(Minghui.org) Solía tener mala salud y sufría de hipertiroidismo, cálculos renales y otras dolencias. Cuando las enfermedades atacaban, experimentaba taquicardia, me temblaban las manos y no podía sujetarme. Cuando sufría cálculos renales, sudaba abundantemente y no podía enderezar la espalda. Sufría mucho y la vida era muy dolorosa.

En junio de 1997, conocí Falun Dafa. Tras unos días de hacer los ejercicios, expulsé una pequeña piedra y todas mis dolencias finalmente desaparecieron. Shifu purificó mi cuerpo. Le estoy muy agradecida de todo corazón.

Soy introvertida y no me gusta socializar. No tenía opiniones firmes, pero por alguna razón me encantaba discutir. Después de casarme, viví con mis suegros porque mi esposo era el único hijo varón de la familia. Tiene cuatro hermanas, y la mayor estaba casada por aquel entonces.

Solíamos pelearnos y discutir por pequeñeces. Mi cuñada solía hablar mal de mí a mis espaldas. Yo no la soportaba. Cuando mi esposo regresaba, mi cuñada me hostigaba y me criticaba. Mi esposo solo venía una vez por semana, ya que trabajaba fuera de la ciudad. Decía que yo no lo hacía bien como queriendo decir: “Si lo hicieras bien, no te harían esto”. No podía evitar preguntarme por qué tenía una familia así.

Al estudiar el Fa, me di cuenta de que quizás traté así a mi cuñada y a mi esposo en mi vida anterior. Si tienes una deuda, tienes que pagarla. Los practicantes de Dafa no tienen enemigos, son buenos con todos, piensan en los demás antes que a sí mismos y, como dijo Shifu:

“Siendo alguien que refina gong debes, ante todo, ser capaz de no devolver el golpe al ser golpeado ni devolver la injuria al ser injuriado”. (Novena Lección Zhuan Falun)

Seguí estrictamente los estándares del Fa de Shifu y me exigí cultivar mi mente y ser una buena persona.

Poco a poco, me volví más tolerante, más considerada y traté a todos como familia. Viví con mis suegros en armonía todos estos años. Los cuidé bien sin quejarme. Vivían felices y sin preocupaciones.

Durante las vacaciones del Año Nuevo Chino, mis cuñadas vinieron a celebrar. Estaban muy contentas de ver que sus padres estaban tan bien atendidos. Todos brindaron por mí en la mesa. Les dije que era lo que debía hacer. Bajo mi influencia, todas renunciaron al Partido Comunista Chino (PCCh) y a sus organizaciones afiliadas.

En otra ocasión, fui a mi pueblo natal, en el campo, y conocí a un practicante llamado Han. Han me contó que solía trabajar con mi cuñada. Una vez, Han le contó la verdad sobre Dafa y le dijo: “Falun Dafa es bueno, y renunciar al PCCh te garantizará la seguridad”.

Mi cuñada respondió: “Sé que Dafa es bueno. Mi cuñada estudia Dafa. Nos trata bien y cuida bien de mis padres. Todos estamos muy agradecidos. Solo quienes estudian Dafa pueden lograr cosas tan grandes”. Me sentí feliz al escuchar esto. Shifu me estaba animando con sus palabras.

¡Gracias Shifu!