Dafa me concedió una nueva vida después de sufrir una enfermedad mortal

(Minghui.org) Tengo 67 años. Comencé a practicar Falun Dafa en 1997. Antes de practicar, sufría de muchas enfermedades, como mareos, dolor de estómago, dolor lumbar, de piernas y pies, hepatopatía y sangre en la orina. El dolor más insoportable lo sentía en el seno izquierdo, que se irradiaba hasta la axila. Era realmente insoportable.

Fui al hospital para que me examinaran los senos. El médico me dijo: "No podemos tratar su afección. Debería ir a la capital provincial". El experto de la capital provincial me examinó y dijo: "Aunque lo extirpemos, no podemos garantizar que desaparezca por completo. Como no puede permitírselo, le recetaré unos medicamentos para que los lleve a casa". Me recetó más de diez tipos de medicamentos.

Cuando mi esposo vio esto, se enfermó y fue al médico al día siguiente. Esa noche, le dije: "Soy yo la que tiene tanto dolor. ¿Por qué fuiste al médico?". Mi esposo respondió con lágrimas en los ojos: "Todas las medicinas que trajiste a casa son para tratar el cáncer". Al ver esto, me desplomé en el suelo y no pude hablar. Sentí como si se me hubiera caído el cielo. ¿Cómo podíamos seguir viviendo así?

Mi condición empeoraba día tras día y sentía que la muerte estaba a la vuelta de la esquina.

Mi hermana mayor vino a visitarme y me contó que los practicantes de Falun Dafa hacían ejercicio juntos al aire libre todas las mañanas. Se enteró de que muchas personas habían mejorado su salud sin ningún tratamiento. Me interesé: "¿En serio? Quiero intentarlo".

Encontré un sitio de ejercicios en casa de alguien y fui esa noche. Vi a mucha gente meditando. También me senté. Vi una luz que cambió de color, de amarillo a morado, azul y rojo. Me sentí muy cómoda y relajada. Hacía mucho tiempo que no me sentía tan bien; era maravilloso.

Después de que la música parara, dije: "¡Es genial! Me sentí tan cómoda, como si no tuviera nada malo. ¡Sin duda practicaré esto!". Otros me recibieron con los brazos abiertos y, desde ese día, comencé a practicar Falun Dafa.

Un mes después, mientras estudiaba la enseñanza del Fa, mi esposo me pidió que lo acompañara al hospital; le pregunté por qué. Me dijo: "¡Mira tu pecho, está cubierto de sangre, vamos a llevarte al hospital!".

El médico me miró y dijo: "Nadie con esta enfermedad sobrevive. Es una enfermedad mortal, pero estás viva; ¡es un milagro! ¡Un verdadero milagro!".

Me dijo: "Rápido, dime qué remedio secreto tomaste. ¿Consultaste a algún médico famoso?".

"No tomé ningún remedio secreto ni consulté a ningún médico famoso".

"Entonces, ¿cómo te recuperaste?".

Practico Falun Dafa. Desde que empecé, no he tomado ni una sola pastilla. Muchas de las personas que practicaron Falun Dafa conmigo padecían enfermedades terminales y fueron dadas de alta del hospital para recibir cuidados paliativos, pero cuando practicaron Falun Dafa, todos se recuperaron. No esperaba recuperarme tan rápido.

¡Este Falun Dafa es realmente asombroso!

¡Shifu me dio una segunda oportunidad! ¡Estamos agradecidos por la gracia salvadora de Shifu! ¡Gracias, Shifu!

Han pasado más de veinte años. Bajo la protección compasiva de Shifu, estoy libre de enfermedades y me he mantenido firme en el camino de la cultivación de Dafa.