(Minghui.org). El verano de 2023 fue excepcionalmente caluroso y las temperaturas al interior de las edificaciones se elevaron considerablemente. Mantuve el aire acondicionado encendido toda la noche durante varios días. Mi vecino se me acercó y me explicó que el goteo del aire acondicionado le impedía dormir. Me sugirió que alargara el tubo de desagüe para que el agua corriera silenciosamente por la pared. Le pedí disculpas y le aseguré que me encargaría de hacerlo.

Unos días después, mi vecino me saludó y me dijo: “Ya no escucho el goteo. Lo solucionaste muy rápido”.

Le respondí: “Ya no uso el aire acondicionado. No quería molestar su descanso”.

Él exclamó: “¡Oh, no, hace demasiado calor, por favor, enciéndalo!”.

Si no hubiera practicado Falun Dafa, no habría sido tan considerada. Las compasivas enseñanzas de Shifu mejoraron mi carácter. Debido a este incidente, los vecinos elogiaron a Falun Dafa y dijeron que los practicantes son buenas personas.

La historia del taxi

Un día del verano de 2024, tomé el autobús para ir al mercado a aclarar la verdad sobre Dafa. Como la parada del autobús estaba a un kilómetro del mercado, caminar bajo el calor sofocante era agotador. Decidí gastar unos yuanes para tomar un taxi y continuar el trayecto hasta el mercado. El conductor mencionó que sabía que Dafa era bueno y que hacía tiempo que se había retirado del Partido Comunista Chino (PCCh). Cuando llegamos al mercado, le pedí que me recogiera en una hora si estaba disponible. Aceptó de buena manera.

En el mercado me encontré con una amiga practicante a la que no veía desde hacía mucho tiempo. Me ofreció llevarme en auto cuando termináramos. Acepté encantada, ya que pensé que era una gran oportunidad para conectar y aclarar algunos pequeños malentendidos entre nosotras. Cada una se fue por su lado a clarificar la verdad. El efecto fue muy bueno: en una hora, más de diez personas comprendieron la verdad sobre Dafa y renunciaron a su afiliación al PCCh.

De repente, recordé mi cita con el taxista. Tenía muchas ganas de ir con mi amiga practicante y además así podría ahorrar unos cuantos yuanes. Pero no podía dejar de pensar en el taxista. Hacía mucho calor y, si cancelaba y lo haría perder el tiempo, no estaría a la altura de una practicante.

Mientras caminaba, otra practicante se me acercó y me dijo: “¿Quieres que te lleve?”.

Justo en ese momento, el taxista llamó y preguntó: “¿Ya terminaste de hacer las compras?”.

Me recordé: “No debo olvidar que soy una practicante de Falun Dafa. Debo cumplir mi palabra”.

La compañera practicante dijo: “Mi auto está aquí”.

Le respondí: “Ya había quedado con este taxista. Hace mucho calor y me está esperando”. Dicho esto, me subí al taxi.

El conductor sonrió y dijo: “Los practicantes de Falun Dafa son todos buenas personas”.

Yo no poseía este carácter antes de empezar a practicar. Estoy agradecida con Shifu, que me guió en el camino de la cultivación. Aunque puedan parecer asuntos sin importancia, realmente pueden revelar el carácter de una persona.