(Minghui.org) ¡Saludos, Shifu, y saludos compañeros practicantes!
Mi nombre es Owen, tengo 10 años y curso el cuarto grado en la escuela Minghui.
Recientemente he aprendido a practicar la tolerancia y a mirar hacia adentro. Mi carácter ha mejorado, he aprendido a controlar mejor mis emociones y he comenzado a ser más tolerante. Me gustaría compartir una experiencia reciente.
Un día, estaba jugando billar con un compañero llamado Andy (seudónimo) y perdí. En la escuela hay una regla: si pierdes, te haces a un lado y el compañero que está esperando entra a jugar. Pero después de ganar, Andy se fue a hacer otra cosa, dejándome solo con otro compañero, Charles (seudónimo). Así que comenzamos una nueva partida.
Durante el juego, Andy regresó de repente y se quejó de que nadie quería jugar con él. Trató de quitarle el taco a Charles para seguir jugando, pero Charles no se lo dio. Entonces Andy se volteó hacia mí, me quitó el taco y dijo: “Tú ya perdiste, así que debiste haberte ido. Ahora me toca a mí.” Incluso me hizo una mueca.
Me sentí muy molesto y pensé que estaba siendo injusto. Él fue quien decidió irse a hacer otra cosa, pero ahora se arrepentía y venía a quitarnos los tacos. Traté de explicarle que él había sido quien se fue, pero no quiso escuchar y seguía insistiendo en que me hiciera a un lado. Reflexioné un momento y comprendí que discutir con él no iba a servir de nada, así que le entregué el taco. Este fue el primer conflicto que tuve con Andy ese día.
Como Andy se llevó el taco, me fui a jugar cartas con otros compañeros. Poco después de comenzar, Andy vino y quiso unirse, pero ya habíamos empezado el juego, así que le dijimos que no. Se enojó mucho. Luego sonó la campana para regresar a clases, y decidimos que el juego había terminado en empate. Pero Andy comenzó a gritar que yo había perdido. Yo aguanté y no discutí con él. Ese fue el segundo conflicto con Andy.
Después de estos dos incidentes consecutivos en los que Andy me provocó, no discutí con él, y pensé que ya había superado la prueba. Pero más tarde, en clase, cuando fui al final del salón por un libro de texto y regresaba a mi lugar, Andy se puso frente a mí para bloquearme el paso. En ese momento sentí que ya no podía contenerme y quise discutir. Ver que me bloqueaba el paso me enfureció, y hasta me pasó por la mente empujarlo al suelo. Pero comprendí que, tuviera o no la razón, hacer daño a los demás siempre está mal. Me detuve un momento y, al final, simplemente pasé a su lado con cuidado. Así se resolvió el tercer conflicto.
Shifu dijo:
“No pienso que debamos disputar con otros sobre cualquier cosa. Si realmente te ocurren problemas y parece que otra persona está siendo injusta contigo, pienso que es muy probable que tú, como cultivador, le debieras de una vida previa, aguántalo, ten Ren y déjalo pasar. Incluso una persona común sabe que cuando dos personas discuten, al final partirán infelices; surgirá una fricción y habrá un enredo entre los dos. Cuando el conflicto persiste por largo tiempo, se volverá cada vez más difícil de resolver y finalmente ellos se volverán enemigos. Nosotros somos capaces de tolerarlo, no darle importancia y dar un paso hacia atrás. En China hay un dicho: “Retrocede un paso y encontrarás que el mar es enorme y el cielo ilimitado”. Si continuas embistiendo y empujando hacia adelante, encontrarás que realmente no hay salida. Si das un paso atrás, renuncias al apego y no le das importancia, encontrarás que el mar verdaderamente es enorme y el cielo ilimitado, creándose una situación enteramente diferente, esto es así” (Exponiendo el Fa en el Fahui de Suiza).
Al reflexionar sobre este roce con Andy, me di cuenta de que fue exactamente como Shifu nos enseña: “Toléralo (ren) y déjalo pasar”. Si no hubiera recordado las enseñanzas de Shifu, tal vez no habría superado esta prueba.
Antes, no habría cedido. Hubiera discutido o incluso peleado, y el conflicto con Andy podría haberse intensificado, convirtiéndonos en enemigos por cosas insignificantes.
Me alegra mucho haber conservado mi carácter, no haber discutido demasiado y no haberme enojado tanto. Me di cuenta de que, cuando enfrentamos conflictos, dar un paso atrás y ver el panorama completo puede resolver muchos problemas.
También descubrí que, al mirar hacia adentro, pude ver en qué aspectos necesitaba mejorar, y mi corazón dejó de sentirse enojado o agraviado. Por ejemplo, esta vez, aunque no discutí con Andy en la superficie, cuando bloqueó mi camino, todavía surgió en mí un pensamiento poco compasivo. Espero que la próxima vez ni siquiera me enoje por dentro y no tenga pensamientos negativos. Así podré elevarme a un nivel más alto.
Gracias, Shifu, por enseñarme cómo resolver los conflictos.
(Presentado en el Fahui de Canadá de 2025)
Copyright © 1999-2025 Minghui.org. Todos los derechos reservados.