Las cámaras de vigilancia también llegaron para el Fa

(Minghui.org) A veces voy a una ciudad cercana para atender diversas tareas y responsabilidades laborales. Un día, vi un cartel que difamaba a Falun Dafa en el tablón de anuncios de plástico de un ascensor. Me sentí bastante incómodo al verlo. Quise quitar el cartel, pero me preocupaba que la cámara de vigilancia pudiera grabar mi acción.

En los días siguientes, me concentré en copiar las enseñanzas del Fa para fortalecer mis pensamientos rectos.

Shifu dijo:

“Por eso, esa maldad siempre quiere hacer que los cultivadores abandonen el xiulian, pero a los Dafa dizi que realmente cargan misiones, esa no puede nunca perseguirlos, no es posible que haga que dejen el xiulian” (25 años de la Gran Difusión de Dafa: Explicando el Fa en Nueva York).

Las palabras de Shifu me ayudaron a comprender mi miedo a la cámara de vigilancia. Fortalecí mis pensamientos rectos para eliminar cualquier demonio entrometido y espectro maligno del Partido Comunista Chino que intentara destruir seres conscientes mediante carteles de propaganda.

También me comuniqué con la cámara de vigilancia del ascensor en mi corazón: “Tú también eres un ser creado por Dafa; debes cooperar con los practicantes de Dafa en sus esfuerzos por eliminar el mal para salvar a la gente en lugar de ayudar a un tirano a hacer el mal”.

La siguiente vez que entré al ascensor, mi único pensamiento era cómo retirar el cartel. Para mi sorpresa, vi un hueco en la parte superior del tablón de anuncios, que dejaba ver el borde del cartel. Lo que fue aún más sorprendente fue que, al girarme para ver la cámara de vigilancia, la oí decirme que todos hacen la vista gorda ante lo que hacen los practicantes. Estaba completamente abrumado por lo que estaba sucediendo y realmente sentí que todos los seres venían por el Fa de una forma u otra.

Con la protección de Shifu, retiré el cartel con facilidad. ¡Gracias, Shifu!

Los artículos en los que los cultivadores comparten sus entendimientos generalmente reflejan la percepción de un individuo en un momento determinado en función de su estado de cultivación, y se ofrecen con el espíritu de permitir la elevación mutua.