabía de dónde venían mis pensamientos rectos. No importaba lo que dijeran ni cómo me insultaran, me negué a dejar de practicar. Discutí con ellos gran parte de esa noche. Mi suegro se fue enojado, y yo estaba exhausta. Tarde en la noche, en un estado de confusión, una luz dorada brilló a través de la puerta. Me desperté sobresaltada, sintiendo una corriente cálida recorrer mi cuerpo, lo que me dio una sensación de alivio. Todos los sentimientos de agravio y agotamiento desaparecieron, y fueron reemplazados por una cálida sensación de felicidad.
Una noche soñé con cinco ancianos que decían repetidamente: “Déjenla, simplemente ignorémosla”. Entendí que los elementos malignos que me impedían obtener el Fa se habían ido. Fue Shifu quien vio mi firmeza y me ayudó. ¡Gracias, Shifu, por su benevolencia!
Mi esposo no me permitía leer los libros de Dafa, y me insultaba apenas escuchaba algo que difamara a Dafa. Una vez, el estaba ayudando a sus amigos ganaderos a descargar tortas de soya. Uno de ellos le dijo: “¡Tu esposa practica Dafa!”.
Tan pronto como llegó a casa comenzó a gritarme. Incluso sacó libros de la caja y trató de arrojarlos a la estufa, como si estuviera loco. Luché con él por los libros y bloqueé la estufa con mi cuerpo. No entendía porqué pasaba esto tan repentinamente. En silencio supliqué a Shifu que lo detuviera de cometer un crimen contra Dafa.
Al verme bloqueando el camino y luchando con él, me dio dos puñetazos en la espalda de frustración y luego se fue. Pero Zhuan Falun quedó destrozado. Cuando salió a caminar esa noche, lo reparé. Me sentí agraviada y resentida. Lloré y le dije a Shifu: “Él cometió un crimen contra Dafa porque yo no me he cultivado bien”.
Parecía que las pruebas comenzaban cada fin de semana. Anhelaba regresar al trabajo, ya que no podía leer los libros de Dafa en casa, pero sí durante los descansos en la escuela. La Sra. Ling me ayudó a comprender según el Fa. Sin su apoyo oportuno me habría sido muy difícil superar esas pruebas.
Debido a mi fuerte miedo y apego a la familia, no me atrevía a estudiar el Fa en casa, mucho menos a hacer los ejercicios. Solo podía leer el Fa a escondidas de mi esposo. Por suerte, pasaba mucho tiempo en la escuela, así que allí podía estudiar el Fa. Con la ayuda de la Sra. Ling pude acceder al sitio web Minghui, y me sentía inmersa en el Fa todos los días. Sin embargo, debido a mi miedo, pocas veces superaba las pruebas familiares. Aunque no lograba un gran avance en el entorno de mi hogar, me sentía llena de esperanza y ya no me sentía perdida.
Nuestro ambiente familiar cambió mucho alrededor de 2016. La ganadería es un trabajo duro. Me recordaba constantemente los estándares de Dafa y tomaba la iniciativa de hacer todo tipo de tareas. Aunque tenía un trabajo de tiempo completo como maestra, cortaba y amarraba tallos de maíz, y los apilaba.
Aunque mi esposo no lo decía, sabía que en el fondo admiraba a Falun Dafa. A veces se quejaba de estar agotado, pero yo no había tomado medicinas en años, ni me sentía cansada a pesar del arduo trabajo. No me afectaba si ganaba dinero o no. Me conducía de acuerdo con los principios de Dafa y, con el tiempo, él también comenzó a seguirlos también.
Salir de las tribulaciones familiares
Mi esposo compró unas reses, y mientras las aseguraba el cable de acero le atrapó el dedo anular, provocándole una gran hemorragia. En la clínica, el médico dijo que los dedos están conectados con el corazón, y que el dolor no lo dejaría dormir de noche, por lo que le recetó un analgésico. Al regresar a casa, le dije: “Solo recita ‘¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno!’. Shifu te ayudará”.
Aunque no dijo nada, hizo lo que le sugerí. Su dedo apenas le dolía, así que solo tomó un analgésico. Al tercer día, cuando el médico le cambió el vendaje, le preguntó si le dolía. Él respondió que no. El médico no le creyó. Él sabía que Shifu lo había ayudado y estaba muy feliz.
Mi hijo, que era estudiante de posgrado, me llamó alrededor de las 11 p. m. en marzo de 2017 y me dijo que tenía un dolor de estómago terrible. Mi primer pensamiento fue sugerirle que pidiera ayuda a Shifu y enviara pensamientos rectos. Mi hijo ocasionalmente leía los libros de Dafa y sabía que Shifu y Dafa eran buenos. No había tomado medicina en más de una década, ni siquiera cuando tenía resfriados o fiebre. Pero como no era diligente en su cultivación, no estaba segura de que funcionara para él.
Él insistió en no ir al hospital. Después de enviar pensamientos rectos por 30 minutos dijo que se sentía mucho mejor. Esa noche soñé con muchos animales parecidos a caballos que rodeaban montones de objetos. Comprendí que la enfermedad de mi hijo se debía a cálculos renales. Después de cuatro días todavía tenía dolor, así que le pedí que viniera a casa.
Entendí que esta enfermedad en mi hijo, además de ser eliminación de yeli, también era una prueba de mi fe en Shifu y Dafa. Leímos el Fa y enviamos pensamientos rectos. Se sintió mucho mejor al día siguiente: el dolor había desaparecido y pudo comer. Agradecidos, nos postramos ante Shifu. Pero nuestro apego al entusiasmo fue aprovechado por las viejas fuerzas, y tuvo una recaída. No defecó durante siete días y los síntomas empeoraban de noche. Mi esposo estaba preocupado. Yo enviaba pensamientos rectos intensamente pero no mejoraba. Hablamos sobre nuestros entendimientos de como elevar nuestro xinxing: estábamos ansiosos, pero cuando él mejoraba nos sentíamos felices. Teníamos apego a los resultados al enviar pensamientos rectos, en lugar de tener fe en Shifu y Dafa.
Mi esposo volvió del campo al mediodía y le dijo a mi hijo que llamaría un taxi para llevarlo al hospital. Cuando nuestro hijo dijo que no quería ir, mi esposo lo regañó. También dijo algo irrespetuoso sobre Dafa. Yo me quedé helada. Envié pensamientos rectos para eliminar las cosas negativas que lo manipulaban para interferir con nosotros. Realmente queríamos la ayuda de Shifu.
Cuando mi esposo vio que nuestro hijo aún se negaba a ir, dijo: “llamaré al taxi en un rato. Si te niegas a ir, ya no me haré cargo de ti”.
Inesperadamente, mi hijo dijo con firmeza: “No iré, porque no tengo ninguna enfermedad”.
Al oír esto, mi esposo se enojó tanto que se tiró en la cama y se negó a trabajar. Yo también estaba preocupada por mi hijo, pues no estaba segura de la fuerza de su fe en Shifu y Dafa. El ambiente era extremadamente tenso.
Como era sábado, fui a la casa de mi madre para ayudarla a lavarse el cabello y limpiar. Decidí dejar todo en manos de Shifu y soltar mi apego a mi hijo.
Cuando regresé después de las cuatro de la tarde, la atmósfera me sorprendió. Mi esposo y mi hijo me esperaban y se veían contentos. Mi hijo alegremente me dijo que había ido dos veces al baño mientras yo estaba fuera, que ya no le dolía el estómago y que había bebido mucha agua. Le dije que esta vez se había recuperado por completo. Le expliqué que, como había tenido el pensamiento firme de no reconocer los síntomas como enfermedad, Shifu pudo ocuparse de él. Le pedí que agradeciera a Shifu.
Mientras escribo esto, no puedo contener las lágrimas. Esta prueba fue difícil de superar, pero la felicidad de haberla pasado es algo que la gente común no puede sentir. Llegué a comprender que cuando un practicante atraviesa una prueba de yeli de enfermedad, debe firmemente no reconocerla como enfermedad y, al mismo tiempo, tener fe en Shifu y en Dafa. Cuando mi hijo dijo: “No iré, porque no tengo ninguna enfermedad”, Shifu pudo cuidarlo.
Eliminé mi ansiedad y mi miedo durante este proceso. Antes de esto no me atrevía a hacer abiertamente nada relacionado con Dafa. Con el fin de ayudar a mi hijo a superar este yeli de enfermedad, solté mi miedo y mi ego. Envié pensamientos rectos de manera digna y trabajé con mi hijo para lograr pasar la prueba.
Esta experiencia cambió la actitud de mi esposo hacia Dafa. Pasó de creer a medias a creer completamente, y dejó de oponerse a mi práctica.
Estoy agradecida por el fortalecimiento y la iluminación de Shifu. En los momentos finales de la rectificación del Fa, espero eliminar mis apegos lo más rápido posible ¡y asistir a Shifu a salvar a más personas!
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Categoría: Caminos de cultivación