(Minghui.org) Me gustaría compartir la historia de cómo mi hermano, que es un funcionario judicial, llegó a comprender Falun Dafa.
A mi hermano lo asignaron a trabajar en la oficina de producción de un buró de trabajo forzado después de graduarse de la universidad. Más tarde fue ascendido a director de la oficina general en dicha dependencia durante la persecución a Falun Dafa. Como se le daba bien redactar, se encargaba de escribir informes sobre cómo eran perseguidos los practicantes de Falun Dafa, los cuales eran enviados al Gobierno Central. Se convirtió en una herramienta del Partido Comunista Chino (PCCh).
En 2005 fue trasladado a un campo de trabajo forzado para hombres de nivel provincial. Un día, mientras estaba de servicio, un agente de policía golpeó hasta la muerte a un practicante de Falun Dafa. La familia del practicante presentó una demanda y expuso la persecución en el sitio web de Minghui. Los practicantes del extranjero comenzaron a llamar constantemente al campo de trabajo. Mi hermano ocupaba un cargo de responsabilidad en el campo, así que fue considerado responsable y recibió muchas llamadas telefónicas. No quería asumir la responsabilidad, no quería contestar el teléfono y, si lo hacía, hablaba con tono perverso. Más adelante fue trasladado a un campo de trabajo forzado para mujeres, también de nivel provincial, y se le encargó la disciplina del personal. Luego fue ascendido nuevamente y se hizo cargo de las obras de construcción.
Aunque le iba bien en el trabajo, la enfermedad lo golpeó inesperadamente. Un día vino a visitarme en coche y me invitó a celebrar el Año Nuevo Chino en el departamento de nuestro padre. Me sorprendió un poco porque no me había contactado durante mucho tiempo debido a que yo practicaba Falun Dafa. Mientras conducía, recibió una llamada y le gritó a la persona al otro lado de la línea. No solía comportarse así. Le pregunté quién había llamado y le recordé que no debía actuar de esa manera. Me dijo, con rabia: “Es tu gente de Falun Gong del extranjero”. Me di cuenta de que los practicantes del extranjero lo estaban llamando con respecto al practicante que había sido perseguido hasta la muerte, y estaban aclarando la verdad. Le dije: “No deberías maldecir. Lo hacen por tu bien”. Me respondió: “Eso no es verdad. Me llaman todo el tiempo, incluso de noche. Ya ni puedo dormir bien”.
Me preocupaba que, si mantenía esa actitud, pudiera sufrir retribución. Y, en efecto, recibió una retribución inmediata. Antes de que llegáramos al apartamento de nuestro padre, dijo que le dolía el estómago, y se fue a su casa sin cenar con nosotros.
Más tarde, su empresa se mudó a un lugar cerca de mi casa. Un día, nuestro padre vino a visitarme. Mi hermano vino a verlo. Aproveché la oportunidad para aclararle la verdad y lo insté a renunciar al PCCh y sus organizaciones afiliadas para mantenerse a salvo. Le dije que debía tener una actitud positiva hacia Falun Dafa y hacia los practicantes, o podría afrontar graves consecuencias. Le pedí que escribiera una declaración solemne y la publicara en el sitio web de Minghui. No le agradó la idea y no dijo nada. Le di más ejemplos de retribución. Mi padre había empezado a practicar Falun Dafa poco tiempo antes y también trató de persuadirlo para que hiciera lo correcto. No estuvo de acuerdo hasta justo antes de irse. Aceptó renunciar al PCCh y sus organizaciones afiliadas. Mi padre y yo nos alegramos mucho de que tomara la decisión correcta.
Poco después de escribir la declaración solemne, me dijo que se había torcido la muñeca derecha al sentarse en un sofá durante un viaje de negocios. Le dolía la muñeca desde hacía varios días y no podía redactar informes. Le dije, sonriendo: “¿Sabes que eso fue algo bueno? Estás pagando tu yeli”. Me miró sin entender a qué me refería. Le dije: “¿No cometiste crímenes al escribir tantos artículos falsos? ¿No debes pagar por eso? ¿Sabes por qué te torciste la muñeca derecha? ¿No fue para recordarte que no crees más yeli?”. Se echó a reír. Parecía que empezaba a comprender un poco mejor el principio de la retribución.
A mediados de mayo de 2021, recibí una llamada de mi cuñada. Mi hermano acababa de recibir el alta del hospital. Le habían diagnosticado cáncer de pulmón y se había sometido a una cirugía. Fui de inmediato a su casa. Estaba pálido y débil, parecía una persona completamente diferente. Lloró al verme. Lo consolé: “No te preocupes demasiado. Tienes que sufrir un poco, porque creaste yeli al perseguir a los practicantes de Falun Dafa. Debes soportarlo. Lo mejor sería que practicaras Falun Dafa. Tal vez esta sea una oportunidad para cultivarte”.
Le llevé un ejemplar de Zhuan Falun. Me dijo que no tenía fuerzas para sostener el libro. Le di las conferencias de audio del Shifu, y las escuchó con atención. Se sometió a dos ciclos de quimioterapia. Su reacción a la terapia fue mucho más leve que la de otros pacientes. Escuchaba las conferencias del Shifu todos los días y se recuperó rápidamente. Su hija lo llevó varias veces a revisiones en el hospital. Los médicos se sorprendieron por su rápida recuperación.
Experimentó personalmente el poder milagroso de Falun Dafa y comprendió que era la ciencia más avanzada. Se siente muy afortunado de haber obtenido un Fa tan profundo y grandioso.
Han pasado tres años. Mi hermano está en buen estado de salud. Él y su esposa no contrajeron COVID-19 durante la pandemia. Leen los nuevos artículos de Shifu, “Por qué existen los seres humanos” y “¿Por qué hay que salvar a las multitudes de seres conscientes?”, y tienen una mejor comprensión de Falun Dafa.
Sabe, desde lo más profundo de su corazón, que Falun Dafa lo salvó y le dio una segunda vida. Sabe que Falun Dafa le dio la oportunidad de discernir entre el bien y el mal, entre lo verdadero y lo falso, y le permitió despertar, eliminar el yeli y ser salvado. Está profundamente agradecido con Shifu y con Falun Dafa.
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