(Minghui.org). Mi hijo asistía a la escuela en otra ciudad en 2007, así que mi esposo y yo también nos mudamos a esa ciudad. Un día fui a visitar a Xiaoye, un amigo de mi esposo. Él no estaba en casa, pero su esposa y su padre sí estaban allí. Casualmente, el tío de Xiaoye, que era presidente del tribunal, también estaba en su casa. Durante nuestra conversación, les dije que practicaba Falun Dafa. Cuando su tío escuchó las palabras "Falun Dafa", se enfadó. Empezó a difamar la práctica, me amenazó y me gritó, intentando repetidamente echarme del lugar. El padre de Xiaoye también me gritó.

Aunque el incidente fue repentino e inesperado, mi corazón se llenó de bondad. Me mantuve sonriendoles y no me fui. El tío vio que no tenía otra opción, así que se levantó y se marchó, diciendo: "¡Ella es una persona peligrosa!".

Cuando regresé a casa, le conté a mi esposo lo que había sucedido. Se sorprendió mucho porque él y Xiaoye eran muy buenos amigos. Mi esposo dijo que se habían pasado de la raya y que me habían avergonzado. Dijo: "No volveré a su casa nunca más. ¡Esto fue demasiado!". Le dije que ellos no conocían la verdad sobre Falun Dafa, así que no debía culparlos.

Poco después, el hermano de Xiaoye se lastimó la mano. Cuando mi esposo se enteró, dijo que no iría a visitarlo. Le respondí: "Soy practicante de Falun Dafa y debo escuchar las enseñanzas de Shifu y actuar de acuerdo con 'Verdad, Benevolencia y Tolerancia' y tratar a los demás con amabilidad. No solo debes ir, sino que yo iré contigo". Él se alegró al escuchar eso. Llegamos a la casa de Xiaoye y estaba llena de gente. Cuando Xiaoye se enteró de que yo estaba allí, trajo una silla y me pidió que me sentara. Había mucha gente en ese momento y la mayoría estaba de pie. Pude ver que mi llegada lo conmovió mucho.

Otro amigo de mi esposo, Chao, tiene un hijo que estaba en sexto grado. Cuando el niño estaba a punto de graduarse, vino a mi casa para recibir clases particulares. El primer día de clases, le hice una prueba con las 26 letras del alfabeto inglés. Solo podía leerlas y escribirlas en orden. Cuando le señalaba cualquier letra, no reconocía ninguna. Fue realmente preocupante ver eso. Después de las vacaciones escolares, iba a empezar el primer año de secundaria. Me preguntaba: "¿Cómo voy a darle clases particulares con el nivel que tiene?".

 Mi esposo me dijo: "Dale las clases particulares. ¡No puedes empeorarlo!". No había otra opción, así que acepté. Aunque el nivel de inglés del niño era bajo, era muy obediente. Le enseñé los conocimientos más básicos. También le hablé de los principios para ser una buena persona y de la cultura tradicional. Poco a poco, le hablé de los principios de Falun Dafa: "Verdad, Benevolencia, Tolerancia". El niño se interesó mucho y a menudo recitaba en silencio: "Falun Dafa es bueno, Verdad, Benevolencia, Tolerancia es bueno". Poco a poco fue aprendiendo más y más. Al final de las vacaciones escolares, había aprendido mucho.

Comenzó el nuevo curso y su nota de inglés fue una de las mejores en el primer examen mensual. Uno de sus compañeros de clase sabía que sus notas de inglés en la escuela primaria siempre habían sido bajas y le preguntó dónde recibía clases particulares y cómo había mejorado tan rápido. El niño le contó. Entonces, su compañero quería que yo le diera clases particulares. Cuando el profesor de inglés de la escuela se enteró, dijo en clase: "Algunos alumnos no confían en su profesor, reciben clases particulares fuera y hasta arrastran a sus compañeros para que los lleven". El niño se asustó al escuchar eso y no se atrevió a regresar a las clases particulares.

En su segundo año de secundaria, el niño no vino a las clases particulares y sus notas bajaron poco a poco. Fui a su casa a visitarlo. La madre del niño había abierto una peluquería y había algunos clientes en el local en ese momento. Me senté y charlé con ellos. Uno de los clientes me preguntó: “¿Usted también es profesora?".

Antes de que pudiera responder, la madre del niño dijo: "Es profesora rural". Me quedé atónita y no dije nada. Después de estar sentada un rato, me despedí.

De camino a casa, pensé que debía ver la situación como cultivadora y recordé lo que Shifu dijo:

“Algunos a quienes has curado ni siquiera te comprenden; tú le arrancas una cantidad de cosas malas de su cuerpo cuando tratas su enfermedad y lo curas hasta cierto grado, solo que en ese momento no necesariamente hay mejoras visibles. Pero dentro de su corazón él no está contento y ni te agradece, ¡tal vez incluso te regañe con que lo has engañado!” (Tercera Lección, Zhuan Falun).

Cuando llegué a casa, mi corazón ya se había calmado. Sabía que el objetivo del incidente era permitirme soltar mi apego a la reputación.

Poco después, su hijo quiso que le volviera a dar clases particulares. Parecía que la mamá sabía que lo que dijo ese día fue demasiado extremo y le daba vergüenza pedirme que le diera clases a su hijo, así que se lo pidió a mi esposo. Le dije: “Como soy maestra rural, no le daré clases extra a su hijo. Mi nivel no es lo suficientemente bueno”.

Mi esposo sonrió y respondió: “¿Qué clase de principios seguimos? ¿Podemos manejarlo con el pensamiento común?”. Sonreí y volví a dar clases particulares a su hijo, y siempre era gratis.

Las calificaciones del chico mejoraron rápidamente. Después de presentar el examen de admisión a la preparatoria, lo admitieron en una excelente escuela. Después de presentar el examen de admisión a la universidad, lo admitieron en una muy buena universidad. Después de graduarse, obtuvo un trabajo como funcionario.

Seguí las enseñanzas de Shifu y puse primero a los demás, validando Dafa con mis palabras y acciones. Aclaré la verdad a casi todos los amigos y familiares de mi esposo. La mayoría abandonó el PCCh, y muchos recibieron bendiciones tras hacerlo.