(Minghui.org) Me trasladaron a impartir clases en la sucursal más alejada de mi escuela debido a mi intento por demandar a Jiang Zemin, el exlíder del Partido Comunista Chino que inicio la persecución contra Falun Dafa. Estaba tan lejos que se hallaba rodeada de montañas y un río. Aunque era un lugar apartado, encontré a un trabajador de la escuela en el campus y le conté la verdad sobre Falun Dafa. Todas las mañanas, cuando me encontraba con él, me gritaba: “Falun Dafa es bueno”, y yo le respondía: “Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”. El eco resonaba por todo el recinto del colegio, las montañas y el río, disipando la depresión de estar “exiliada” en ese lugar tan remoto.
Mi compañero de trabajo me dijo que no podía mover los dedos de una mano debido a una lesión, pero después de que empecé a trabajar allí y él decía las palabras "Falun Dafa es bueno", sus dedos mejoraron. Me pareció asombroso y le dije que siguiera diciendo las frases auspiciosas "Falun Dafa es bueno" y "Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno".
Más tarde me trasladaron de nuevo a la sede de la escuela. Cuando volví a ver a ese compañero unas semanas después, le pregunté cómo estaban sus dedos. Levantó la mano, movió los dedos y me dijo que los cinco se habían recuperado por completo.
En otra ocasión, le conté a mi compañera de clase sobre Falun Dafa y le pedí que recitara: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno" cuando se encontrara con dificultades. Poco después, me llamó, emocionada, para contarme un pequeño milagro que le había ocurrido. Resultó que se le cayó la cadena de la bicicleta que conducía. Tenía miedo porque la cadena estaba sucia y no quería usar las manos para volver a colocarla, así que tomó una rama del costado del camino e intentó volver a colocar la cadena. No funcionaba, así que se puso ansiosa. Pero de repente recordó lo que le había dicho sobre Falun Dafa y recitar las frases auspiciosas. Así que decidió intentarlo. Cuando usó la rama de nuevo para volver a colocar la cadena, ¡funcionó!
Tras leer un artículo en la revista Minghui, mi fe se fortaleció y creí aún más en el poder de decir esas dos frases auspiciosas. En resumen, el artículo trataba sobre un bebé que no estaba sano después de nacer y no podía llorar. Tanto el médico como sus padres se dieron por vencidos con el niño, pero su abuela, practicante de Dafa, repetía una y otra vez: “Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”. Cuatro horas después, el niño lloró y sus signos vitales volvieron a la normalidad. Al leer el artículo, pensé que, si yo estuviera en esa situación, podría darme por vencida a las dos horas. Descubrí que la distancia entre esa practicante y yo era bastante grande.
Este artículo me vino a la mente cuando mi hermano, mi hermana y yo nos turnábamos para cuidar a nuestros padres en su casa. Un día, cuando le tocaba a mi hermana, me llamó y me dijo que nuestra madre tenía fiebre y me pidió que fuera a su casa. Tomé un taxi rápidamente a casa de mis padres. Mi sobrino también vino y hablamos sobre si llamar o no a una ambulancia.
Mamá dijo que no quería que la llamáramos. Sin embargo, un rato después, cuando iba al baño, noté que tenía los ojos vidriosos y la mirada fija al frente, la boca abierta y la lengua fuera. Mi sobrino entró en pánico y me preguntó qué hacer. Le dije que llamara a un médico de inmediato.
Mientras tanto, tomé la mano de mi madre y le hablé: “Mamá, ¿me oyes? Si puedes hablar, recita conmigo. Si no, recita conmigo en tu corazón: “Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno. Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”.
Recordé que la practicante anciana del artículo de Minghui lo recitó durante cuatro horas con su nieto en brazos. Así que descarté los pensamientos que me distraían y tomé la mano de mi madre para recitar las frases auspiciosas con serenidad y tono firme. Solo lo recité unas cuantas veces antes de notar que sus ojos se movían, su lengua se retraía y su boca se cerraba. Pensé que debía haber sido su consciencia principal la que recitaba las frases conmigo, y Shifu la ayudó.
Mi madre ya tiene 90 años y puede subir fácilmente al quinto piso de su edificio. ¡Que todos los seres del mundo aprovechen esta oportunidad sin precedentes, reciten con sinceridad: “Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno” y reciban bendiciones!
Copyright © 1999-2025 Minghui.org. Todos los derechos reservados.