(Minghui.org) En un abrir y cerrar de ojos, la gira de Shen Yun 2025 en Francia llegó a su fin. Este año, tuve la fortuna de participar como voluntaria en casi toda la gira y colaborar en varias áreas del proyecto con muchos practicantes. Experimenté cambios sorprendentes tanto en mi carácter como en mi cuerpo.

Una oportunidad poco común y un primer paso difícil de dar

El año pasado, por razones personales, encontré un trabajo muy exigente en el área administrativa de una empresa. Cuando la presión aumentó, no podía avanzar en las tres cosas, y me sentía completamente agotada y desanimada cada día. Afortunadamente, dentro de la empresa logré cambiar mi personalidad agresiva —formada por el adoctrinamiento del Partido en el pasado— y aprendí a comprender mejor a los demás.

En ese momento, mi superior solía decirme: “Necesitas mejorar tus habilidades, yo te ayudaré”. No entendía porqué debía desarrollarlas, ya que no pensaba quedarme en la empresa hasta jubilarme, pero me preguntaba si Shifu había dispuesto algo para mí. Como no podía adivinar el arreglo de Shifu, simplemente hice mi mejor esfuerzo por cumplir las expectativas de mi jefe. En ese momento, pensaba más en recibir el subsidio de desempleo mientras seguía haciendo traducciones al final de mi contrato, para así trabajar tranquilamente en los proyectos de los medios.

A fin de año, cuando mi contrato estaba por concluir, la coordinadora de la gira de Shen Yun en Francia se enteró de mi experiencia profesional. Inmediatamente me ofreció un puesto bastante versátil para coordinar pequeñas áreas dentro de la gira. Acepté su oferta, pero me preocupaba no poder volver de inmediato a los medios, y también tener que dejar a mi familia por un largo tiempo, especialmente porque mi hijo presentaría su examen de ingreso a la preparatoria ese año.

Una noche, mientras pensaba si podía negociar ir solo algunas ciudades, recordé de repente un relato que había leído en el sitio web Minghui.org. Un practicante mencionó que, en el pasado, Shifu le ofreció acompañarlo a varias ciudades para enseñar el Fa en China. Pero este practicante, al no poder soltar su trabajo en la sociedad común, se apresuró a regresar a casa. Más tarde, se dio cuenta de que su nivel de entendimiento era muy bajo y que había perdido una oportunidad preciosa. En ese momento, una voz también pareció lamentarse en mi mente: “¿Por qué tu iluminación es tan pobre?”. Fue entonces cuando tomé la decisión: ¡Voy a aprovechar esta oportunidad!

Asimilarme a la característica suprema del universo: “Verdad-Benevolencia-Tolerancia”

Antes de convertirme en practicante, me enfocaba mucho en hacer el bien y tener una buena reputación, pero en realidad era mi apego a la fama lo que me impulsaba. Al participar en la gira como coordinadora, finalmente comprendí que no era posible realizar esta tarea solo con apariencia, sin alcanzar la bondad que nace del corazón. Shen Yun es un asunto muy serio, no puedo fallar esta prueba. Al mismo tiempo, desde el principio, tuve la firme convicción de que Shifu no me encomendaría una tarea que no pudiera cumplir.

Cuando coordinaba actividades tras bambalinas, debido a que los participantes cambiaban de ciudad en ciudad y surgían imprevistos —como problemas de yeli de enfermedad o cancelaciones de último momento— tenía que encontrar soluciones rápidamente. Al principio, me sentía un poco perdida y me preguntaba: “¿Podré cumplir con esta tarea? ¿Debo ser estricta o indulgente con los practicantes?”.

Un día, al estudiar el Fa, me surgió una pregunta: “¿Qué significa ‘nivel alto’? ¿Significa tener grandes poderes?”. En ese preciso momento, resonaron en mi mente unas palabras: “la naturaleza mas alta del universo: Zhen, Shan, Ren” (Vía de la Gran Perfección).

Inmediatamente comprendí: “Zhen-Shan-Ren” (Verdad, Benevolencia, Tolerancia) es el nivel más alto. En mi trabajo de coordinación, debía asimilarme a “Zhen-Shan-Ren”, pensando en los demás para comprender mejor sus dificultades. Poco a poco, ocurrieron milagros uno tras otro. Siempre había suficientes practicantes que superaban las dificultades para cumplir sus tareas tras bambalinas.

Cuando trabajaba en el equipo de cocina y me ocupaba demasiado, otro coordinador asumía el rol. Me di cuenta de que los practicantes del proyecto Shen Yun trabajan muy unidos y con gran armonía para cumplir esta misión tan importante como un solo cuerpo.

Durante la gira, viví una experiencia extraordinaria. Un día, una practicante sentada a mi lado me dijo que había perdido la llave de la que era responsable. Como ya había tenido experiencias similares en las que milagrosamente encontraba objetos perdidos, medio en broma le dije que probara con la telequinesis.

Por la tarde, mientras trabajaba tras bambalinas, sentí la armonía y bondad entre los artistas en el escenario, lo cual me conmovió profundamente. Pensé que si los artistas de Shen Yun, tuvieran sentimientos de injusticia en el corazón, como yo, sería imposible lograr tal perfección y armonía. Entonces hice un deseo en mi corazón: “Yo también quiero ser amable con todos, como estos bailarines”.

Esa noche, cuando todos se preparaban para salir del teatro, de repente pensé en limpiar los bolsillos de mi abrigo, que estaban llenos de cosas. Entonces sentí algo en uno de ellos. Lo saqué y vi que era una llave. Pregunté a la practicante si era suya, ¡y me dijo que sí!

En realidad, esta practicante había salido después que yo la noche anterior y llegó antes que yo ese día. Además, yo no sabía que ella era la responsable de la llave. Lógicamente, no necesitaba esa llave y no tuve oportunidad de tomarla. Aún no sabemos cómo ni cuándo esa llave llegó a mi bolsillo. Tal vez Shifu vio mi deseo de ser buena con los demás y nos ayudó a romper algunos de los arreglos de las viejas fuerzas.

Aprender a cooperar y aprovechar la sabiduría de los practicantes

Como siempre trabajé desde casa como traductora independiente, tenía una visión muy limitada de la sociedad y tomaba todas las decisiones sola en temas laborales. Durante la gira, conocí practicantes de diferentes nacionalidades y trayectorias profesionales, con experiencias de cultivación muy distintas, lo cual me hizo darme cuenta de cuán complejo, diverso, rico e interesante es el mundo.

Entonces, Shifu me hizo entender que debía aprender a cooperar. Siempre pensé que el líder debía ser el mejor. En realidad, Shifu dijo una vez:

“De hecho, cuando selecciono a personas para ser asistentes no lo hago de acuerdo a quién tiene el nivel más alto. A mis ojos los seres vivientes son iguales. Cuando se trata de seres vivientes no tengo ninguna idea de si tú eres mejor que él o que él es mejor que ellas. Sólo miro si la persona tiene la experiencia y el entusiasmo de trabajar para un grupo.” (Exponiendo el Fa en el Fahui de Atlanta, 2003, Colección de Enseñanzas del Fa, Vol. IV)

Al coordinar varias tareas, muchos practicantes me dieron consejos muy útiles que ahorraron tiempo y esfuerzo. Esto me abrió la mente. En lugar de aferrarme a mis propias experiencias, aprendí a aprovechar la sabiduría de los demás para completar el trabajo con una eficiencia increíble. Descubrí que los practicantes realmente poseen gran sabiduría. Mientras seamos capaces de dejar de lado nuestras nociones, los consejos de los demás son un verdadero tesoro.

Cambiarme a mí misma en un proyecto donde solo soy una participante

Este año también me uní al nuevo grupo de cocina. La mayoría de los coordinadores en este grupo tienen amplia experiencia en el ámbito empresarial y trabajan de manera rápida y eficiente. Antes, yo era más bien intelectual; solo sabía hacer trabajo frente a la computadora; no era buena para tareas físicas. Sentía que si los coordinadores daban un paso, yo tenía que correr para alcanzarlos. Al principio, no me acostumbraba a esa forma de trabajar. Cuando los coordinadores querían enseñarme algo, no lograba comprenderlo, y mucho menos seguirlo. Me enojé varias veces y discutí con ellos.

Una vez, mientras lavaba las verduras, recordé lo que dijo Shifu:

“Cuando los diversos conceptos de una persona, tales como la fe en la ciencia, la religión o ideología, etcétera, están siendo desafiadas por la verdad de FOFA, él también se volverá impulsivo.” (¿Para quién existes?, Escrituras esenciales para mayor avance)

Murmuré: “Quizás soy yo quien está equivocada. ¿Mi reacción impulsiva se debe a que algunas de mis ideas han sido sacudidas?”.

Entonces entendí que la experiencia y formación de los coordinadores era distinta a la mía. Yo soy una trabajadora intelectual. No tengo experiencia empresarial. Si estos practicantes tienen éxito en los negocios, significa que sus métodos cumplen con las normas legales a su nivel en el mundo humano. La traducción, en cambio, está sujeta a otras normas. Por tanto, debo dejar de lado mis opiniones y seguir las normas del mundo empresarial para integrarme a este nuevo equipo.

Su forma de pensar y actuar fue una oportunidad para aprender un nuevo oficio, y también para ver con claridad mi deseo de elevarme. Debía respetar su experiencia profesional —para desarrollar nuevas habilidades— en lugar de juzgarlos según mis costumbres. Debía agradecerles. Además, tras esos conflictos, noté que los coordinadores también cambiaron, lo cual me conmovió profundamente.

En este equipo, los coordinadores me enseñaron a planificar el tiempo como un verdadero proveedor de alimentos, los trucos para trabajar rápido y bien, cómo completar una tarea de principio a fin, y cómo cuidar los detalles. También solté mi miedo al ridículo y logré presentar los alimentos con éxito. Cargar diariamente latas de té y soya también me ayudó a perder peso y fortalecer los brazos, lo que me permitió cargar cajas completas de programas de Shen Yun.

Al participar en las ventas de Shen Yun ShopShen Yun Zuopin y de alimentos, observé que cuando estaba en un buen estado de cultivación, los clientes venían solos a comprar, pero cuando no era diligente, por más que promocionara, nadie compraba, ni siquiera los recuerdos más baratos. Sentí que era un llamado de atención de Shifu para hacerme ver la importancia de la cultivación en las ventas. Tal vez ya he causado pérdidas irreparables, pero espero tener la oportunidad de compensarlas en el futuro.

Ya no me apego a “hacer el bien”

Siempre he dado mucha importancia a lo que se llama “hacer el bien”. Pero Shifu dijo una vez: “hacer solamente cosas buenas aun es intencional,” (Sin intenciónHong Yin). Durante la gira, descubrí que mi noción era errónea. A veces quería ayudar, pero el resultado era contraproducente y terminaba perjudicando. Por ejemplo, presté un cepillo interdental nuevo a una practicante, pero dañó su carilla dental y tuvo que gastar mucho para repararla. Esto también le causó estrés en el trabajo y en su familia. Finalmente entendí lo que dijo Shifu: “tú consideras que aquel asunto es bueno, pero al hacerlo, quizás sea algo malo” (Novena Lección, Zhuan Falun). Quisiera aprovechar esta oportunidad para disculparme con la practicante a quien herí sin querer.

Durante esta gira, tuve muchas otras experiencias significativas que me ayudaron a avanzar en mi cultivación, pero no puedo relatar todas aquí. Agradezco profundamente a Shifu por permitirme participar en estos proyectos y darme la oportunidad de cultivarme. También agradezco a todos los practicantes por compartir este tiempo conmigo, por tolerar mis fallas y por apoyarme como novata en la gira.

Este es un resumen de mi experiencia de cultivación apoyando en la gira 2025 de Shen Yun.