(Minghui.org) Soy una practicante de Falun Dafa que vive en una zona rural. Recuerdo claramente que en octubre de 1998, varios practicantes de Dafa vinieron a nuestra aldea para difundir el Fa, y tuve la suerte de empezar a practicar Dafa. Al poco tiempo, el dolor de espalda que me había molestado durante años, desapareció.

Nunca imaginé que, en julio de 1999, esta práctica tan buena fuera perseguida por Jiang Zemin, exjefe del Partido Comunista Chino (PCCh), y su perverso grupo.

Fue por esas fechas que mi hijo de tres años estaba jugando en el patio y accidentalmente se le enredó en el cuello una larga soga utilizada para atar ovejas. Era demasiado pequeño para desenredarse. Ocurrió cuando estaba trabajando al otro lado de la casa y no había nadie más. Lo escuché llorar y salí corriendo, pero ya era demasiado tarde. Mi hijo tenía los ojos en blanco por falta de oxígeno en el cerebro. Aunque lo reanimaron, había perdido la capacidad de razonamiento.

Este golpe repentino me entristeció mucho. Lloraba todos los días y pedí prestado mucho dinero para llevar a mi hijo a hospitales de ciudades grandes para que recibiera tratamiento, pero nada de lo que hacían los médicos lo ayudaba. El golpe fue tan grande que hizo que me alejara de Dafa. Volvieron mis dolores lumbares junto con el dolor causado por la ciática, así como la taquicardia. Todo vino a la vez. También tuve que cuidar de mi hijo día y noche. Tenía el corazón destrozado.

Un día una practicante mayor vino a visitarme. Me dijo: "Vuelve y estudia el Fa. Apresúrate. Sigue practicando". Le pregunté si Shifu aún me aceptaría como su discípula, considerando que estaba tan desesperanzada.

La practicante me dijo: "Shifu es misericordioso. Mientras practiques sinceramente, ¿cómo podría abandonarte?". Acepté. La situación de mi hijo no cambiaría, por mucho que me preocupara. Sería mejor dejar de lado el apego y seguir practicando.

Empecé a practicar Falun Dafa por segunda vez. Estudié seriamente el Fa e hice los ejercicios con diligencia. El dolor de espalda desapareció rápidamente, las caderas dejaron de dolerme y el problema del corazón desapareció. Me sentía mentalmente tranquila y volví a estar saludable.

Mi suegra falleció y mi suegro vivía con su otro hijo. Cuando mi esposo y yo nos casamos, nos mudamos a una casa nueva. Mi suegro me había prestado dinero para curar a su nieto. Después me pidió que se lo devolviera. Como no teníamos dinero para devolvérselo, nos dijo que nos mudáramos de la casa nueva y que viviéramos en su antigua casa, diciendo que la nueva sería para su otro hijo, que pronto se casaría. Sin embargo, cuando mi cuñado se casó, vivió con la familia de su esposa. Él ya no se ocupaba de mi suegro, así que le dije a mi esposo: "Deja que tu padre viva con nosotros. Soy una cultivadora de Dafa. Shifu me enseña que los practicantes deben pensar primero en los demás". Mi esposo se alegró mucho.

Mi suegro tenía mal carácter y era muy testarudo. Tenía más de 70 años, mala salud y estaba en silla de ruedas. Mi esposo y yo cuidábamos muy bien de él. Sin embargo, un día mi suegro dijo que había perdido dinero y me acusó de habérselo robado. Se fue al medio de la calle y gritó, ¡para que se enteraran todos los vecinos! Me enojé tanto que me puse a llorar. Le dije: "Soy una practicante de  Falun Dafa ¿Cómo podría robarte el dinero?". Entonces, recordé lo que dijo Shifu:

«Dices que en aquel entonces no sabías y que en esta vida no importan los asuntos de ese otro periodo de vida; eso no va de ninguna manera» (Cuarta Lección, Zhuan Falun).

Ya no estaba enojada. Nada ocurre por casualidad para los cultivadores. Era una nueva prueba. Le dije a mi suegro: "Por favor, revisa bien. De verdad que no he tomado tu dinero". Después, mi esposo encontró el dinero en la silla de ruedas. Luego de este incidente, no le guardé rencor a mi suegro y cuidé de él como antes. Un vecino dijo que los practicantes de Falun Dafa son diferentes de los demás, ya que tienen buen corazón y no guardan rencor.

Después, mi suegro sufrió Alzheimer y no podía levantarse de la cama. Solía ensuciar todo, porque tenía incontinencia total. Cuando me daba cuenta, lo limpiaba inmediatamente, y si mi esposo estaba cerca, me ayudaba. Lo atendía con esmero y le servía la comida todos los días.

Al mismo tiempo, tenía que ocuparme de mi hijo, pero no me preocupaba que tuviera que cuidar a los dos. Cuidé de mi suegro durante seis años, hasta que falleció en paz. Por desgracia, hasta su muerte, mi cuñado no vino a verlo.

Si no hubiera regresado a Dafa, nunca habría podido hacer esto. Estoy agradecida al compasivo y gran Shifu, y agradecida por la gran virtud de Dafa, que verdaderamente me ha cambiado. Shifu me enseñó que debo ser una buena persona, más que una persona amable. Falun Dafa me trajo armonía familiar, salud física, mental, y felicidad. Espero sinceramente que todas las personas bondadosas del mundo comprendan la belleza de Falun Dafa y sean iluminadas por la luz de Fo.

Ahora, siempre que tengo tiempo, aclaro la verdad cara a cara a los transeúntes y a los estudiantes en la puerta de mi casa. Los vecinos vieron que soy muy buena con los ancianos, y admiten que los que practican Falun Dafa son todos buenas personas. También me creen cuando digo: «Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno».