(Minghui.org) De no haber sido por las lesiones causadas por una caída, Guo Pingyun quizás aún estaría luchando contra su adicción al alcohol y a las apuestas en la bolsa de valores. Un médico le recomendó que practicara Falun Dafa. No solo le sanó el daño óseo que los tratamientos médicos no pudieron resolver, sino que también cambió su destino y el de toda su familia.
La señora Guo tiene 62 años. Cuando tenía 38, se cayó accidentalmente tras resbalar con una bolsa de plástico mientras hacía las compras. Al principio pensó que era solo una lesión leve, pero al regresar a casa el dolor se intensificó.
Recordó: “Mi esposo me llevó a un quiropráctico, un médico chino especializado en acupuntura y un masajista. Probamos muchos tratamientos, pero el dolor persistía”.
Tras visitar muchos médicos y hospitales, la derivaron al cirujano ortopédico Dr. Ao Man-kuan, quien la operó de la pierna, pero los resultados no fueron los esperados. Le recomendó la natación como rehabilitación, lo cual hizo durante un año, pero en el control posterior se observó un mayor deterioro óseo.
Su corazón se hundió al escuchar ese resultado después de haberse esforzado tanto durante todo un año. El Dr. Ao le dijo: “Ve y practica Falun Dafa”. Le dio información sobre la disciplina espiritual y ella encontró un sitio de práctica cerca de su casa.
Una bendición oculta
Una caída que parecía desafortunada la llevó a acercarse a Dafa, después de haber intentado tratamientos médicos sin éxito.
“Mientras hacía el primer ejercicio, sentí una corriente eléctrica recorrer mi cuerpo. Durante el segundo ejercicio, comencé a sudar frío y finalmente vomité. Después, me sentí muy bien, como si todo mi cuerpo se hubiera renovado”.
Aunque experimentó cambios maravillosos desde el inicio, confesó: “En ese entonces no sabía mucho sobre la cultivación, y me parecía muy difícil hacer los ejercicios. Luego me volví cada vez más perezosa y dejé de hacerlos. Naturalmente, mi condición no mejoró. Al final del día me costaba cocinar, sostener ollas, lavar cosas, y finalmente ni siquiera podía caminar; me dolían mucho los pies”.
En medio de la preocupación por su dolor en los pies, su esposo falleció inesperadamente, Y quedó sola a cargo de su hija pequeña. En ese momento, su dolor en los pies empeoró, lo que le dificultaba incluso los movimientos básicos.
“En ese entonces me sentí realmente desesperada; mi hija era aún muy pequeña, me dolían mucho los pies, y la operación no había servido, así que no sabía qué hacer”. Estas dificultades la dejaron en un estado desesperante de agotamiento físico y mental. En ese punto tan bajo, recordó a Dafa: “Sabía en mi interior que solo Falun Dafa podía salvarme de verdad”.
Esta vez ya no lo tomó como algo para probar, sino que se calmó, estudió el Fa, hizo los ejercicios, apretó los dientes y perseveró. Su condición empezó a mejorar, y sus pies poco a poco volvieron a la normalidad y dejaron de dolerle. La señora Guo dijo con alegría: “¡Estoy realmente curada! Participo en desfiles, toco el tambor de cintura y hago caminatas por la montaña durante seis o siete horas. No me duelen los pies en absoluto”.
De adicta a abstemia
Su recuperación física le permitió reevaluar su vida. Se dio cuenta de que necesitaba cambiar sus obsesiones profundamente arraigadas y difíciles de abandonar: el alcohol y las operaciones bursátiles.
“De todos en mi familia, yo era la que más amaba beber. ¿Cuánto me gustaba? Si no había vino, no podía ni comer. Primero tenía que comprar vino; solo después de un sorbo podía empezar a comer”.
El buen vino era una fuente indispensable de consuelo y alegría en su vida. Sin embargo, jamás imaginó que el sabor que antes la cautivaba se volvería insoportable tras comenzar a cultivarse.
“Durante el Año Nuevo, todos estaban disfrutando una comida juntos. Me serví una copita de licor, pero el primer sorbo me supo horrible, y el segundo, peor aún. En ese momento, recordé que Shifu había dicho que los practicantes no debían beber alcohol. Me di cuenta de que ya no podía beber, así que lo tiré de inmediato y no volví a beber ni una gota”.
Una catástrofe evitada al renunciar al apego
Algunos dicen que el alcohol y las apuestas son las formas más rápidas de arruinar a una persona. El alcohol puede nublar el juicio, mientras que las apuestas destruyen la vida de alguien. Además del alcohol, la señora Guo también estaba profundamente sumida en la compraventa de acciones.
“Estaba realmente enganchada con las acciones. Compraba y vendía todos los días, obtenía ganancias diarias. El mercado subió de unos pocos miles de puntos hasta los 10.000. Para ganar más dinero, invertí todo mi capital, y me obsesioné tanto que ya no podía trabajar bien. Todo el día lo pasaba monitoreando el mercado”.
Ahora que era una cultivadora, sabía que tenía que abandonar su apego al mercado bursátil, así que guardó sus acciones originales y dejó de operar. Comprendía que debía escuchar a Shifu y hacer lo correcto.
Aunque ella había renunciado a su obsesión con las acciones, sus familiares a veces le sugerían oportunidades de inversión “sin riesgo”.
“Una vez, mi familia mencionó que había una persona cuyas predicciones eran muy precisas y que siempre ganaba dinero. Me pidieron que invirtiera varios millones de dólares con ellos, pero les dije que yo practicaba Falun Dafa y no podía hacer eso”.
La señora Guo se negó rotundamente. Sin embargo, sus familiares invirtieron grandes sumas y terminaron perdiéndolo todo. “Mi padre incluso invirtió todos sus ahorros de toda la vida en ese proyecto y lo perdió todo. Fue devastador. Toda la familia quedó sumida en la tristeza”.
Un colapso bursátil sacudió a toda la familia, pero la señora Guo evitó el desastre gracias a su firme creencia en Falun Dafa. Su hija expresó su gratitud diciendo: “A mi madre le encantaba beber y especular en la bolsa. Si no hubiera empezado a practicar Falun Dafa, quizás habría seguido siendo adicta a esas cosas, lo que habría llevado a nuestra familia a una vida de deudas y sufrimiento. Fue Falun Dafa lo que cambió a mi madre y salvó a nuestra familia”.
La cultivación permitió a la señora Guo salir del abismo de la desesperación y brindó esperanza y dirección a su familia en medio de la niebla. Muchos de sus parientes no pudieron evitar preguntarse: ¿Qué clase de poder podría lograr que una persona se transformara tan completamente ante la adversidad?
Guo Pingyun y su hija Yijun. Su hija agradeció a Falun Dafa por cambiar a su madre y salvar a su familia.
Bajo la influencia y guía de la señora Guo, toda la familia empezó poco a poco a practicar Falun Dafa, incluida su pequeña hija Zishan.
Encontrando un rumbo en la vida
En su tercer año de universidad, Zishan y sus compañeros comenzaron a reflexionar sobre su futuro. Ella se preguntaba: “¿Cómo será mi vida? ¿Qué actitud debo tener al avanzar?”. Sabía que una vez saliera de la universidad, enfrentaría todo tipo de tentaciones y desafíos.
Se dijo: “Debo mantener la moral y actuar de acuerdo con los requisitos de Dafa. No debo perder el rumbo siguiendo las modas sociales”.
De niña, acompañaba a los adultos a estudiar el Fa y hacer los ejercicios, pero no entendía lo que la cultivación significaba para su vida. Durante esa reflexión, se dio cuenta de que las semillas de Verdad, Benevolencia y Tolerancia ya estaban sembradas en su corazón.
Fue entonces cuando comenzó a tomarse la práctica en serio. Durante una sesión de ejercicios, sintió una energía poderosa fluir por todo su cuerpo, de la cabeza a los pies. “Era como un gran pilar que atravesaba todo mi cuerpo, y en ese instante, sentí que mi cuerpo estaba limpio y despejado”.
Poco después, la salud física y mental de Zishan comenzó a mejorar visiblemente. Había padecido acné desde pequeña. Para combatirlo, su familia la llevó tanto a médicos de medicina tradicional china como a médicos occidentales; incluso probó remedios populares, pero nada funcionó. “En la universidad, gasté decenas de miles de dólares en costosos productos para el cuidado de la piel, pero apenas dejaba de usarlos, mi piel volvía a su estado original. Me sentía muy cohibida en ese tiempo y estaba convencida de que todos me miraban la cara”.
Para su sorpresa, al estudiar el Fa con constancia y hacer los ejercicios, el acné que la había atormentado durante tantos años desapareció gradualmente. Su piel se volvió tersa y su cutis más sonrosado. Ya no tuvo que depender de productos cosméticos.
Vida de cultivación sencilla y sin preocupaciones
Zishan (segunda desde la derecha), Ping Yun (izquierda) y otros de la familia estudian el Fa juntos cada semana.
En el pasado, Zishan, como muchos jóvenes, solía apegarse emocionalmente y se obsesionaba con cada pequeña cosa de la vida. Sin embargo, después de seguir los principios de Falun Dafa en su vida, se dio cuenta de que quienes discuten y se alteran por asuntos triviales causan un daño invisible a sí mismos y a los demás.
“Shifu nos enseñó que todo lo que hacemos debe hacerse por el bien de los demás, no por motivos egoístas. Ahora, cuando enfrento problemas, puedo manejarlos de forma más racional y ya no tiendo a quedarme atrapada en asuntos menores”.
A medida que sus pensamientos se purificaban, su corazón se volvía más simple y directo, y surgía naturalmente un sentimiento de estabilidad y confianza.
“Antes, cuando alguien me daba algo, siempre pensaba en cómo devolverle el favor, deseando que los demás pensaran que era una buena persona por lo que mostraba exteriormente. Pero ahora, ya no ostento deliberadamente. En cambio, mantengo naturalmente pensamientos rectos y trato a todos con sinceridad”.
“Mi vida se ha vuelto mucho más simple. Me preocupo menos y me siento menos apegada que antes, tanto a las cosas materiales como a las relaciones personales. Dafa se ha convertido en el valor central en mi corazón”.
El camino de la vida está lleno de altibajos. Falun Dafa permitió que la señora Guo y su familia se mantuvieran firmes en medio de las tormentas y encontraran el camino de regreso hacia la salud física y la mejora del carácter.
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