(Minghui.org) Mi tía creció respetando las tradiciones chinas. Tenía poca escolaridad, pero era sencilla, amable y creía en lo divino. De joven, solía ir a los templos locales a rezar. Después de que el Partido Comunista Chino (PCCh) tomara el poder e impulsara una serie de movimientos políticos, las luchas de poder y la tortura de quienes se oponían al PCCh la aterrorizaron y marcaron su psique. Entonces, se convirtió en una firme defensora del PCCh y consideraba malo todo aquello que era desaprobado por el partido.

Mi madre y mi tía eran sus mejores amigas. Durante las vacaciones, solían ir juntas a los templos. Sus familias se ayudaban mutuamente y se llevaban bien.

Mi madre comenzó a practicar Falun Dafa y dejó de ir a los templos porque sentía que la mayoría solo quería dinero. Le habló a mi tía sobre Falun Dafa y le sugirió que dejara de ir a los templos.

Tras el inicio de la persecución en 1999, el PCCh movilizó su maquinaria propagandística a nivel nacional para difamar a Falun Dafa y a Shifu. Cualquier practicante que alzara la voz para aclarar la verdad era arrestado, encarcelado y torturado. En aquellos días, el terror cubría China, y la gente tenía miedo incluso de mencionar Falun Dafa.

Mi madre fue a Beijing para apoyar Falun Dafa y fue encarcelada cuando se negó a renunciar a su fe. Muchos de sus familiares se vieron amenazados e implicados porque practicaba Falun Dafa.

El día que liberaron a mi madre, estaba en coma. No podía enderezar la columna vertebral y pesaba unos 27 kg. Al ver que su hermana estaba al borde de la muerte, mi tía se derrumbó y lloró. Más tarde supimos que los guardias alimentaron a la fuerza a mi madre y la golpearon tan brutalmente que le deformaron la columna vertebral. Le administraron medicamentos que dañaron sus nervios, causaron que llegara a estar incoherente y la pérdida de su memoria. Mi tía  no creía que la persecución era algo malvado, ya que creía en la propaganda del PCCh y tenía miedo, entonces culpaba a Falun Dafa del sufrimiento de mi madre y le guardaba rencor por no renunciar a su fe.

Para sorpresa de todos, mi madre sobrevivió al maltrato y se recuperó. Practicó los ejercicios y pronto llegó a estar saludable, así que comenzó a aclarar la verdad a la gente usando su experiencia como ejemplo de cómo el PCCh trataba a los practicantes de Falun Dafa.

Que mi madre continuara practicando enfureció a mi tía. Estaba realmente resentida con mi madre y la regañaba: "No puedes dejar de hablar de Falun Dafa. ¿Por qué tienes que hacer lo que el gobierno no permite? Has arrastrado a nuestra familia a todo esto y eres una egoísta". Les decía a otros que mi madre moriría si la arrestaban de nuevo.

Mi madre sabía que mi tía había sufrido mucho y que la persecución y la propaganda del PCCh la habían hecho malentender Falun Dafa. Mi madre le aclaraba la verdad a mi tía siempre que podía. Al principio, mi tía la regañaba y le decía que se callara. Se negaba a leer los folletos de Falun Dafa. Mi madre insistía y finalmente mi tía dejó de interrumpirla cuando mi madre hablaba. Aceptaba los bonitos colgantes de Falun Dafa que mi madre le regalaba.

Mi tía estaba hospitalizada por una cirugía con altas probabilidades de fracaso. Fui al hospital y le di un amuleto de Falun Dafa. Le dije que recitara las frases «Falun Dafa es bueno» y «Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno». Ella aceptó el amuleto con gusto y dijo en voz alta: «Sí, lo recuerdo, Falun Dafa es bueno» y «Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno». La cirugía fue un éxito y se recuperó rápidamente.

La actitud de mi tía hacia Falun Dafa mejoró después de eso. Ella fue de oponerse enérgicamente a recordarle a mi madre que se cuidara. Cuando veía a mi madre con otros practicantes, ya no los reprendía en voz alta.

Un Año Nuevo Chino, visité a mi tía con regalos, incluyendo un calendario de Año Nuevo de Minghui. Después de entregarle el calendario y un sobre rojo con dinero, se llevó el calendario al corazón, pero me devolvió el dinero diciendo: "¡No aceptaré tu dinero! ¡Este calendario es el mejor regalo!".

Se me llenaron los ojos de lágrimas; después de décadas, finalmente se dio cuenta de que Falun Dafa es bueno.