(Minghui.org) Cuando otros practicantes están atravesando tribulaciones, ¿debemos actuar como observadores para protegernos, o dejar a un lado nuestro ego para detener el mal? Los practicantes en diferentes niveles actuarán de manera distinta. Si nos comportamos como espectadores, caeremos en la trampa del mal. Entonces el mal perseguirá a los practicantes de Falun Dafa de forma aún más desenfrenada. Nuestro entorno de cultivación se volverá más complicado y peor. Si podemos dejar el ego a un lado y detener las acciones del mal, las cosas cambiarán, y la persecución se disolverá.

Me gustaría compartir algunas historias al respecto para validar el Fa.

Tres practicantes regresan a casa sanas y salvas gracias a un pensamiento altruista

Tres practicantes locales fueron al campo en bicicleta para distribuir folletos y aclarar la verdad a las personas una primavera de hace muchos años. Un joven los denunció a la policía. Cuando estaban a punto de salir de la aldea, el joven corrió a la carretera y les hizo preguntas para retrasarlos. Notaron el coche de policía cuando ya estaba a menos de 100 metros (328 pies). Subieron rápidamente a sus bicicletas y tomaron un camino estrecho y lleno de baches hacia sus casas. La practicante Kong (seudónimo) iba detrás de las otras dos. Ella redujo la velocidad y condujo su bicicleta en el medio del camino para impedir que el coche de policía la adelantase.

La policía hizo sonar repetidamente el claxon del coche, pero Kong siguió pedaleando despacio. Cuando las otras dos practicantes se perdieron de vista, el coche de policía se detuvo. Un agente se bajó y corrió tras Kong. Kong aceleró. Cuando el agente estuvo a punto de atraparla, ella se encontraba en la pendiente descendente bajo una alcantarilla ferroviaria. Su bicicleta se precipitó ladera abajo, dejando al policía muy atrás.

La alcantarilla estaba en obras. Se había excavado una zanja de unos 3 metros (9,8 pies) de largo y medio metro de profundidad en el punto más bajo de la alcantarilla. El agua de la zanja tenía unos 30 centímetros de profundidad, y en el lado opuesto de la zanja había un empinado montículo de tierra de unos 3 metros (casi 10 pies) de altura. Kong pensaba que podría cruzar la zanja y el montículo de tierra, pero el policía no podría. Empujó su bicicleta por el agua y subió por el montículo de tierra. Cuando ya no pudo avanzar más, gritó: «¡Shifu, ayúdame, por favor!». Gracias a la ayuda de Shifu, llegó a lo alto del montículo y bajó por la pendiente. Llegó a casa sana y salva.

Más tarde supo que las otras dos practicantes también llegaron a salvo. Gracias a la protección de Shifu, el policía no la siguió cruzando la zanja ni subiendo el montículo de tierra.

Kong pensaba en las otras dos practicantes cuando la policía las seguía. Gracias a su pensamiento altruista, Shifu rescató a las tres. El plan de persecución fue disuelto, y el policía y el informante no acumularon más yeli.

Los pensamientos rectos disuelven la persecución

Más de una decena de practicantes fuimos a un edificio donde vivían varios cientos de trabajadores de otras provincias que trabajaban en nuestra ciudad. Les aclaramos la verdad. El guardia de seguridad se dio cuenta de nuestra presencia unos diez minutos después. Gritó fuertemente y algunos trabajadores se unieron a sus gritos. Los practicantes comenzaron a salir del edificio. Al llegar al vestíbulo del primer piso, más de diez hombres nos rodearon e impidieron que saliéramos. Amenazaron con denunciarnos a la policía.

Otros practicantes seguían bajando desde los pisos superiores y salían del edificio. La practicante Ding se acercó y les dijo en voz alta a los trabajadores: “Falun Dafa enseña a las personas a ser buenas y a comportarse según los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Falun Dafa los bendecirá. Los practicantes somos buenas personas y hacemos cosas buenas. No hemos hecho nada ilegal”. Los trabajadores la escucharon y se marcharon en silencio. La tribulación se disolvió.

Fuera del edificio, una practicante fue rodeada por más de diez hombres que amenazaban con llamar a la policía. Un practicante que estaba enviando pensamientos rectos afuera se acercó y les gritó con voz tronante: “¿Qué hacen? ¿Están acosando a esta señora? Somos de aquí. ¿Quieren actuar contra la gente local?”. Al oír esto, los hombres se retiraron y la practicante pudo marcharse.

Las acciones desinteresadas de estas dos practicantes disolvieron el mal.

El mal se disuelve cuando los practicantes gritan “¡Falun Dafa es bueno!”

Las practicantes Feng y Gong (seudónimos) fueron arrestadas por la policía en julio de 2012 mientras pegaban calcomanías para aclarar la verdad. Fueron detenidas durante diez días. La policía planeaba enviar a Gong a un campo de trabajo forzado al día siguiente. Cuando supimos la noticia, más de cincuenta practicantes fueron al centro de detención por la mañana temprano para enviar pensamientos rectos.

Cuando el coche policial llegó al centro de detención para llevar a Gong, todos los practicantes gritaron al unísono: “¡Falun Dafa es bueno!” una y otra vez. El esposo de Feng, de unos 60 años, se acostó frente a la puerta e impidió el paso del coche.

A eso de las 8 a.m., un agente arrastró a Gong al patio para meterla en el coche. Ella no cooperó y luchó para no entrar. Los practicantes gritaron: “¡No persigan a buenas personas!”. El agente de policía no se atrevió a actuar abiertamente y dejó que Gong se sentara en el suelo a enviar pensamientos rectos. Los practicantes continuaron gritando “¡Falun Dafa es bueno!” para disolver los elementos malignos tras el agente. Gong permaneció allí dos horas. Luego, tres policías la llevaron de vuelta a la celda. El guardia del centro dijo al policía: “Si no puedes hacer nada, libérala. Nunca hemos visto algo así. La puerta está bloqueada. Ella no es mala persona. ¿Por qué la llevan a un campo de trabajo?”.

El agente de policía liberó a Feng para que su esposo se fuera. Pero él siguió bloqueando la puerta exigiendo la liberación de Gong. El agente llamó a la División de Seguridad Nacional.

Poco después, llegaron varios policías y más de diez hombres con uniformes negros. Entraron al patio y empezaron a fotografiar a los practicantes que gritaban afuera. Los hombres uniformados se colocaron junto a los practicantes, pero no hicieron nada.

Los practicantes continuaron gritando “¡Falun Dafa es bueno!” durante más de dos horas. Finalmente, a eso de las 10 a.m., Gong fue liberada.

Enviar pensamientos rectos en grupo

Varios policías fueron a casa del practicante Hai (seudónimo). Su cuñada bloqueó la puerta para impedirles entrar. Algunos practicantes que se enteraron de la situación fueron también a su casa. Decenas de personas se reunieron: policías agresivos, practicantes de Falun Dafa y vecinos. Muchos practicantes locales comenzaron a enviar pensamientos rectos para disolver los elementos malignos detrás de los policías.

Un fuerte agente de policía vestido de civil sujetó a la cuñada de Hai por detrás intentando apartarla. Ella forcejeó para no moverse. La practicante Jing (seudónimo) corrió hacia ellos. Trató de soltar el brazo del agente y le gritó: “¿Por qué estás acosando a una mujer?”. Él la miró y soltó a la cuñada, sin atreverse a hacer más. Mientras ella bloqueaba la puerta, Hai logró escapar por la ventana y huir.

¡Es realmente poderoso cuando un solo cuerpo actúa unido y envía pensamientos rectos juntos!