(Minghui.org) Antes de empezar a practicar Falun Dafa en 1996, tenía cáncer de huesos. Tenía la pierna izquierda entumecida y el hospital me dijo que debían amputarla. Si no me la amputaban, nunca recuperaría la sensibilidad. Después de que una familiar se enterara de mi condición, me sugirió que probara Falun Dafa. Pensé: «Ni siquiera puedo sentarme, ¿cómo puedo hacer los ejercicios?». Me animó a intentarlo y me contó que muchas personas decían que practicar les había mejorado la salud.

Le pedí a mi familia que me llevara a un lugar de práctica para intentarlo. Como mi pierna izquierda no tenía sensibilidad, solo podía sentarme contra la pared. Al principio, solo observaba a los demás practicar. Luego, la asistente me mostró los movimientos con paciencia y poco a poco los aprendí.

En dos meses, la sensibilidad de mi pierna volvió y mi salud mejoró constantemente. Nunca tuve que volver al hospital. ¡Estaba profundamente agradecida! Falun Dafa es una práctica tan maravillosa y milagrosa; las enfermedades que los hospitales no podían curar se curaron después de que comencé a practicar. Sentí una alegría indescriptible y animé a mis hijos a practicar. Les compré a cada uno un ejemplar de Zhuan Falun. Mis hijos también se alegraron mucho de verme sana y mis tres hijas comenzaron a practicar Falun Dafa.

Nunca fui a la escuela. Solo asistí a una clase de alfabetización de dos meses, así que no sabía leer. Cuando empecé a leer Zhuan Falun, tuve que aprender cada carácter uno por uno. Al principio, escuchaba a los otros practicantes leer en voz alta en el grupo de estudio del Fa. Al llegar a casa, intentaba recordar los caracteres que acabábamos de leer. Cuando encontraba caracteres desconocidos, los anotaba o los dibujaba, ya que no sabía escribir. Cuando mis hijos llegaban del trabajo, les preguntaba qué eran. Así, logré terminar de leer Zhuan Falun. Sé que fue con la ayuda de Shifu que una ama de casa analfabeta pudo aprender el Fa. Poder leer el libro completo Zhuan Falun era algo que jamás me había atrevido a imaginar. Ahora puedo leer todos los libros de Shifu. ¡Estoy muy agradecida a nuestro compasivo y gran Shifu! ¡Mientras deseen cultivarse, Shifu los ayudará! Mi gratitud es indescriptible; solo creyendo en Shifu y en el Fa puedo corresponder a su gracia.

El 15 de abril de 1999, fui con otros practicantes a Beijing para aclarar la verdad. El 20 de julio, el Partido Comunista Chino comenzó su campaña de persecución. Las autoridades del barrio me llevaron a la oficina y no me permitieron volver a casa a menos que firmara una declaración denunciando a Falun Dafa. Me negué a firmar, así que no me dejaban comer, y utilizaron otros métodos para presionarme, pero no me conmovieron. Me acosaron día tras día, e incluso allanaron mi casa dos veces.

Cuando estuve detenida en una estación de policía durante dos semanas, hice una huelga de hambre para protestar. Cuando un policía me insultó y amenazó con golpearme, no me molesté. Recordé lo que dijo Shifu: «...siendo una persona que refina gong, hay que llegar a no devolver el golpe ni los insultos, hay que exigirse con un estándar alto». (Cuarta Lección, Zhuan Falun)

Pensé: «Si me golpean o me regañan, me están dando virtud». No tuvieron otra opción que liberarme. No tuve miedo mientras me amenazaban. Simplemente creía en Dafa y en Shifu. Un Fa tan maravilloso, ¿cómo iba a dejar de practicarlo? Los demás practicantes dijeron que tenía fuertes pensamientos rectos, y les dije: «Solo creo en Shifu y en el Fa; no pensé en nada más».

En otra ocasión, la policía me siguió mientras repartía materiales de aclaración de la verdad. Después de repartir los materiales, fui a recoger a mi nieto de la escuela y me di cuenta de que continuaban siguiéndome, pero no tenía miedo. Después de recoger al niño, me di la vuelta y vi que se habían ido. Regresé a casa sana y salva.

Ahora tengo 90 años. Oigo bien, veo con agudeza y todavía puedo hacer todas las tareas del hogar. Suelo ir en triciclo a comprar comida y les cocino a mis hijos. Una vez, cuando visité la casa de un compañero practicante, se fue la luz y subí once pisos de escaleras sin quedarme sin aliento. Cada semana asisto dos veces al grupo de estudio del Fa y salgo con otros practicantes a distribuir materiales de aclaración de la verdad.

Al repartir los materiales, busco específicamente a las personas con brazaletes que son agentes de seguridad y se los entrego. Una vez, cuando le entregué el folleto a un agente de seguridad, me dijo: "Eres muy vieja. ¿Por qué no te quedas en casa? ¿Por qué estás repartiendo materiales? ¿No te da miedo que te denuncie?". Sonreí y le dije: "Deberías echarle un buen vistazo a este material. ¡Te hace bien!". Estas cosas pasan a menudo, y la gente dice todo tipo de cosas. Pero no tengo resentimiento ni miedo, y nunca me conmuevo. Simplemente creo en Shifu y en Dafa.

¡Dafa curó todas mis enfermedades! Durante 29 años, no he tomado ni una sola pastilla, y nunca he estado en el hospital. Aunque tengo 90 años, gozo de muy buena salud. Todos los que me conocen elogian mi salud y vitalidad, pero sé que todo esto se debe a la gran misericordia de Shifu y Dafa.

No le doy demasiadas vueltas a las cosas; simplemente sigo los requisitos de Shifu: estudio el Fa, practico los ejercicios, envío pensamientos rectos y distribuyo materiales de aclaración de la verdad para salvar a la gente. Aunque tengo 90 años, no me siento vieja.

Después de 29 años de cultivación, estoy muy agradecida a Shifu por su salvación y guía. Sin duda, seguiré mi camino con éxito.