(Minghui.org) Solía estar enferma y débil, pero después de empezar a practicar Falun Dafa en 2006, mi salud mejoró mucho. Hasta el día de hoy, no he necesitado tomar ningún medicamento.
Unos meses después de que mi nuera diera a luz en 2021, mi marido enfermó gravemente. Como tenía que cuidar de él, me costaba mucho cuidar de mi nuera, lo que provocó cierto resentimiento por su parte. Se volvió muy crítica conmigo, diciendo que estaba equivocada en esto y aquello, y que nada de lo que hacía estaba bien. Pero, como cultivadora, no albergué resentimiento ni odio, y seguí tratándola con amabilidad.
Después de que mi nuera volviera al trabajo, su madre vino a ayudarla a cuidar del niño. Sin embargo, su madre se quejaba a menudo de cosas de mi casa. Un día, gritó: «¡Tu agua no es buena!». Se refería a la marca del purificador de agua que yo utilizaba, que es diferente al suyo. Añadió: «Mi sobrina vende la misma marca de purificador de agua que el mío. ¿Por qué no instalas esa marca? ¿Te da miedo que se aproveche de ti? Aunque lo hiciera, ¿qué más da?». Sus comentarios me hicieron sentir incómoda, pero decidí no discutir y mantener Verdad, Benevolencia y Tolerancia en mi corazón.
Un día, preparé un plato de verduras frescas para cenar. Le dije a la madre de mi nuera: «Por favor, no dejes que tu hija coma este plato porque le he añadido un poco de chile».
Ella se enfureció y exclamó: «¿Por qué le has puesto chile? ¿No te dije que no compraras chile? ¿Por qué no me escuchas?». Le expliqué que el vendedor me había dado el chile cuando compré las verduras. Pero ella siguió discutiendo: «Es que no escuchas. ¿Sabes por qué mi hija te trata así? Es porque no prestas atención. Esta noche tendremos una reunión familiar y llamaremos a tu hijo para que vuelva del trabajo».
Frustrada le respondí: «Con una madre como tú, tu hija tampoco va a salir bien». En cuanto lo dije, supe que me había equivocado.
Durante la pandemia de 2021, la madre de mi nuera volvió a visitarnos. Normalmente compro col china para hacer pickles cada otoño. Llamé a mi hijo para ver si tenía tiempo de ir a casa de su suegro a comprar un poco. Él pensó que no tendría tiempo y me dijo que comprara 100 yuanes (14 dólares) de col en el mercado. Cuando la madre de mi nuera vino a mi casa y vio la col, me preguntó con severidad: «¿Por qué la compraste? ¿Por qué no me preguntaste antes de comprarla?». Le expliqué que le había pedido a mi hijo que comprara, pero que él pensó que no tendría tiempo. Ella deliberadamente alzó la voz delante de su hija, acusándome: «Te lo has inventado. Adelante, sigue inventándotelo». Estaba claro que insinuaba que estaba mintiendo.
En otra ocasión, quise besar el cuello de mi nieto. Pero acabé besándole la carita porque giró la cabeza. Mi suegra se lo contó inmediatamente a mi nuera: «Tu suegra quiere besar a tu hijo en la boca».
Mi nuera me preguntó por qué quería hacer eso. Le expliqué lo que había pasado, pero ella respondió: «Puedes besar la cara del niño, pero no te dejaré besarle la boca». Pensé que, como cultivadora, no debía discutir.
Las pruebas llegaron, una tras otra, mientras recorría el camino de la cultivación. Siempre mantengo Verdad, Benevolencia y Tolerancia en mi corazón. Mi nuera rara vez me hablaba, y cuando lo hacía, su tono solía ser duro. Un día, me habló de manera brusca. Sentí que no era bueno para ella, así que le dije: «Por favor, no me hables así en el futuro. Tampoco es bueno para ti».
Ella respondió: «Quiero ser amable contigo, ¿me dejas?». No dije nada. Ella añadió: «Una vez le dijiste a mi madre: «Con una madre como tú, tu hija tampoco será buena»». Me sorprendió que me lo repitiera. Sí, en realidad dije eso.
Después de que se fuera a trabajar, reflexioné sobre mis palabras y me di cuenta de que estaba equivocada. Como cultivadora, ¿cómo pude decir algo así? Estaba equivocada y tenía que disculparme. Tomé el teléfono, llamé a la madre de mi nuera y le dije sinceramente: «No nos hemos llevado bien. Todo es culpa mía».
Era casi la fiesta del Año Nuevo chino y la madre de mi nuera vino a verme y me dijo: «He pedido un cerdo entero para la fiesta». Le dije que yo podía usar el codo delantero y una costilla de cerdo. Me dijo que quizá no podría darme las costillas de cerdo. No me importó. Luego me dijo que le preocupaba que no pudiéramos comprar carne de buena calidad en el mercado, y me comentó que la familia de su hermano criaba sus propios cerdos para garantizar la buena calidad. Al ver su preocupación, accedí a comprarle algo de carne. Sin embargo, cuando fui a su casa a recoger la carne, solo me dio el codo delantero.
Mi hijo dijo más tarde: «Se quedaron las costillas para ellos». No me importó y le pregunté cuánto costaba el codo delantero. Mi hijo respondió: «1400 yuanes (195 dólares)».
Me sorprendió. Teniendo en cuenta que la mejor carne de cerdo del mercado solo costaba 17 yuanes la libra (2 dólares los 450 gramos), me pareció poco razonable. A pesar de ello, dije que estaba bien y no me enfadé. Solo tenía un pensamiento en mi mente: «Debo de deberles dinero de mi vida anterior y ahora tengo que devolvérselo. Solo pagándoselo podré volver a mi verdadero hogar en el cielo».
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