(Minghui.org) Soy de Mongolia. Escuché hablar de Falun Dafa a mi tía china hace más de 20 años (2002-2003) en Mongolia, pero en aquel entonces no lo tomé en serio.
Tras graduarme de la universidad en la primavera de 2005, viajé a China en otoño de ese mismo año para continuar mis estudios. Mi tía me recibió con cariño y me ayudó a inscribirme en una escuela de idioma chino.
La visitaba casi todos los fines de semana. En cada visita, solía hablarme de sus creencias, pero en aquel entonces no le daba importancia. En enero de 2006, empezaron las vacaciones de invierno para los estudiantes, y me encontré sin que hacer. Mi tía me sugirió que ayudara a traducir Zhuan Falun al mongol, y acepté sin dudarlo. Entonces comenzamos la traducción juntas.
El proceso de traducción me resultó extremadamente difícil. Mi mente estaba completamente vacía y no entendía conceptos como lo divino, la religión, el qigong, la cultivación, el universo, o incluso la ciencia. Esta falta de conocimiento era debido a mi desinterés por la universidad, mi aversión a la lectura y mi rechazo general al estudio. Nunca había sido una lectora ávida y, para ser honesta, tenía poco conocimiento más allá de lo básico. Las únicas asignaturas que me gustaban eran idiomas extranjeros: ruso, inglés, turco y alemán. Era en esas clases donde destacaba, pero fuera de eso me sentía perdida.
Mientras trabajábamos en la traducción, me fue explicando paulatinamente y poco a poco, empecé a entender más y más.
Al final, completamos la traducción de Zhuan Falun, Vía de la Gran Perfección y Zhuan Falun (Volumen II).
Después de terminar la traducción de esas tres enseñanzas del Fa, salí de China a finales de 2008 para casarme.
Aunque había traducido Zhuan Falun, en aquel momento no entendía del todo su significado más profundo. Mi entendimiento se limitaba a la idea básica de ser una buena persona, nada más.
Cada vez que mi tía visitaba Mongolia, pensaba en Falun Dafa, pero en cuanto se iba, lo olvidaba. En 2019, sentí un profundo anhelo en mi corazón, aunque no entendía bien qué buscaba. Tenía una familia amorosa y todo lo que una persona común podría desear, pero aún faltaba algo. Necesitaba algo que llenara mi vacío interior.
Sentí una necesidad imperiosa de leer Zhuan Falun, así que comencé. Mientras leía, mi corazón se llenó de una alegría indescriptible. Fue entonces cuando tomé la firme decisión de cultivarme. Al principio, no estaba segura de cómo comenzar el proceso de cultivación.
Durante este tiempo, a pesar de no haberme cultivado completamente, sentí un fuerte deseo de difundir el Fa, así que alquilé una oficina de 50 metros cuadrados en Ulán Bator y comencé a publicar regularmente en Facebook, casi todos los meses. Mucha gente vino a aprender sobre Dafa. La mayoría solo practicó por un corto tiempo antes de irse. Sin embargo, quienes realmente comprendieron las enseñanzas se quedaron y continuaron su cultivación hasta el día de hoy.
Había emprendido un camino de cultivación, pero a lo largo del camino me encontré con numerosas interferencias, tanto físicas como mentales. Al principio, no entendía por qué surgían estas tribulaciones, pero con el tiempo me di cuenta de que eran resultado de mi propio yeli, un reflejo de acciones pasadas. A pesar de las tribulaciones, seguí mi camino.
Lo que finalmente me ayudó a superar estas interferencias fue leer el Fa. Me brindó la claridad y la fuerza que necesitaba para afrontar mis tribulaciones, y gradualmente pude superarlas. A través de este proceso, aprendí lo crucial que es entender las causas profundas de nuestras tribulaciones y mantenernos comprometidos con el camino, incluso cuando parezca abrumador.
En septiembre de 2020, comencé a traducir artículos de Minghui y a compartirlos con practicantes mongoles. Fue a través de este proceso que realmente empecé a entender la esencia de la cultivación y cómo mejorar mi xinxing. A medida que leía más y más artículos de Minghui, sentí que maduraba y adquiría gradualmente una comprensión más profunda.
Cuanto más me sumergía en el Fa, más me alineaba con Él. Era como si mi entendimiento se expandiera y Shifu me guiara, abriendo mi sabiduría de maneras inimaginables. Descubrí que superaba las pruebas con mayor facilidad y mi corazón se llenó de alegría y gratitud.
Sin embargo, con el tiempo me di cuenta de que esas primeras experiencias eran solo las etapas preparatorias de mi cultivación. Empezaron a surgir verdaderas pruebas, me costaba controlarme, mantener mi xinxing y aplicar el Fa para superarlas.
Afortunadamente, a pesar de las tribulaciones que encontré, tanto entre mis compañeros practicantes como en mi familia, Shifu siempre estuvo ahí, guiándome y cuidándome. Poco a poco, comencé a entender cómo cultivarme con mayor eficacia. Aprendí a cultivarme continuamente, a mirar hacia dentro y a profundizar en mis apegos.
Al hacerlo, comencé a evaluar mis pensamientos con los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia en mi nivel actual. Sabía que aún me quedaba mucho camino por recorrer, pero sentía que mi entendimiento crecía a medida que avanzaba en mi camino.
Tenía muchos apegos fuertes: la ostentación, el resentimiento, las quejas, los celos, el menosprecio, por nombrar solo algunos. Eran demasiados para contarlos. Sin embargo, en comparación con mi punto de partida, empecé a ver que estos apegos se eliminaban gradualmente, capa por capa, como pelar una cebolla. Esta transformación solo fue posible gracias a la guía del Fa.
Por ejemplo, trabajé mucho con mi resentimiento, ya que parecía aflorar en todo lo que hacía. Afectaba mis pensamientos, acciones e interacciones. Pero con el tiempo y una cultivación constante, ese resentimiento disminuyó significativamente. Ahora es mucho menor que antes, y puedo reconocerlo con mayor claridad cuando surge, lo que me permite abordarlo de forma más consciente.
En resumen, quiero mencionar lo que dijo Shifu sobre Han Xin soportando la humillación de arrastrarse entre las piernas de alguien en Zhuan Falun.
Shifu dijo:
“Esto demuestra que Han Xin poseía un corazón de gran Ren y era diferente del común de la gente, por eso pudo hacer cosas tan grandiosas. “Luchar por una bocanada de qi” son palabras de la gente común. Vivir por esta bocanada de qi, piensen todos, ¿no es agotador vivir así? ¿No resulta sufrido? ¿Vale la pena? Después de todo, Han Xin era un hombre común, pero nosotros somos cultivadores, nosotros debemos ser mucho mejores que él. Nuestra meta es sobrepasar el nivel de la gente común y avanzar hacia niveles más altos” (Novena Lección, Zhuan Falun).
Han Xin no tenía apego a guardar las apariencias, ni terquedad, ni competitividad; solo muchas cualidades admirables. Estas virtudes lo hicieron capaz de lograr grandes cosas. Como practicantes, contamos con la guía de Dafa, y al seguir los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, podemos completar nuestras tareas de cultivación con éxito. De esta manera, no añadiremos cargas a los hombros de Shifu. La rectificación del Fa finalmente se completará, pero son nuestros propios apegos obstinados e involuntarios los que nos incapacitan e interfieren en el progreso de la rectificación del Fa.
¡Gracias Shifu!¡Gracias, compañeros practicantes!
(Artículo seleccionado presentado en el Fahui de San Francisco de 2025)
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