(Minghui.org) Empecé a practicar Falun Dafa en 1999, y este año cumplo 61 años. Me despidieron de mi trabajo en 2010, y desde entonces trabajo para una empresa privada, cobrando cuotas de mantenimiento de inmuebles y atendiendo a los clientes.
Cultivando la paciencia en el trabajo
El trabajo de mantenimiento de inmuebles y de atención al cliente es tedioso y atempera el xinxing. Cuando empecé en este trabajo, tenía presente que era una practicante y seguía las enseñanzas de Shifu:
“Mientras soportaron todo esto, ustedes no se rebajaron a su nivel, y su corazón estuvo muy calmado. No devolvieron el golpe ni insulto a su agresor.” (Exponiendo el Fa en Sidney)
Cuando los propietarios tenían problemas y acudían a mí, podía mantener mi xinxing la mayor parte del tiempo. Sin embargo, la cultivación es como pelar una cebolla, hay que eliminar los apegos capa por capa.
Los contadores de agua de algunos residentes del barrio residencial se leen a final de mes para poder calcular el importe de las facturas de agua. En una ocasión, mientras hacía el recuento de las facturas, me di cuenta de que en un mes, en un hogar se había consumido una cantidad de agua muy alta: 280 toneladas (75.000 galones). Cuando pedí al empleado de mantenimiento que volviera a comprobar el contador, vio que este estaba girando, lo que significaba que probablemente había un grifo abierto en el apartamento.
Llamé al dueño de la vivienda y se lo conté, pero estaba fuera de la ciudad y no podía volver en ese momento, así que me pidió que cerrara la llave principal del agua. El empleado de mantenimiento dijo que la llave de paso estaba rota y no se podía cerrar y que la administración de la propiedad no era responsable de reparar las llaves de paso individuales. Entonces informé al propietario de la rotura de la llave.
Mientras iba y venía poniéndome en contacto con el propietario, el empleado de mantenimiento me dijo que, según la lectura del contador, ya se había desperdiciado una tonelada métrica de agua. Pensé: "No debería dejar que se desperdiciara agua así; cuanta más agua corra, mayor será la factura de agua del propietario". Busqué a otro empleado de mantenimiento y le pedí que encontrara la manera de cerrar la llave, cosa que finalmente pudo hacer.
Más tarde me enteré de que había habido un corte de agua en esa zona, y un pariente del propietario, que no era de la ciudad, había venido y había abierto el grifo, olvidándose luego de cerrarlo porque en ese momento no corría agua.
El propietario se negó a pagar la factura del agua. Me dijo: "Cuando llegué a casa, no había agua corriendo en mi casa". Cuando volví a explicarle la situación, el gerente estaba presente. Cuando se enteró de que el propietario se negaba a pagar, me culpó a mí de haber cerrado la llave de paso y me dijo delante del propietario: "Si vuelve a ocurrir algo así, deja correr el agua. No la cierres la llave".
Más tarde, el propietario perdió su tarjeta pre pago de la electricidad y solicitó que se la sustituyéramos justo cuando salía del trabajo. Me quedé hasta tarde, tramité la tarjeta, le di mi número de contacto y antes de marcharme esperé su llamada para asegurarme de que le habían conectado la electricidad de nuevo. Cuando me llamó para darme las gracias, me dijo que la próxima vez pagaría la factura del agua.
Deshaciéndome de la mentalidad de menospreciar a los demás, del resentimiento y de los celos
Otra compañera de trabajo y yo somos responsables de cobrar las cuotas a los residentes y de gestionar el servicio de atención al cliente. Cuando la empresa la contrató hace unos años, le enseñé pacientemente cómo había que hacer las cosas y le expliqué detalladamente, poco a poco, el funcionamiento de la empresa. Cada vez que tenía dudas, se lo explicaba detenidamente. Aún no sabe hacer ciertas operaciones con coherencia y a veces comete errores básicos. Por ejemplo, el propietario pagó una comisión de 100 yuanes, pero ella lo registró como 200 yuanes, o el propietario registró 300 yuanes, pero ella registró 200 yuanes. Así que las cuentas no cuadraban y, después de buscar durante mucho tiempo, tuvimos que perseguir al propietario para pedirle el dinero o devolverle lo que pagó de más.
Cuando ella estaba de servicio, y se encontraba con algún problema, me llamaba con frecuencia incluso si yo no estaba de servicio. A veces me llamaba cuatro veces antes del mediodía. Pensé: "Lleva mucho tiempo trabajando, pero sigue sin saber hacer su trabajo. Es una incompetente. Cuando empecé a trabajar aquí, nadie me enseñó paso por paso. Tuve que descubrirlo todo de forma autodidacta". Cuanto más pensaba así, más negativa me parecía su conducta. Tenemos cuatro días libres al mes, pero ella, se quedaba en casa si llovía, se ausentaba del trabajo por algo sin importancia y sin avisar a nadie o buscaba una excusa mientras trabajaba para ir a hacer la compra.
Una vez llovió mucho y hubo un apagón en la comunidad. Nuestra línea telefónica se vio desbordada por las llamadas de los propietarios. El tejado del edificio tenía goteras, por lo que la lluvia se filtraba en algunos apartamentos, mientras que en otros entraba agua por las ventanas. Algunos propietarios llamaron para preguntar cuándo se restablecería la electricidad; otros reclamaban que la empresa no les hubiera avisado del apagón; y unos pocos llamaron para maldecirnos. Mi resentimiento hacia ella crecía cuando pensaba: «No viene cuando llueve y me deja todo el trabajo a mí». Sin embargo, oculté estos pensamientos y no me quejé ante ella. Esos días estaba de mal humor en el trabajo y no me gustaba nada de ella. Sabía que estaba mal estar así, pero no conseguía superarlo. Cada pocos días volvían los mismos pensamientos.
Siempre había pensado: "Hice todo lo posible para ayudarla. Una persona corriente no la habría tratado como yo; no hice nada al respecto, porque soy una cultivadora". En realidad, no miré verdaderamente hacia dentro y me di cuenta de que lo que había hecho estaba mal. En lugar de eso, la menosprecié y desarrollé resentimiento y celos. Exigía a una persona normal el nivel de un cultivador y, a su vez, comparaba el comportamiento de una persona normal con el mío. Pensaba que lo estaba haciendo bien, pero miraba hacia afuera, fijándome en las deficiencias y defectos de los demás. Quería cambiar a los demás o hacer que los demás se cambiaran a sí mismos, en lugar de hacerlo bien yo según las exigencias del Fa. ¿Acaso el comportamiento de esta compañera de trabajo no iba dirigido a mis apegos? No logré ser compasiva y amable con todo el mundo.
Después de cambiar mi forma de pensar, pensé: "Esta compañera vive lejos de su trabajo, y realmente es un inconveniente para ella ir en motocicleta bajo la lluvia torrencial. Sé que realmente se preocupa por hacer bien el trabajo, porque tiene un pequeño cuaderno y se ha anotado las situaciones especiales que pueden ocurrir por si acaso". Ahora, cuando me tomo un día libre, me llama con menos frecuencia. Cuando me llama, le explico pacientemente cómo resolver el problema. Cuando volví a verla, pensé que lo estaba haciendo muy bien.
Deshaciéndome de los apegos a la arrogancia, la ostentación y la búsqueda de la comodidad y la facilidad
En los 14 años que llevo en esta empresa, en el trabajo he sido capaz de mantenerme a la altura, ser seria y responsable con mi labor. Como resultado, los directivos han expresado en diferentes ocasiones su satisfacción con mi trabajo.
En una ocasión, el subdirector decidió que los recibos emitidos por una “comisión de demora” se llamarían “comisión por incumplimiento de contrato”. Razonó que el nombre original no cumplía los requisitos del Código Civil. Yo pensé: "Llevo más de una década emitiendo recibos así. No importa cómo se llame, mientras se cobren las tasas". Aunque verbalmente estaba de acuerdo con el subdirector, mi expresión y mi corazón no lo estaban. El subdirector parecía un poco enfadado.
Más tarde, el subdirector me dijo que el director quería hablar conmigo. Cuando fui a ver al director, me dijo: "¿Todavía practicas Falun Dafa? He oído que hablas con la gente de abandonar el Partido Comunista Chino (PCCh). Deberías tener cuidado". El subdirector también se acercó y dijo: "La gente me informa a menudo de esto. Por suerte, la comunidad no lo sabe". Le dije: "Sí, sé lo que hay que hacer. Hoy en día hay muchas catástrofes naturales provocadas por el hombre. Sólo quiero que todo el mundo esté a salvo". El director dijo: "No sois solo vosotros. Muchos oficiales de alto rango del ejército saben de qué va realmente el PCCh. Pero apruebo mucho vuestro trabajo".
Como podemos tomarnos cuatro días libres al mes, siempre que mi compañera de trabajo está libre, yo aclaro la verdad a los propietarios que vienen a pedir ayuda. Las cámaras de vigilancia de nuestra oficina están conectadas al teléfono del subdirector. Él revisa su teléfono a menudo y probablemente me vio aclarando la verdad a los propietarios. Mi actitud de desaprobación y arrogante con respecto a la nueva redacción de los recibos de recargo le molestó, así que le dijo al director que yo había aclarado la verdad a los propietarios.
Hace unos días compartí con un practicante mi experiencia de esclarecer la verdad en el trabajo. Dije que había desarrollado el apego a presumir después de haberlo hecho bien durante tantos años. Me resulta relativamente fácil aclarar la verdad en el trabajo, porque estoy familiarizada con los propietarios y la mayoría de ellos confían en mí. A veces no lo hago a fondo, pero soy capaz de convencerles de que renuncien al PCCh con unas pocas palabras. Cuando salgo a esclarecer la verdad, la mayoría de las personas con las que me encuentro son desconocidas, y explicarles la verdad es más difícil. Me había vuelto reacia a esclarecer la verdad cuando tenía tiempo libre, por lo que había desarrollado un apego a la búsqueda de comodidad y facilidad. Me di cuenta de que, como tenía apegos a la autojustificación, a presumir y a buscar comodidad y facilidad, no los había detectado fácilmente. Pero este pequeño incidente sobre la nueva redacción de los recibos y la actitud del subdirector me recordaron que debía eliminar los apegos y mejorar.
Poco después, el subdirector me pidió los datos de las casas de un barrio concreto. Rápidamente hice lo que me pedía, imprimí los datos y le envié una versión electrónica. Le dije que revisaría los datos por si había algo que no estuviera bien. Quedó muy satisfecho y cambió su actitud hacia mí. Cuando su familia hacía pasteles de luna, nos traía algunos al trabajo.
Ahora, cuando aclaro la verdad en el trabajo, intento hacerlo donde no haya cámaras. Hace un tiempo, contratamos a un nuevo empleado de mantenimiento. En el pasado, le habría llamado a la oficina para aclararle la verdad. Esta vez, fui al departamento de mantenimiento cuando estaba solo de servicio para aclararle la verdad y convencerle de que renunciara al PCCh y a sus organizaciones afiliadas. Si surgen buenas oportunidades, seguiré aclarando la verdad en la oficina, pero primero enviaré un pensamiento recto: “Las cámaras de vigilancia son para la seguridad de la oficina y no tienen nada que ver con que yo aclare la verdad”. El efecto ha sido muy bueno.
Últimamente, cuando he tenido tiempo libre, he salido a aclarar la verdad. Intento mantener la mente tranquila y no estresarme por el número de renuncias. Cuando va bien, intento no desarrollar un apego de euforia. Cuando me enfrento al rechazo, ya no me enfado ni me decepciono, ni temo los desafíos. He sentido de verdad que la cultivación va en serio. Gracias, Shifu, por permitirme ver mis apegos y eliminarlos.
Los artículos en los que los cultivadores comparten sus entendimientos generalmente reflejan la percepción de un individuo en un momento determinado en función de su estado de cultivación, y se ofrecen con el espíritu de permitir la elevación mutua.
Copyright © 1999-2025 Minghui.org. Todos los derechos reservados.