(Minghui.org) Desde niña fui débil y enfermiza. Hasta donde puedo recordar, mi padre me llevaba a todas partes a buscar tratamiento médico. Después de casarme, me di cuenta de que mi esposo y yo éramos incompatibles. Su temperamento lento contrastaba con mi impaciencia. Nos peleábamos con solo decir unas palabras. Aunque era tranquilo, se enojaba con facilidad y solía regañar a la gente.

Este tipo de vida me hacía miserable. Mi salud se deterioró y tenía que ir al hospital con frecuencia. Mi esposo también sufría de psoriasis. Durante la primera mitad de nuestro matrimonio, gastamos mucho dinero en tratamientos hospitalarios. Tanto fue así, que mi hermano ya no iba a la farmacia. Solo venía a mi casa a buscar los medicamentos que necesitaba.

En el invierno de 1998, fui al hospital para una ronda de tratamientos. Una enfermera me dijo: "¡No importa qué tipo de ejercicio hagas, es mejor practicar Falun Dafa (también llamado Falun Gong)!". Cuando escuché por primera vez el término "Falun Dafa", sentí como si una fuerza misteriosa me despertara. Me sentí renovada y repetí las palabras en silencio hasta memorizarlas. Después de una semana de tratamiento, regresé a casa.

En otra ocasión, una estilista me dijo que practicaba Falun Dafa y me mostró la foto de Shifu. Me emocioné mucho y le dije que me parecía haberla visto antes. Le pregunté si podía conseguirme un ejemplar del libro Zhuan Falun. A mitad de la lectura, noté un Falun (rueda del Fa) de color marrón amarillento girando sobre mi cuerpo. Entonces decidí emprender el camino de la cultivación en Falun Dafa. Desde entonces, abandoné el mal hábito de jugar Mahjong y, sin darme cuenta, mis enfermedades desaparecieron.

Mi esposo notó los cambios significativos en mí y que ya no lo molestaba para que corriera de un lado a otro en plena noche para comprar medicamentos. También empezó a leer Zhuan Falun y aprendió las cinco series de ejercicios. Mientras se concentraba en la lectura, empezó a expulsar heces negras y sanguinolentas. Sabía que Shifu estaba limpiando su cuerpo. Su psoriasis y fiebre también desaparecieron. Así, empezamos a practicar Falun Dafa juntos. Nuestras peleas disminuyeron gradualmente y el ambiente en casa se volvió cálido y armonioso.

Una vez me encontré con el médico que me había tratado anteriormente. Curioso, me preguntó si había encontrado otro médico. Le dije que practicaba Falun Dafa y le expliqué la verdad sobre Dafa. Entonces exclamó: "¡Ah, tu visión del mundo cambió! Con razón te curaste. ¡Felicidades!".

El invierno pasado, un practicante sufrió un grave yeli de enfermedad y fui a visitarlo. Esto no solo lo ayudó a él, sino que también me ayudó a mejorar. El era como un espejo que reflejaba muchas de mis nociones humanas las cuales desconocía, pero que se habían convertido en malos hábitos. En particular, solía ser resentida, competitiva y menospreciaba a los demás. Mi esposo también se dio cuenta de algunas de sus deficiencias y se comprometió a cultivar esas malas nociones.

Una mañana, justo antes de hacer los ejercicios, empecé a toser con fuerza. Al cabo de un rato, tosí coágulos de sangre negros. Diez días después, tosí coágulos de sangre durante dos mañanas consecutivas. ¡Mis síntomas de opresión en el pecho y dificultad para respirar, que había padecido toda mi vida, habían desaparecido milagrosamente! Es cierto que como dice Shifu “La cultivación depende de uno mismo, el gong depende del shifu. El shifu te da un gong que hace crecer tu gong” (Primera lecciónZhuan Falun).

Mi esposo recientemente tuvo un dolor intenso en las piernas, y las tenía tan hinchadas que no se atrevía a caminar. En la cultivación nada es casualidad, así que le dije con calma: "¡Miremos hacia dentro! No hay otra opción". Encontramos muchas nociones humanas. Nuestra tendencia a pelear aún persistía. Esta mentalidad combativa estaba arraigada en la cultura del Partido Comunista Chino (PCCh) y era algo que debíamos eliminar.

Durante todos estos años de cultivación, mi progreso va relativamente bien en las tres cosas. Aclarar la verdad es mi punto fuerte. Salgo a conversar con la gente todas las mañanas, estudio el Fa por la tarde y participo en un grupo de estudio del Fa con otros practicantes por la noche. Durante varios años, mi casa es un sitio de estudio del Fa. Es Shifu quien creó un buen ambiente para estudiar el Fa.

Hemos pasado por muchas tribulaciones serias, e incluso sufrimos un accidente automovilístico. Pero las superamos todas con nuestra firme creencia en Shifu y en Dafa. Nuestros familiares han presenciado los milagros de Dafa con sus propios ojos y renunciaron al PCCh y a sus organizaciones juveniles.

Como cultivadores, primero debemos aprender a afrontar nuestros apegos y defectos con calma. En la actualidad, incluso cuando el mal lucha por sobrevivir, debemos continuar cultivando con diligencia, cumplir nuestros votos sagrados y vivir a la altura de la salvación compasiva de Shifu.